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El principal problema de los afectados por enfermedades raras es la falta de diagnóstico

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SALUD

En la semana camino al Día Mundial de las Enfermedades Raras, médicos y organizaciones que trabajan por estas patologías buscan que todos puedan alcanzar un diagnóstico que habilite su tratamiento.

"Si bien somos raros, somos muchos”, dijo Iliara Borges, madre de Valentina, una niña que tiene un trastorno en el ADN mitocondrial que afecta una zona de su cerebro. Es una de las 7 mil enfermedades raras que existen en el mundo.

Hay que aclarar que la definición “rara” responde a su baja frecuencia aunque, como indica el slogan internacional de estas patologías, son muchos quienes las padecen.

El principal problema con el que se encuentran los afectados es la falta de diagnóstico, lo cual es clave tanto para investigar la patología como para determinar el tratamiento a realizar.

“En Uruguay tenemos una situación intermedia, pero soy optimista en el sentido de que hay muchos grupos de médicos, biólogos y bioquímicos trabajando en el tema, que saben usar las herramientas necesarias para el diagnóstico y la investigación”, señaló Víctor Raggio, médico genetista y profesor agregado del Departamento de Genética de la Facultad de Medicina de la Udelar.

Las limitaciones en nuestro país pasan más por los presupuestos destinados tanto a diagnosticar como a investigar.

En Uruguay las padecen unas 200 mil personas.

Las enfermedades raras o de baja frecuencia son aquellas que padece menos de 1 en 2 mil personas. Hay una estadística que dice que si se juntara a todos los afectados por estas patologías en un mismo país, sería el tercero más poblado del mundo. Por eso el “Somos muchos” que tienen por slogan. Se dice que hay unas 7 mil enfermedades raras que padecen más de 300 millones de personas en el mundo. En Uruguay hay registradas más de 2 mil que afectan a unas 200 mil personas. Para muchas no hay cura y a veces tampoco tratamiento. Se dice que aproximadamente el 80% son de causa genética, pero también las hay por causas neoplásicas, infecciosas o autoinmunes. El 75% afecta a niños, de los cuales el 30% muere antes de los 5 años.

En busca del necesario diagnóstico.

“La gran barrera que existe en Uruguay es que un alto porcentaje de niños con enfermedades raras no tiene diagnóstico. Se sospecha de determinada enfermedad, pero no se tiene una confirmación genética, un estudio que compruebe que es determinado gen que está mutado el que provoca la enfermedad”, destacó Borges, creadora de la Fundación Uruguaya para la Investigación de las Enfermedades Raras (Fupier).

En tal sentido, el año pasado Fupier inició la campaña llamada Currículum Vitales en la que se exponían los casos de 20 niños sin diagnóstico esperando el apoyo económico de las empresas para poder alcanzarlo. No les fue bien, apenas llegaron a un poco más del 10% de lo necesario, por eso este año apuestan a redoblar esfuerzos apuntando al aporte de la población en general.

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Por ahora los ensayos clínivos no se hacen en el país, pero se busca que se los pueda hacer.

“Enfermedad rara, en general, es sinónimo de enfermedad de difícil diagnóstico por varios motivos”, explicó Raggio. El primero de ellos es que los médicos no las conocen porque, al ser tan poco frecuentes, no tienen experiencia en ellas. “Yo hace 25 años que trabajo en genética y hay enfermedades raras de las que he visto uno o dos pacientes”, acotó quien trabaja en el Hospital Pereira Rossell.

El segundo motivo es que para llegar a un diagnóstico hay que contar con ciertas tecnologías de análisis de los genes para las que hay dificultades de acceso, fundamentalmente económicas. Hoy en día la mayoría de las tecnologías están disponibles en el país y sino es muy sencillo enviar la muestra a un laboratorio de la región o del primer mundo para su estudio.

“En el proyecto de análisis genómico de enfermedades raras, que se hace en el Institut Pasteur de Montevideo, las muestras las colectamos acá, pero una parte del análisis se manda a Seúl (Corea del Sur). Es muy sencillo de hacer y muchas veces más barato”, detalló Raggio.

El genetista añadió que tanto el Estado como las instituciones mutuales cubren parcialmente los estudios médicos; depende del costo, las edades y la situación de los pacientes.

Por ejemplo, el Banco de Previsión Social (BPS) realiza algunos estudios genéticos orientados a las enfermedades raras a pacientes que cumplen con ciertos requisitos administrativos, pero deben ser menores de 18 años. El Pereira Rossell ha cubierto algunos análisis, pero a otros no ha podido hacer frente por falta de recursos económicos.

Raggio indicó que hay muchos pacientes que optan por hacerse los estudios en forma particular dado que, si bien tienen un costo importante, tampoco es inaccesible. “En general andan entre los US$ 1.000 y los US$ 2.000; buenos estudios, los más potentes que hay hoy en día”, acotó.

La buena noticia es que se ha logrado bajar el tiempo promedio de 5 años que insumía llegar a un diagnóstico.

“Por mi experiencia me doy cuenta de que hacemos diagnósticos en una semana de algo que en otra época sabíamos que nos iba a llevar años, si es que lo íbamos a lograr en algún momento. La otra cara de la moneda es que queda un grupo de casos súper duros, súper difíciles de diagnosticar, a los que les hemos hecho todos los análisis genéticos que se nos podían ocurrir o podíamos tener en la mano y siguen sin un diagnóstico”, dijo Raggio.

Fundación que reúne a padres y especialistas

Fupier nace de la necesidad de tratamiento o cura para las enfermedades raras”, contó Iliara Borges sobre la creación de la Fundación Uruguaya para la Investigación de Enfermedades Raras que encaró en 2015 con un grupo de padres de niños afectados por estas patologías. “Está hecha muy a pulmón; participamos los padres y las familias. A medida que surgen avances tratamos de incorporarlos”, explicó sobre los convenios que han establecido con la Facultad de Medicina de la Udelar o el Institut Pasteur de Montevideo, además de los nexos con universidades o grupos de investigación del exterior. Actualmente están en tratativas con una organización de Brasil que se interesó al ver el spot de la campaña Currículum Vitales. En el equipo profesional que los asesora en forma honoraria están el genetista Víctor Raggio, los doctores en Ciencias Biológicas Hugo Naya y Lucía Spangenberg, y la licenciada en Biología Humana Kateryn Bentancor, entre otros.

Ensayos clínicos a futuro.

Lo que sí está más lejos de concretarse en Uruguay son las investigaciones clínicas. “Es más complejo y ya no depende de los que trabajamos en la academia o en el sector público, sino de la industria farmacéutica haciendo sus ensayos”, explicó Raggio.

Fupier lucha para que se puedan desarrollar en el país, pero mientras esto no ocurre lo que hace es, una vez confirmado el diagnóstico, funcionar como nexo. “Lo hacemos a través de los distintos convenios que tenemos con universidades o con grupos de investigación que, por lo general, ya están sponsoreados o que distintas organizaciones se reúnen para financiarlos. Nosotros en alguna oportunidad colaboramos con algo económicamente, pero no los financiamos en su totalidad”, acotó Borges.

En los últimos años se han desarrollado en Uruguay proyectos que van por ese camino, aunque el objetivo principal sigue siendo conseguir los diagnósticos.

Raggio, por ejemplo, participa en tres proyectos que se entrelazan. Uno es el que lleva adelante la Unidad de Bioinformática del Institut Pasteur; como profesor de la Facultad de Medicina de la Udelar en el área de genética, realiza diagnósticos tanto clínicos como con métodos de laboratorio, y además colabora con Fupier en una actividad que abarca más el aspecto social del tema.

Un Día Mundial para generar conciencia

“Nuestra fundación está muy bien constituida en la parte médica y nos comunicamos con cualquier universidad del exterior donde estén estudiando determinada patología para derivar a los pacientes”, explicó Iliara Borges sobre una de las funciones que cumple Fupier. Por eso es fundamental conocer el diagnóstico de cada niño para poder incluirlo en una línea de investigación. “No pueden aceptar un niño si no saben lo que tiene”, remarcó. En ese sentido fue que el año pasado se inició la campaña Currículums Vitales (disponible en fupier.org). “Buscaba llamar la atención de las empresas porque en diciembre podíamos recaudar fondos a través del Ministerio de Economía y Finanzas que brindaba el beneficio fiscal a las empresas que colaboraban”, detalló Borges. El objetivo era financiar 20 exomas, o sea, conocer el diagnóstico genético de 20 niños, algunos de los cuales participaron del spot contando su historia. La situación en la que se encuentra el país derivada de la pandemia de la COVID-19 permitió recaudar apenas un poco más del 10% necesario, por lo que la campaña sigue abierta y es uno de los temas sobre los que se quiere llamar la atención en el Día Mundial de las Enfermedades Raras 2021 (domingo 28 de febrero).
“Desde que se constituyó la fundación somos parte del Rare Desease Day (raredeseaseday.org), que es una marca registrada internacional que reúne a más de cien países que en este día hacen actividades para generar conciencia sobre las necesidades de los pacientes con enfermedades raras”, explicó Borges. Fupier organiza un Instagram Live el mismo domingo 28, a las 19 horas, en el que los doctores Víctor Raggio y Lucía Spangenberg informarán sobre el tema y evacuarán preguntas de los interesados.

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Día Mundial de las Enfermedades Raras

Se celebra este domingo 28 de febrero con actividades de concientización, como iluminar lugares con los colores que las identifican.

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