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¿Qué es la medicina hiperbárica y cuánto se practica en Uruguay?

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medicina hiperbárica

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Es una terapia que existe desde hace años, pero en Uruguay muchos desconocen sus beneficios. No solo se puede utilizar para recuperarse de lesiones, sino también en una gran variedad de patologías.

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Lebron James, Rafael Nadal, Cristiano Ronaldo, Madonna… son varios los famosos que recurren o han recurrido a la medicina hiperbárica. En Uruguay hay deportistas que también la usan, pero todavía no se la conoce demasiado a pesar de que hace años que existe.

“Ahora está difundiéndose un poquito más, estamos tratando de que se conozcan los beneficios”, contó a El País la doctora Verónica Delucchi, médica internista y ozonóloga, especializada en medicina hiperbárica.

“Es una especialidad médica que se basa en la administración de altas concentraciones de oxígeno en un ambiente hiperbárico que se encuentra a presión superior que la atmosférica. Eso se logra en un dispositivo que se usa para tal fin llamado cámara hiperbárica”, explicó quien hizo experiencia trabajando con la cámara que tiene el Hospital Militar y que hoy se desempeña en la clínica Regen Therapy, una de las pocas que maneja esta tecnología en nuestro país.

“El objetivo principal de este tratamiento es potenciar los sistemas naturales del organismo, la reparación de tejidos mediante la revascularización y angiogénesis (formación de nuevos vasos sanguíneos), la producción de colágeno y la vasoconstricción”, detalló Delucchi.

Los famosos mencionados se sometieron a este tratamiento para mejorar su rendimiento deportivo, curar alguna lesión o porque consideran que ayuda a prolongar su vida, pero la medicina hiperbárica también se usa para tratar patologías.

Una de las primeras cámaras hiperbáricas del Uruguay funcionó primero en la Armada Nacional, donde se usaba para tratar la enfermedad descompresiva del buzo. “Después fue instalada en el Hospital Militar, donde trabajamos la mayoría de las veces todo lo vinculado a reparación de tejidos, ya sea con úlceras –lo que más vemos–, pacientes con fibromialgia o con lesiones post quirúrgicas y pre quirúrgicas tratando de evitar amputaciones en miembros”, mencionó Delucchi entre la variedad de sus usos.

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En esos años que la profesional se desempeñó en el Hospital Militar también tuvo la oportunidad de tratar a la selección uruguaya de fútbol, en 2010, y al tenista Pablo Cuevas. Fuera de eso los deportistas no eran los usuarios más comunes.

Cuevas contó a El País que además de la del Hospital Militar, usó la cámara en Buenos Aires y una menos sofisticada en Salto. “Todas las veces lo hice con el objetivo de sanar alguna lesión incrementando un poco la circulación sanguínea, tratando de acelerar los tiempos en algún momento y en otros para evitar una operación. El resultado es muy difícil de evaluar, lo que puedo decir es que no me perjudicó; no puedo afirmar si me ayudó”, dijo.

En Regen Therapy, en tanto, cada vez se están acercando más deportistas, profesionales o amateurs. “Buscan recuperar lesiones, mejorar la eficiencia energética, acortar los tiempos de recuperación y por tanto de inactividad deportiva, prevenir la fatiga en períodos de actividad intensa, mejorar la tolerancia al ejercicio… en suma, están maximizando su rendimiento”, destacó.

Se acercan por iniciativa propia, ya sea porque escucharon hablar de las cámaras o porque las usaron por haber estado en el exterior, pero no llegan a través de un club o una institución.

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Una medicina aplicable a varias patologías

En clínica médica, la medicina hiperbárica se aplica para heridas (úlceras, pie diabético, quemaduras, implantes, colgajos, heridas post quirúrgicas, infecciones), migrañas, fibromialgias y fatiga crónica, sordera súbita y acúfenos.

También en reumatología (artrosis, osteomielitis), en oncología (favorece y acelera la cicatrización de las heridas, lesiones radioinducidas), en neurología (ACV) y medicina del deporte y traumatología (prepara durante el entrenamiento, mejora la eficiencia energética, acorta los tiempos de recuperación, previene la fatiga en períodos de actividad intensa, mejora la rehabilitación de lesiones).

Como contraindicaciones absolutas está la EPOC y el neumotórax en curso no tratado; relativas: embarazo, fiebre, resfríos, perforación del tímpano no cicatrizada, claustrofobia, marcapasos de tecnología antigua, epilepsia no controlada.

Cómo es la terapia.

Lo recomendable es que el paciente sea evaluado previamente por un médico. “Hay que ver si realmente le va a generar un beneficio y qué tipo de afección tiene. Incluso si es una persona sana que lo quiere solo para mejorar rendimiento, igual la evaluamos”, detalló Delucchi.

La persona ingresa a la cámara con su ropa habitual, sin calzado. Tanto la cámara como la camilla están fabricados con un material de fácil desinfección, la que se realiza siguiendo un protocolo que hoy contempla la COVID-19.
Dentro se puede leer, escuchar música o usar el celular. “La idea es que la persona lo tome como algo disfrutable, que no esté pendiente… la mayoría se duerme porque te provoca como una relajación”, señaló la especialista.

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Siempre hay personal entrenado para asistir al usuario, entre otras cosas porque al principio se puede generar algo de ansiedad.

“Es una cámara muy segura, incluso para pacientes con claustrofobia. Está diseñada con un mecanismo para que puedan salir por sí mismos. Tiene un timbre adentro conectado con otro timbre exterior para comunicarse con un operador de cámara. Incluso tiene ventanas a través de las que pueden hacerse señas o charlar”, describió.

Se sugiere no ingerir alcohol 12 horas antes, ni fumar dos horas antes ni dos horas después de la sesión. Delucchi explicó que “al suministrarse el aire para elevar la presión dentro de la cámara, se genera un ruido como un soplido y se puede sentir una presión en los oídos, símil al avión, que se revierte abriendo la boca, bostezando o tragando agua o saliva”.

Existen dos tipos de cámaras: rígidas y semi-rígidas. Las primeras tienen como ventaja su mayor volumen y que algunas son multiplazas, es decir que puede ingresar más de una persona. Las desventajas son la neuroexcitabilidad (pacientes con riesgo de hacer convulsiones), menor accesibilidad, mayor costo y difícil instalación para su operación.

En tanto las semi-rígidas no generan neuroexcitabilidad y no se han detectado efectos secundarios neurológicos, son de mayor accesibilidad y menor costo, ofrecen un poder de disolución del oxígeno en plasma óptimo y tienen corta presurización y despresurización. Las contras es que no se pueden utilizar en patologías disbáricas, como la enfermedad descompresiva del buzo y la embolia gaseosa, y que al ser de reciente fabricación existe menor evidencia publicada. “Se pueden desarmar y trasladar hasta donde está el paciente”, acotó Delucchi.

Se prueba para secuelas de la COVID-19

La doctora Verónica Delucchi, que actualmente cursa un máster en Medicina Hiperbárica, recientemente participó de un simposio organizado en Argentina en el que se discutió la efectividad del uso de las cámaras hiperbáricas para tratar las secuelas de la COVID-19.

“Participaron colegas de España, Brasil, Costa Rica, México, que están haciendo experiencia en el síndrome post COVID, o sea, las secuelas que han quedado en pacientes que han tenido las neumonías por el SARS-CoV-2. Lo que se ha visto hasta ahora es que, sumando efectos entre terapia de oxigenación hiperbárica y rehabilitación respiratoria, la situación de estos pacientes ha mejorado muchísimo en cuanto a los dos síntomas principales de la COVID, que son la disnea (la sensación subjetiva de falta de aire) y la fatiga muscular”, explicó la especialista.

Delucchi aclaró que aún no existen publicaciones al respecto, pero ya hay varias encaminadas en distintos países, caso de Israel. “Pasa que se necesitan muchos pacientes para estos estudios de investigación científica y todavía no llegan al número necesario. Todavía falta más documentación”, señaló la médica.

Actualmente la profesional está tratando algunos pacientes con secuelas post COVID-19, los que están mostrando una muy buena respuesta a la medicina hiperbárica.
“Traté un par de ellos que están evolucionando muy bien y tengo otros cuatro o cinco encaminados que en este momento están haciendo la terapia. Además, vamos sumando la experiencia de otros países. Se ha hecho tratamiento solo cámara y cámara más rehabilitación respiratoria y se ha visto que la mejoría ha sido muy buena sumando las dos terapias”, destacó la profesional en diálogo con El País.

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¿Es costoso?: Depende de cómo se evalúe

Cada sesión de cámara hiperbárica (generalmente dura una hora, en casos específicos puede llegar a extenderse hora y media) ronda los $ 2.500. Un tratamiento básico exige unas 20 sesiones, si bien hay casos que demandan 30 sesiones. Lo ideal es hacerlas todos los días o día por medio.

Teniendo en cuenta esta información, ¿es un tratamiento costoso? Para la doctora Verónica Delucchi la respuesta depende de cómo se lo vea. “Yo he tenido pacientes que vienen arrastrando durante años unas lesiones ulceradas horribles, profundas, que se les ve hasta el hueso, con una muy mala calidad de vida y en cuestión de 20 sesiones de cámara hiperbárica mejoran muchísimo. Si se les hubiera hecho este tratamiento de entrada, el resultado en cuanto a la calidad de vida y el ahorro en gastos en tickets de mutualistas, medicamentos, curaciones... determinaría que es una terapia barata”, opinó la especialista.

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