Tatiana Scherz Brener
A primera vista, parecería imposible combinar las herramientas de la medicina convencional con las de la medicina alternativa. Sin embargo, existe un enfoque integral que propone justamente eso: tomar la evidencia científica de un lado y el abordaje holístico del otro para “estimular el poder curativo innato del ser humano con prácticas más bien naturales”, indicó la doctora Paula Díaz Stojich.
Integrar.
“Somos seres espirituales viviendo una experiencia humana. No podemos tratar solamente los síntomas, sino que es importante conocer por qué el cuerpo responde de esa manera”, sostuvo Paula. En este sentido, dijo que para promover la salud es necesario tomar en cuenta las dimensiones del ser humano como una unidad: “No se habla del área física, emocional o cognitiva como algo separado, sino que se ve al individuo integralmente”.
El enfoque de la medicina integrativa implica entender al paciente como un todo. A modo de ejemplo, expuso: “Si tengo una patología inflamatoria crónica puedo promover una alimentación antiinflamatoria y actividad física, pero también tengo que gestionar el tema de las emociones, porque el estrés estimula la producción de cortisol, que es uno de los indicadores de inflamación, al igual que la insulina y otros”.
Algunas de las prácticas que integra en su trabajo son la alimentación anti inflamatoria, el descanso digestivo, el ayuno intermitente, la actividad física y el mindfulness.
La doctora Cecilia Vitola también se dedica a la medicina integrativa. “Es un modelo de pensamiento en donde uno ve al individuo como mucho más que el síntoma, y de hecho no nos preguntamos qué tiene el paciente, sino por qué lo tiene”, señaló.
Por ejemplo, frente a un dolor de rodilla no se trata solamente de dar un inyectable que lo calme, sino que hay que entender por qué viene, es decir, “cuál es el significado emocional de ese dolor”. Lo explicó así: “Vemos la luz, pero no sabemos dónde está el interruptor, que es lo que gatilló ese síntoma”.
Y aún así, la visión convencional sigue presente: “No solo me voy a quedar con lo emocional, sino que voy a ver cómo es tu postura, tu descanso, tu alimentación, porque por mucho que trabajes emocionalmente el dolor, si seguís comiendo productos proinflamatorios o descuidando cómo hacés las sentadillas, vas a seguir teniéndolo”.
En su trabajo aplica herramientas de la medicina tradicional china, la ayurveda, la dietoterapia y la medicina ortomolecular. Y aseguró que la evidencia científica le da a estas prácticas “mucho más peso”: “Hace miles de años los chinos decían que los lácteos o el azúcar no están indicados para las personas con cáncer y ahora eso está avalado científicamente”.
Arte.
La medicina integrativa tiene referencias milenarias, como la meditación, el yoga y las plantas medicinales, y también otras más actuales, como la biodecodificación. Una de las prácticas que existe desde los inicios de la humanidad y que también promueve la salud es el arte.
“Es un enorme camino de sanación porque el arte se conecta con el subconsciente y desde esa inspiración es que podemos saber qué nos hace sentir bien y qué nos llena de miedo”, expresó Pablo Aguirrezabal, educador en arte. Él y Paula Díaz estarán dando talleres de arte y salud durante el mes de febrero.
La propuesta forma parte de su proyecto Arte y Salud: Nuevos hábitos para la vida (ARYS) y el objetivo es “invitar a las personas a vivenciar el encuentro con su propia voz desde la alimentación consciente, el mindfulness y la creatividad”. Paula agregó que los talleres están dirigidos a “todo aquel que quiera sentirse bien, alimentarse mejor, tomar contacto con sus emociones, entender los síntomas y promover su autoconocimiento”.
Serán cuatro encuentros presenciales los miércoles de febrero de 19 a 20.30 horas en Pai Escuela (Tacuarembó 1396, departamento de Montevideo). También tendrán un grupo de WhatsApp donde compartirán consignas y guías que servirán de inspiración durante el proceso. Están en Instagram como @arys.uy.
Conocerse.
Cecilia Vitola indicó que la palabra doctor viene del latín docere, que significa ‘enseñar’. “Esa es mi principal función: enseñar a las personas a conocerse para que puedan tomar decisiones basadas en lo que les hace bien y lo que no”, aseguró. Y añadió: “Lo que buscamos es que el paciente se empodere, que conecte con el por qué se enfermó y con qué le viene a transmitir eso para empezar a acomodar sus hábitos”.
La medicina integrativa también se trata de “buscar cuál es la medicina ideal para cada uno”. Puede ser escribir, cantar, subirse a una tabla de surf… Pero para saberlo lo primero es conocerse, y luego potenciar aquello que a uno le hace bien. Al consultorio de Cecilia “llegan pacientes que ya vieron millones de médicos, porque el sistema nos preparó para tratar enfermedades, no para enseñar a vivir en salud”.
Asimismo, sostuvo: “Cada uno es libre de hacer lo que quiera, pero hay que saber que podemos estar sin dolor. Que no te hagan creer que la menstruación tiene que ser con dolor, que el acné lo vas a tener toda la adolescencia o que si te diagnosticaron tal enfermedad la vas a tener de por vida”.
A lo largo de su carrera ha visto mejorar a pacientes con depresión, esquizofrenia, autismo, trastornos digestivos y muchos otros casos más. Las experiencias que más le han marcado fueron de niños con alergias alimentarias, trastornos del humor u otras patologías que “se comprometen con la causa, se empoderan y luego transmiten lo que saben a sus familias”.
Finalmente, dijo: “No quiero ver al paciente eternamente. Quiero que se empodere, logre conocerse, tome decisiones desde ese lugar y venga cada tanto a visitarme solamente para que le haga un chequeo”. Está en Instagram como @clinica_vitola.
Caminos hacia la medicina integrativa.
Paula estudió Medicina y se especializó en Medicina Familiar y Comunitaria. Con frecuencia utilizaba herramientas como la actividad física, la importancia de la alimentación y las plantas de uso medicinal, y fue a partir de allí que se interesó por las prácticas integrativas. En cuanto a Pablo, se acercó a este tema como resultado de una búsqueda personal: “En la gestión de las emociones encontré un camino para mejorar lo que estaba haciendo y además impulsar a que otros tuvieran más paz y alegría”.
Por su parte, Cecilia se formó en Medicina Tradicional China y también hizo la carrera de Medicina. “La medicina convencional nos brindó todo lo que tiene que ver con anatomía y fisiología, pero está muy enfocada en tratar la enfermedad, y la idea es pensar cómo recobro la salud”, expresó. Comenzó trabajando en el mutualismo, pero luego decidió correrse del sistema. “Le podía decir al paciente ‘sería bueno que retiraras los lácteos porque te irritan el intestino y eso puede estar perjudicando tu dolor lumbar’, pero al final le tenía que dar el diclofenac”, explicó.
Y agregó: “Ver a los pacientes en 15 minutos no es lo que me hace feliz, así que me tuve que abrir”.