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Nicolas Berggruen: "Uruguay es diferente de sus vecinos"

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Nicolas Berggruen. Foto: archivo

ENTREVISTA

El filántropo alemán mira las democracias del mundo con preocupación y por eso publicó junto a Nathan Garderls el libro “Renovar la democracia”; sin embargo, ve en Uruguay un sitio donde aprender.

Desde hace 11 años el Instituto Berggruen trabaja en cuatro temas que afectan a toda la sociedad: democracia, capitalismo, geopolítica y cómo las tecnologíasafectan la naturaleza humana.

Este año, Nicolas Berggruen, filántropo alemán, fundador y director de la organización publicó, junto a Nathan Gardels, el libro “Renovar la democracia”.

El objetivo de Berggruen era viajar a Uruguay y presentar su nuevo texto, sin embargo la suba en los casos de coronavirus impidió su llegada.

Desde Estados Unidos, el filántropo conversó con El País sobre su texto y su visión de la democracia alrededor del mundo.

– ¿Por qué se interesó en estos temas?
– Crecí en París (Francia) y desde la adolescencia me interesó mucho la política y la filosofía. Leía y pensaba mucho. En lugar de elegir una carrera sobre estos temas, me involucré en el mundo de los negocios para aprender desde la realidad. Luego regresé a mi verdadero amor y así fue que surgió el Instituto Berggruen, para responder esas preguntas de política y filosofía.

– En su libro habla sobre las formas de renovar la democracia, ¿cuáles son los desafíos que las democracias enfrentan en la actualidad?

– Lo que sucede con las democracias es que hay buenas y malas noticias. La buena refiere a que en ellas todos tienen voz, mientras que la mala noticia es la misma. Por un lado, se vuelve muy dinámico y por otro, muy confuso. Cuando están las luchas por las elecciones todo se politiza y mediatiza. Durante mucho tiempo este sistema no ha funcionado, Alemania eligió a Hitler por la vía democrática. Entonces las democracias pueden ser atravesadas por extremistas y así ha sucedido a lo largo de la historia. En general funcionan de una manera que gracias a los medios tradicionales y los partidos políticos que tuvieron la visón muy clara, las personas les tienen mucho respeto. Si el funcionamiento es bueno, deberían unir a las personas en lugar de separarlas, pero lo que sucede es que como todos tienen una voz, los partidos políticos tradicionales y los medios tradicionales perdieron mucho terreno y hay más opiniones divididas y peleas por lo que las personas piensan. Al final del día, creo que todo termina alrededor de visiones extremas en lugar de lo que es bueno para todos. Así que las democracias cada vez son menos capaces de unir a las personas, incluyendo a los Estados Unidos, donde estoy ahora. Creo que las preguntas deberían ser: ¿Cómo construimos un futuro juntos? ¿Cómo construimos un futuro sano? ¿Cómo logramos que las personas trabajen juntas?; cuando elegís un gobierno, ¿Cómo un gobierno es saludable y cómo no lo es?, creo que esos son los desafíos que tenemos hoy y en el libro intentamos referirnos a algo de esto y sugerir algunas ideas. Porque pensar que las elecciones son la forma de resolver todos los problemas de la democracia es muy limitado.

– En el texto se refiere a cómo las redes sociales y la tecnología impactan en la vida de las personas, ¿Cómo lo hacen?

– La tecnología es buena y mala como cualquier tecnología. La parte buena es que permite el acceso a la información a todo el mundo y permite tener una voz. Sin embargo, también fragmenta las voces, opiniones y divide a las personas en lugar de unirlas. Lo que proponemos es la idea de utilizar la tecnología para que una a las personas y crear asambleas ciudadanas que ayuden a discutir sobre los temas complicados. Lo que más recomendamos es que se hable sobre lo bueno y lo malo de las ideas o medidas y que luego decidan informar al gobierno. Creemos que la tecnología puede ser utilizada para ayudar, en lugar de dar voz a individuos aislados o solamente para las elecciones. Nuestro sentir es que si solo se usa la tecnología para que los ciudadanos voten o para recabar votos, eso es muy limitado. Hay mucho más que puede hacerse con la tecnología que sería muy bueno para la sociedad.

– El libro se titula “cómo renovar la democracia”, ¿Cuáles son las estrategias?
– Como hablaba de la tecnología, considero que necesitamos introducir nuevos instrumentos y sistemas para ayudar a la democracia para que no todo se convierta en una lucha política. Se debería distinguir entre las cuestiones prácticas y políticas, ya que temas prácticos, como la pandemia, por ejemplo, deberían tratarse de forma objetiva o científica. Es importante que los gobiernos sirvan a los ciudadanos como un servicio y no como un instrumento político.

–¿Cómo ve la situación de la democracia en América Latina?
– Creo que es una región muy diversa. Uruguay, por ejemplo, es muy diferente que sus vecinos, pero creo que tienen los mismos problemas que tenemos aquí: todo se politiza, hay mucho populismo y las personas se centran más en la ideología que en las necesidades prácticas y al final del día considero que a un país le va bien si se ocupa de las necesidades de sus ciudadanos. Creo que es interesante lo que pasó en América Latina. Es interesante porque tuvieron unos años en los que les fue bastante bien y luego un período en el que en promedio – creo que en Uruguay no fue tan así – les fue peor. Considerando que pueden ser más exitosos hay que preguntarse por qué. En los papeles las democracias de América Latina deberían ser maravillosas, sin embargo funcionan menos bien de lo que se espera. Entonces la práctica de la democracia, el rol del gobierno y la eficiencia es menos buena de lo que debería ser.

–¿Qué opina sobre la democracia uruguaya?
– Es dinámica, afortunadamente más pequeña y pueden experimentar. Una de las cosas que me interesaba hacer era aprender más de ustedes, mi intención era viajar a Uruguay. Francamente considero que son una de las democracias que mejor funciona, donde las personas colaboran de una forma que es más útil para todos los ciudadanos del país y donde hay respeto por los políticos y los partidos, más que en otros. Además, creo que en Uruguay cuando un partido pierde los vencedores lo tratan mucho mejor y me parece que la idea detrás de eso es que Uruguay gane y por ende todos los ciudadanos ganen.

Sobre Nicolas Berggruen.

Nicolas Berggruen (60) es el hijo de un coleccionista de arte Alemán. Creció en París, pero se mudó a Estados Unidos y asistió a la Universidad de Nueva York.

Trabajó en la empresa inmobiliaria de los hermanos Bass; en 1985 fundó Berggruen Holdings y en 1988 Alpha Investment Management.

Según la revista Forbes, sus inversiones van desde energías limpias hasta rentadoras de autos.

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