Que no está prohibido su consumo en Uruguay, pero que nadie la come. Que la carne de caballo solo se exporta. Que genera ganancias anuales de hasta 80 millones de dólares. Que algo hay que hacer con los caballos que no “sirven” más. Que es preferible mandarlos al matadero antes que largarlos a la calle, como se hacía antes. Que los tres frigoríficos que hay en el país faenan un total de 5.000 caballos por mes. Que, por año, se exportan 60.000 a mercados de Europa, Rusia, Japón y China.
Los datos salen del informe audiovisual El tabú de la carnede caballo en Uruguay, realizado por el periodista Diego Zas. Dura 17 minutos, en los que se intercalan fragmentos de entrevistas con distintas personas del rubro -desde productores hasta antropólogos- para intentar entender una realidad de la que prácticamente no se habla. Se publicó en Youtube el 11 de setiembre de 2024 y, seis días después, acumula más de 17.000 visitas.
Ese es el primer informe publicado en Reacción, un nuevo medio de comunicación en Uruguay que surgió para financiar, producir y difundir investigaciones periodísticas de largo aliento.
“Hoy en los medios tradicionales es difícil que ese tipo de productos puedan ver la luz por el simple hecho de que no se le puede destinar los recursos necesarios para que un periodista produzca un solo contenido haciendo foco en un tema particular”, diceBernardo Wolloch, licenciado en Comunicación y director ejecutivo de Reacción.
Él, que trabaja como periodista y conductor en Santo y seña de Canal 4 y en Se Arregla el Mundo de FM Hit, que ha publicado libros y ganado premios, pensó en eso que a los grandes medios les falta, tuvo la idea de crear una nueva plataforma para poder difundir investigaciones periodísticas que aportaran respuestas y generaran nuevas preguntas, pensó en un equipo, convenció a Facundo Ruete -hoy director de Comunicación de Reacción- y a Nicolás Croza -director de Operaciones- y salió a buscar fondos.
Todo ese proceso, hasta que finalmente Reacción vio la luz con el informe de Zas, llevó más de un año.
Hoy se presentan como “una organización sin fines de lucro con base en Uruguay que financia, produce y difunde investigaciones periodísticas”. El objetivo, dicen en su página web, reacción.org, es “exponer casos de corrupción, negligencia, omisión o abuso de poder en el ámbito político y social para fortalecer la democracia y las instituciones que la conforman”.
Para eso armaron un equipo que trabaja de forma permanente en distintas áreas. Además de Bernardo, Facundo y Nicolás están Federico Viana Montes de Oca, Mauro Bettega, Marcelo Soba, Fiamma Osmetti, Rodrigo Rey, Martina Sturaitis, Lorena Martin y Carolina Olhagaray. Y cuentan con periodistas con trayectoria y experiencia que están llevando adelante las investigaciones.
El próximo informe estará a cargo de Nicolás Batalla y será sobre el plebiscito de seguridad social. Hay otros cuatro informes en proceso de producción en los que están trabajando periodistas que ejercen en distintos medios de comunicación.
También tienen un consejo asesor en distintos temas, en el que hay profesionales de todas las áreas: Martín Aguirre, abogado y director de Redacción de El País, Hernán Bonilla, economista, Miguel Brechner, ingeniero electrónico y magíster en Telecomunicaciones, Adolfo Garcé, doctor en Ciencia Política, Amparo Mercader, especialista en negocios, impuestos y política internacional, Eduardo Sanguinetti, abogado, y Daniel Supervielle, periodista.
Se inspiraron en lo que se conoce como “periodismo filantrópico”, un modelo de periodismo que, ante la crisis de los medios de comunicación , cada vez crece más.
Bernardo lo explica así: “Es algo que en Uruguay puede sonar un poco soñador o imposible. Surge en Estados Unidos: personas que tienen capacidad económica y que entienden que el periodismo cumple un rol central en una sociedad democrática deciden invertir ahí. ¿Por qué lo hacen? Hay quienes creen que puede ser una apuesta a futuro de volver este negocio rentable. Y hay otros que son más altruistas: les parece que estamos frente a una crisis de información, de paparruchas y grietas, y que el costo para la sociedad es alto. Los productos periodísticos sufrieron cambios en su lucha por sobrevivir y aún lo están haciendo. Nosotros estamos intentando importar un modelo que ya existe en otros países”.
Esa es la forma que encontraron para financiar el proyecto. Con ese discurso fue que salieron a golpear puertas hasta hacerlo realidad.
En un momento en el que todo se crea y se consume rápido y en el que las visitas y likes parecen ser lo que más vale, en Reacción quieren generar un contenido profundo, que se haga con tiempo, que respete los procesos y que encuentre, en esos procesos, calidad, densidad. Pero, también, buscan hacer un producto que sea dinámico y entretenido. Por eso eligieron el audiovisual, que es la forma de consumo de contenido que más llegada tiene en la actualidad.
“Estamos en la época de la noticia corta, de los videos de 50 segundos. Y también estamos en campaña, y en esta en particular, las noticias a veces se enfocan en dichos, entredichos y respuestas de políticos. Pero hay un montón de propuestas para analizar. Todavía hay personas que quieren consumir más y mejor periodismo, que se preguntan si los allanamientos nocturnos pueden ser una solución al problema de la seguridad o qué ocurriría en el caso de que salga favorable la consulta por la seguridad social”, explica Bernardo.
Así, Reacciónbusca que sus informes generen respuestas a esas preguntas y que puedan hacer nuevas interrogantes. “Además, estamos enfocados en lograr que el producto sea estético y entretenido. Que pueda gustar a quienes les interesa y a quienes no. Intentamos llegar a las nuevas generaciones también”.