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Qué son los Registros Akáshicos y para qué sirven

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Una terapia complementaria que busca la sanación a partir de las memorias del alma de cada paciente.

En el mundo esotérico al que accedemos todos los días a través de nuestros cinco sentidos existe una dimensión en la que se guarda nuestra información y a la que podemos ingresar en cualquier momento y lugar: la computación en la nube. La terapeuta María Lourdes Mónico equipara tal concepto a los Registros Akáshicos, en tanto estos representan “una dimensión del Universo donde se guardan todas las memorias del alma”. Según señaló, a partir de la lectura de sus registros el paciente puede obtener información que lo ayudará a sanar.

La terapia.

Al igual que la nube no es algo tangible sino que comprende una red de servidores que se conectan a través de Internet, los Registros Akáshicos no conforman un espacio físico, sino energético. “Somos energía y la energía no se destruye, se transforma. Entonces, todo lo que vivimos queda en ese espacio dimensional que es parte de nosotros”, explicó Mónico, que también es abogada.

Lo que determinó que se iniciara en esta terapia fue un episodio que ocurrió en su carrera profesional. Era el año 2014 o 2015, estaba defendiendo a una pareja que había perdido a su bebé por una mala praxis y conectó “tan profundamente” con ellos que comenzó a “recibir mensajes”. “Imagínate en mi cabeza cuadrada de profesional de las leyes encuadrar todo eso y transferírselo a ellos”, expresó.

Según indicó, el lector o lectora de Registros Akáshicos “abre ese espacio dimensional y a través de los guías y maestros de su paciente recibe mensajes para él o ella”. En este sentido, dijo que “lo que llega son elementos del pasado, presente o futuro que ayudan a explicar o rectificar situaciones del momento actual”. Y agregó: “El objetivo de una lectura no es la predicción, sino la sanación”.

En efecto, la primera vez que Mónico asistió a una lectura de sus registros pudo comprender un proceso que estaba relacionado con el embarazo de su madre y con la decisión sobre su llegada al mundo. “Cambió mi enfoque sobre el vínculo con mi madre y fue muy sanador”, sostuvo.

María Lourdes
María Lourdes Mónico.

Decisiones.

Graciela Mello también encontró la sanación a partir de los Registros Akáshicos. En 2019 trabajaba como empleada en una peluquería y estaba evaluando la posibilidad de comprarla, pero no se decidía. Según relató, al abrir sus registros accedió a información de sus maestros y guías que la animó a realizar la compra. También estaba viendo si se separaba de su pareja o no, y recibió información que la “empoderó” para hacerlo. “Sentí que se abrió mi camino y hoy tengo la vida que en ese momento quería”, aseguró.

Asimismo, contó que al abrir los registros de otra persona por primera vez canalizó al abuelo fallecido del paciente y que éste “pedía perdón por cosas de las que no se había podido disculpar estando en vida”. En este sentido, expresó: “Podés acceder a seres que están en otro plano, y siempre que vienen es para dar una sanación”.

Para Graciela, los Registros Akáshicos “nos muestran todo aquello que no podemos ver con nuestros ojos”. Y añadió que “es una información que llega de manera aún más clara que una intuición”.

Graciela Mello
Graciela Mello.

Un caso.

Laura es consultante recurrente de Registros Akáshicos. En realidad su nombre es otro, pero prefirió mantener el anonimato para contar su experiencia en esta nota. Hace seis años asistió a su primera lectura, y ahora lo hace cada seis meses o un año dependiendo de sus necesidades y de “los mensajes que reciba”.

Llegó a esta terapia luego de haber probado otras alternativas como la biodescodificación o las constelaciones familiares, en un momento en el que estaba pasando por “situaciones emocionales delicadas”. Según dijo, los Registros Akáshicos fue la herramienta que más le sirvió: “La primera lectura fue un antes y un después en mi vida”.

Por ejemplo, pudo entender las razones detrás de determinadas actitudes que sus padres tenían con ella cuando era chica y sobre todo comprender que “para sanar iba a tener que hacer ciertas cosas aunque dolieran”, como hablar con sus padres sobre algunos temas.

“Esto no es una lectura de Tarot, no te da predicciones del futuro”, subrayó. En este sentido, señaló que es una terapia “profunda, que va a la fibra de cada uno” y que muchas veces recibió mensajes de situaciones que había atravesado siendo niña, pero de las que no se acordaba conscientemente. Y agregó: “No te va a resolver el problema, no te va a decir: ‘Hacelo así que te va a ir bien’, pero te da herramientas para que puedas manejarte desde un ángulo diferente”. Asimismo, comentó que cada sesión le da mucho alivio y claridad, “como si dejara una mochila”.

La formación.

Mónico también hace cursos para capacitar a otras personas en la terapia. “Las capacidades para percibir las tenemos todos en mayor o menor medida, así que lo que se hace en los cursos es ayudar a activar el canal perceptivo o potenciarlo en quienes ya lo tienen despierto”.

Organiza cursos casi todas las semanas en grupos de entre 8 y 10 personas. La formación tiene un día de duración e incluye el nivel 1 y el 2, para activar el canal perceptivo y gestionar las herramientas para conectar con el registro de terceros, respectivamente. El costo es de $ 6.500 y las personas que lo hacen obtienen el derecho a repetirlo las veces que quieran de manera gratuita. “Esto es un proceso, no es que se aprieta un botón y mágicamente te convertís en un gran canalizador”, subrayó.

María Lourdes Mónico también es terapeuta regresiva y facilitadora de Barras de Access Consciousness. Su cuenta de Instagram es @marialourdes.registros y también está en Facebook como @MariaLourdesLecturadeRegistrosAkashicos.

Para quién es la terapia y cada cuánto se aconseja.

“Quien toma la herramienta con seriedad puede hacer tremendos procesos de sanación en un tiempo relativamente corto”, afirmó Mónico. Sin embargo, aclaró que “eso no significa que hay que abandonar los tratamientos psicológicos, pero a veces este tipo de terapias complementarias empujan para adelante”.

Recomienda que los pacientes sean mayores de edad y que “tengan una madurez psicológica para comprender los mensajes”. Atendió dos veces a chicos menores de edad, de 17 años cada uno, y les pidió que fueran con un adulto para que los esperara afuera.

Para Mónico, los Registros Akáshicos son “una herramienta para toda la vida”. Quienes consultan asiduamente con ella lo hacen cada seis meses o una vez al año. De hecho, no aconseja hacerlo todos los días ni todos los meses porque “se supone que vienen consejos para que tomes acción y generes cambios”. Según indicó, cada sesión suele durar entre una hora y una hora y media, pero las suyas son siempre de al menos dos horas.

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