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De quedar varada en Uruguay a raíz de la pandemia, a inaugurar su propia cafetería

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Zuzana. Foto: Ricardo Figueredo

HISTORIAS

Zuzana es checa y Alejandro uruguayo. Se conocieron hace cinco años mientras ambos viajaban por el mundo. En 2020 vinieron por unas semanas a Uruguay pero a causa de la pandemia aquí se quedaron.

En los últimos dos años la vida de Zuzana dio giros que ella jamás hubiera imaginado. En resumen, se podría decir que estajoven de República Checa pasó de quedar varada en plena pandemia en un país que para ella era prácticamente desconocido, a estar al frente de una cafetería y haber conseguido enamorar a los uruguayos con sus creaciones.

Lo que comenzó como un emprendimiento que ofrecía su cocina en ferias y en “una mesita” que todos los días llevaban a la rambla de Piriápolis, hoy se transformó en un local, que está ubicado en una renovada locación de Punta Ballena.

Zuzana llegó a Uruguay en el año 2020 porque de aquí es su pareja, Alejandro. Cuando en aquel momento prepararon sus valijas, que fue muy poco tiempo antes de que se instalara la pandemia, los planes eran muy distintos a lo que terminó pasando: ellos vinieron con idea de pasar solamente algunas semanas a visitar a la familia de Alejandro, pero la situación que llegó de la mano del coronavirus los sorprendió y decidieron quedarse.

La pareja se conoció hace cinco años cuando la vida los hizo coincidir en un hostel de Canadá y se enamoraron. Desde entonces, comenzaron a viajar juntos y recorrieron varias partes del mundo. Anduvieron, por ejemplo, por Alaska, visitaron el Sur de Estados Unidos, Europa, y vivieron durante un año en Australia.Cuando vinieron a Uruguay su vida nómade se paralizó y se instalaron en Maldonado.

Nueva cafetería en Casona Lussich. Foto: Ricardo Figueredo
Nueva cafetería en Casona Lussich. Foto: Ricardo Figueredo

El español de Zuzana en aquel momento era casi nulo, ya que ellos al estar en distintas partes del mundo casi siempre hablaban entre sí en inglés. Pero con el tiempo, ya en Uruguay, lo fue aprendiendo y perfeccionando.

Así comenzó el sueño de una cafetería propia.

Al viajar por el mundo, ella trabajó en los últimos años en diferentes lugares y muchos de los mismos fueron bares y cafeterías. Un poco así, Zuzana comenzó a soñar con tener una cafetería propia y poder compartir una de sus pasiones, que es hornear.

Esta checa de 28 años, contó a El País que su idea inicial nunca fue instalarse definitivamente en Uruguay, ya que lo que pensaban era seguir viajando por el mundo. Pero cuando llegaron y llegó también la pandemia, pensaron sí en quedarse un tiempo, por lo que ella mientras estuviera aquí tenía que buscar un trabajo.

Zuzana y Alejandro. Foto: Ricardo Figueredo
Zuzana y Alejandro. Foto: Ricardo Figueredo

Así nació su emprendimiento “Una checa”, primero en Instagram (@checa_piriapolis), cocinando platos dulces de sus tierras y vendiéndolas al poco tiempo en ferias y en “una mesita”, como ella siempre dijo, que llevaban hasta la rambla de Piriápolis, en Punta Fría.

Primero comenzó ella y cuando el boca a boca hacía que la mesita provocara largas filas de interesados por probar la famosa “torta checa” y otras de sus preparaciones, Alejandro fue dedicando cada vez más tiempo a ayudarla y hoy en día trabajan codo a codo.

La cafetería en Punta Ballena.

Lo que comenzó con una mesita en la rambla (que a partir de la semana que viene volverá a estar en Punta Fría por las tardes, como hasta ahora) hoy es una cafetería. El pasado 4 de marzo Zuzana y Alejandro dieron un paso más, y abrieron su propio local, que funciona en el renovado espacio La Casona de Arboretum Antonio Lussich, en Punta Ballena.

Zuzana contó a El País que en estos primeros días fueron varios los clientes de Piriápolis que llegan hasta este nuevo punto de encuentro en busca de sus platos.

Cafetería en Casona Lussich. Foto: Ricardo Figueredo
Cafetería en Casona Lussich. Foto: Ricardo Figueredo

Todo fue gracias a que quienes estaban a cargo de la renovación del lugar se contactaron con ellos para saber si les interesaba tomar las riendas de una cafetería que planeaban instalar allí, porque ya los conocían desde cuando la joven pareja había comenzado a vender sus primeros alfajores en ferias.

“Ahora queremos terminar de armar todo bien acá en la cafetería para después hornear acá en la casona, pero que Alejandro pueda ir también con el auto y armar la mesita en Punta Fría. Porque nos gusta mucho Piriápolis, no queremos dejarlo, y tenemos muchas personas que ya son clientes y eso es buenísimo”, contó Zuzana.

Del horno directo al mostrador.

La propuesta es “del horno al mostrador”: “Igual que como en la mesita, la idea es hornear todos los días y que sea super fresco, del día. Horneamos en la mañana hasta el mediodía”, sostuvo.

Actualmente están abriendo de miércoles a domingo hasta la tardecita, desde las 12 hasta las 20 horas.

En cuanto al menú, contó que están comenzando con uno simple, pero que irá creciendo: “Estamos haciendo todos los postres que ya hacíamos para la mesita, como las tortas, panes, rollos de canela, rollos de naranja, también la torta checa por supuesto, algunas cosas saladas también como un sánguche que ya tenemos que es en pan casero tipo pretzel que viene con queso de cabra, jamón crudo y rúcula”, explicó.

Cafetería en Casona Lussich. Foto: Ricardo Figueredo
Cafetería en Casona Lussich. Foto: Ricardo Figueredo

El café que utilizan es de Forajida: “Todo lo que vamos a vender va a ser casero hecho por nosotros o de emprendimientos locales, es parte de la propuesta y el café de Forajida me parece buenísimo, está tostado en Las Flores, por Nelly y Fernando que son dos australianos que lo hacen con mucho amor. Es de verdad uno de los mejores cafés que yo probé en mi vida”, sostuvo la checa.

Una materia pendiente con Uruguay.

Zuzana destacó que “como principiantes en gastronomía, porque somos amateur que fuimos aprendiendo desde casa, estamos super agradecidos de poder estar en este patrimonio tan importante y hermoso, y por eso sentimos la responsabilidad de ofrecer una cafetería en la que la gente se puede sentir bien, cómoda y pueda disfrutar su merienda”.

Esta emprendedora checa, que ya es una uruguaya más, dijo que no tiene más que palabras de agradecimiento para nuestro país, pero que tiene una materia pendiente: “Me gustaría viajar un poquito por Uruguay. Porque desde que empecé a hornear, hace un año y medio, yo me quedé al lado del horno. Y me gustaría conocer más Uruguay porque hablo con gente que me cuenta que vive en este o en otro lugar y yo nunca fui”, sostuvo.

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