LAUREANO BUTTENBENDER

La presidenta de Chile, Miche-lle Bachelet, anunció finalmente la aplicación provisoria de una salvaguarda del 15% para la importación de lácteos, lo que movilizó al gobierno uruguayo a preparar una presentación ante las autoridades chilenas el próximo 27 de octubre, en audiencia pública.

Las presiones ejercidas por Fedeleche -la principal gremial de productores de leche de Chile- ante el Ministerio de Agricultura de ese país, finalmente dieron sus frutos, aunque no en la medida en que se reclamaba, ya que lo exigido era la aplicación del arancel máximo de 35% para la leche entera y descremada, además del queso gouda, provenientes de Argentina y Uruguay.

Luego de varias idas y venidas, la ministra de Agricultura de Chile -Marigen Hornkohl- se pronunció a favor de la aplicación de un arancel de salvaguarda para la importación de lácteos y dejó la decisión en manos del Comité Nacional Encargado de Investigar la Existencia de Distorsiones en el Precio de las Mercadería Importadas, conocido como Comité de Distorsiones.

El pasado jueves 1º de octubre dicho Comité adoptó la decisión de aplicar en forma provisoria un arancel para las importaciones sin distinguir el origen, evitando restringirlo exclusivamente a la Argentina y Uruguay.

Lo que resta ahora es el cumplimiento de una audiencia pública a realizarse el próximo 27 de octubre en Santiago de Chile, para la cual Uruguay ya está preparando su estrategia, dijo a El País el director de Asuntos Internacionales del Ministerio de Ganadería (MGAP), Mario Piacenza. La decisión de Chile de poner trabas arancelarias al ingreso de lácteos se suma a la medida adoptada por Brasil de frenar la liberación de licencias de importación, lo que conforma un escenario proteccionista en la región que preocupa. El director de Conaprole, Wilson Cabrera, dijo que el mercado chileno es cerca del 5% de las exportaciones de la empresa.