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La condena a seis años de prisión para el respetado cineasta iraní Jafar Panahi (El círculo, El espejo, El globo blanco) ha despertado una fuerte cadena de solidaridad de parte de colegas de todo el mundo del cine. Esto ha incluido expresiones fuertes de indignación y repudio por parte de cineastas de prestigio y también por los directores de los mayores festivales de cine.

"Estoy horrorizado y descorazonado por la noticia. Resulta deprimente imaginar una sociedad con tan poca confianza en sus propios ciudadanos que se siente compelida a silenciar la opinión de quienes piensan diferente", dijo en una declaración Martin Scorsese.

Por otra parte, Dieter Kosslick, director del Festival de Berlín, recordó que había invitado al cineasta iraní a formar parte del jurado oficial de la próxima muestra, en febrero de 2011. "Estamos consternados. Es terrible que se castigue con tanta dureza por su trabajo artístico a un director tan reputado", agregó.

En Francia, el responsable mayor del festival de Cannes, Thierry Fremaux, exigió que se forme con urgencia un comité de apoyo para reclamar la libertad de Panahi. Se comprometieron a apoyarlo, entre otros, los directores Costa-Gavras y Bertrand Tavernier, y el director de la Cinemateca Francesa, Serge Toubiana.

El realizador estadounidense Taylor Hackford, presidente del Directors Guild of America (Sindicato de Directores de América), condenó la sentencia y marcó una oposición radical a "todo intento de anular el derecho que todo artista tiene a expresarse con libertad".

"Panahi ha sido sentenciado a seis años de prisión por un delito de reunión y propaganda contra el sistema", había explicado antes a la prensa Farideh Gheirat, abogada del cineasta condenado, quien había agregado que sus derechos sociales, que incluyen el rodar películas, escribir guiones, viajar al extranjero y dar entrevistas a medios nacionales y extranjeros, le fueron retirados durante 20 años. Entre sus planes estaba el de apelar la sentencia.

Panahi había sido puesto en libertad provisional en mayo pasado, tras realizar una huelga de hambre para protestar contra las condiciones de su cautiverio. En ese momento, el ministerio iraní de Cultura había explicado que la detención del cineasta estaba relacionada con el hecho de que el director "preparaba una película contra el régimen sobre los acontecimientos postelectorales", un extremo que entonces Panahi desmintió pero que acaso no era falso. De todos modos, la justicia iraní logró encontrar una vuelta para encerrar a un hombre crítico.