Publicidad

El uruguayo que pasó tres días en una carpa para hacer cumbre en el Aconcagua y sus próximas expediciones

Compartir esta noticia
Juan Martín Rodríguez Aconcagua

HISTORIA

Juan Martín Rodríguez, oriundo de Treinta y Tres, ya conquistó el Aconcagua y planifica el ascenso de las siete cumbres del mundo en dos años

Juan Martín Rodríguez, quien pronto cumple 38 años, hizo una lista con siete objetivos: cuatro para este año, tres para el próximo. El primero ya fue tachado: hacer cumbre en el Aconcagua. Le siguen las cimas más altas de cada continente: el Denali (o monte McKinley) en América del Norte; el Kilimanjaro en África y el Jaya en Oceanía; y luego el macizo Vinson en la Antártida; el monte Elbrús en Europa; y, por supuesto, el Everest en Asia.

A la primera la conquistó el pasado 12 de enero. “La suerte corrió de mi lado”, dijo a El País. Claro que tienen que ver los cinco meses de intenso entrenamiento físico, la preparación mental y las técnicas de desplazamiento y lectura de los terrenos que adquirió mientras vivió en Nueva Zelanda pero, solo en la montaña –porque Rodríguez irá a cada uno de estos picos completamente solo–, todo queda a merced de la suerte. Es la suerte la que disipa la niebla, la que aleja la tormenta y la que evita cualquier traspié. (Depende de las creencias personales que el vocablo “suerte” pueda ser sustituido por otro).

Juan Martín Rodríguez Aconcagua
Campamento de Juan Martín Rodríguez en una tormenta

¿Si no cómo se explica esto?: “Tuve que pasar tres días encerrado en la carpa a 5.500 metros porque el clima no me dejaba avanzar y no tenía el pronóstico del tiempo. Me era imposible comunicarme con la base por (la radio) VHF. Hasta que pude hacerlo solo por dos minutos. Me avisaron y en un segundo desarmé el campamento y subí hasta los 6.000 metros porque solo tenía esa ventana de buen clima. Esperé la madrugada para el ascenso. No corría ni una gota de viento. Corrí delante de la tormenta y todo calzó exactamente en su lugar para que pudiera hacer cumbre ese día”.

El ascenso del Aconcagua lo había iniciado el 1º de enero. El último tramo, entre los 6.000 metros y los 6.961 metros, le llevó 11 horas. Una vez en la cima, solo, con el cielo al alcance de las manos, a Rodríguez se le aflojó todo el cuerpo. “Fue una descarga de emoción y de cansancio. Mi pensamiento estaba con mi familia. Deseaba que pudieran estar viendo lo que yo estaba viendo en ese momento”, confesó a El País.

El descenso lo comenzó rápido pero con cuidado, dado que solo le quedaban cuatro horas de luz natural para llegar al campamento base más cercano. Bajar siempre es más difícil y hasta más peligroso que escalar; es el momento en el que ocurren más accidentes (unos días antes había fallecido un montañista). La confianza de haber conquistado el objetivo puede jugar en contra. “Los resbalones están a la orden del día y los pies ya no te responden; cada paso es como un puñal que se te clava en las piernas”, ilustró.

Juan Martín Rodríguez Aconcagua
Juan Martín Rodríguez dentro de su carpa.

Una a una: las siete cimas del mundo.

Estas son las mayores ascensiones de cada continente:

Everest: La primera ascensión documentada se produjo en 1953.

Aconcagua: Es la montaña más alta de los hemisferios sur y occidental.

Denali: Su ascensión supone un reto para todos los alpinistas por sus pronunciadas paredes y su cercanía al círculo polar ártico.

Kilimanjaro: Es la cima más alta del mundo que no esté situada en un sistema montañoso.

 Elbrús: Con 22 glaciares sobre sus laderas, el Elbrús mantiene un manto permanente de nieve durante todo el año.

Vinson: El macizo es la montaña más alta y más prominente del gélido continente antártico.

Jaya: Es la montaña más alta de cualquier isla del planeta y una de las pocas montañas ecuatoriales o tropicales que cuenta con glaciares.

Futuras expediciones.

De regreso a Treinta y Tres, donde se instaló en 2021 tras varios años en Nueva Zelanda, Rodríguez planifica la próxima expedición en solitario: el Denali. En este monte de Alaska pasará entre 23 y 26 días del mes de mayo. Y, de antemano, sabe que la experiencia será totalmente diferente a la que vivió en el Aconcagua.

A pesar de tener casi 800 metros menos de altura que el pico latinoamericano, la cercanía al círculo polar ártico hace que en lo más alto se tenga que soportar temperaturas de hasta -40 grados y ráfagas de viento de hasta 150 kilómetros por hora. Además, tiene una prominencia de 5.500 metros. Solo para comparar, la del Everest, la montaña más alta del mundo (y a la que Rodríguez irá en 2023), es de 3.700 metros. “Este desnivel es muy importante y eso lleva que el desgaste físico y mental sea mayor”, apuntó.

Para antes de fin de año, Rodríguez planea escalar el Kilimanjaro, de 5.895 metros (en Tanzania); y luego el Jaya, de 4.884 metros (en Nueva Guinea). Así habrá conquistado cuatro de las siete cumbres del mundo.

Juan Martín Rodríguez Aconcagua
Cumbre del Aconcagua. Foto: Juan Martín Rodríguez

Caldos con nieve: el menú en la montaña.

La planificación de un ascenso a una de las siete cumbres del mundo debe ser minuciosamente calculada. Más si se va por libre como lo hace Juan Martín Rodríguez. Este debe llevar lo justo y necesario de carga entre vestimenta, insumos para la carpa, comunicación y primeros auxilios y alimentos. Por ejemplo, para alimentarse durante el ascenso al Aconcagua, llevó frutos secos y barras de cereales que son de absorción rápida por el organismo, comida deshidratada y caldos que pueden prepararse con agua de nieve. También se puede llevar algún embutido y quesos.

Apoyos.

Para completar las próximas expediciones, el uruguayo busca apoyo económico para costear viajes y estadías. También para implementar un programa deportivo y social que fomente la escalada en niños y adolescentes. En este sentido, ya presentó a la Intendencia de Treinta y Tres un plan para reutilizar espacios públicos abandonados y patios de escuelas para crear paredes y juegos recreativos para escalar. “Esta disciplina tiene mensajes positivos para la sociedad. Uno de ellos es que no hay imposibles. Si yo, que soy una persona común y corriente subo montañas, no hay imposibles”, afirmó.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad