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Osvaldo Laport en el Congo: un viaje hacia el horror humano

Estreno. Hoy será emitido en Argentina el documental "Un amigo en el infierno"

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HENRY SEGURA

Dice que antes de embarcarse para Kinshasa, la capital del Congo, se preparó y se informó. Pero saber que en los últimos años 5 millones de personas habían muerto en una lucha fratricida le sirvió de poco a la hora de enfrentar la realidad.

El documental Un amigo en el infierno, que esta noche será emitido por Canal 13 de Argentina, es una aproximación a la experiencia que Osvaldo Laport vivió al transformarse en el primer embajador de buena voluntad de Acnur (la agencia de Naciones Unidas que atiende a refugiados y desplazados) en llegar al Congo, donde fuerzas militares uruguayas operan en nombre de la ONU.

Al presentar la película en Buenos Aires, el actor relató que esa semana que vivió en el Congo fue un verdadero golpe. Confiesa que no encontró las palabras necesarias para dialogar con las centenares de mujeres violadas ("en algunos casos por batallones enteros"), que se encuentran en tratamiento en un hospital destinado exclusivamente a ellas. El pudor pudo más por lo que Laport decidió dejar por escrito un pedido de perdón en nombre de los hombres capaces de revelarse ante semejante injusticia.

"Sigo recordando el olor al Congo, un olor relacionado con la tristeza... Recuerdo que no había ruidos, que los niños jugaban a mi alrededor, pero sin gritar demasiado. Hay un silencio siempre presente, un silencio angustiante que sólo podré olvidar con palabras que salgan de mi corazón para crear conciencia", le había anticipado a la revista Caras cuando el 10 de junio pasado volvió a pisar suelo argentino.

En la conferencia de prensa del miércoles pasado, Laport se mostró conmovido en cada uno de los relatos que recordó. Aquel retrato de mujeres violadas fue seguido por el encuentro con niños que antes de los 10 años habían sido secuestrados e incorporados al frente de lucha que las tribus hutus y tutsis han ensanchado hasta límites increíbles.

Alguien le preguntó entonces por qué sonreían esos niños que ahora se horrorizaban por el hecho de haber aprendido a matar. El actor apenas tuvo que recordar que en medio de semejante calamidad las referencias desaparecen. "Lo que pasa es que hace generaciones que nacen, viven y mueren en esa realidad, donde la expectativa de vida es apenas de 46 años. Esos chicos no tienen otra referencia, eso es lo único que conocen".

La experiencia que hoy podrán ver los argentinos y los departamentos de Uruguay donde la señal del 13 llega, ha tenido una fuerte atención de los medios. En una de sus últimas ediciones, la revista Caras publicó un artículo escrito por el propio Laport, donde el actor traza un paralelo permanente entre lo que significa vivir en Buenos Aires, en familia, arropado por los suyos, y lo que fueron las noches de hoteles en Kinshasa y Goma, asaltadas por la inseguridad. En ese contexto describió cuál era su misión en el Congo: "mostrar al mundo una de las peores crisis de la actualidad. Dios nos abrió esa puerta para que veamos la antesala del infierno. Y ahora sé por qué...".

Tres años en misión solidaria

La invitación para ser embajador de buena voluntad de Acnur le llegó a Laport en 2006. Él venía de cosechar lo producido por la exitosa venta de un perfume que había llamado "Tiempo de paz" y quería dar un salto hacia lo social para compartir su suerte. Por entonces, confesó a El País, tuvo que vencer la timidez y hacer ver que tampoco era falta de humildad.

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