Publicidad

Edificio Artigas: un pedazo de Nueva York en medio de Ciudad Vieja

Compartir esta noticia
Fachada del Edificio Artigas
Edificio Artigas, edificio art deco ubicado en Rincon y Treinta y Tres, en el barrio Ciudad Vieja de Montevideo, declarado Monumento Historico Nacional, ND 20220707, foto Francisco Flores - Archivo El Pais
Francisco Flores/Archivo El Pais

ARQUITECTURA

Fue proyectado por el arquitecto norteamericano Aaron Alexander imitando a los rascacielos neoyorkinos. Recientemente fue declarado Monumento Histórico Nacional.

Aparece de pronto: un edificio de 50 metros de altura en medio de Ciudad Vieja que no se parece a ningún otro. Es una pieza que se levanta y crece por encima de todas las demás. Aparece de pronto y se impone, altivo, elegante. Porque cuando una camina por esas cuadras de veredas angostas y balcones de hierro y llega a Treinta y Tres y Rincón, no hay manera de evitarlo, de no verlo, de esquivarlo: está allí, ocupando toda la esquina, imponiéndose como si dijera - como si suplicara- mírenme. Aparece de pronto y a pesar de todo - de su tamaño, de su altura, de su elegancia, de su esquina- ha pasado desapercibido para la arquitectura: nadie, hasta ahora, había estudiado en profundidad al Edificio Artigas.

Todo empezó por una tesis de maestría. Cecilia Scheps, arquitecta, pasaba frente a él todos los días cada vez que iba a trabajar. Y siempre lo miraba. Su abuelo le había dicho que creía que el arquitecto que lo había proyectado había sido un norteamericano, pero que no se sabía nada sobre él y mucho menos sobre el edificio. Con ese dato Cecilia empezó a investigar y decidió que ese lugar y su historia serían el tema de su tesis.

“Investigando di con una arquitecta que había llegado al nombre de quien proyectó este edificio: un arquitecto norteamericano llamado Aaron Alexander. Pero no había nada más. Este edificio nunca tuvo el reconocimiento que merecía. O le llega muy tarde, ahora, con la declaración de Monumento Histórico Nacional por parte del Ministerio de Educación y Cultura. Pero nunca fue mirado con detalles, no se estudia en la facultad, no aparece en las guías de arquitectura como un lugar destacado”, explica Cecilia.

La historia fue más o menos así: Aaron Alexander trabajaba con el National City Bank de Nueva York, cuando el empresario norteamericano Henry Lutcher Brown decidió invertir y hacer negocios en América Latina. Eligió instalarse en Uruguay y, junto con el banco, mandó a construir un edificio. Era 1947 y Alexander estaba trabajando desde su oficina en el 20 Exchange Place, una construcción Art decó de 60 pisos en pleno Nueva York, cuando proyectó el Edificio Artigas: una pequeña construcción Art decó neoyorkina que se instalaría en medio de la Ciudad Vieja de Montevideo.

Tardaron tres años en construirlo y se inauguró en 1950. Entonces, en Uruguay, la arquitectura estaba mirando, sobre todo, hacia el modernismo.

“Esa es una de las particularidades de este edificio: es un proyecto que vino desde otra ciudad, con otra normativa, con otras lógicas de inserción en la trama urbana”, dice Cecilia. “Si recorrés Ciudad Vieja este edificio se distingue por cómo se inserta en la ciudad: tiene dos retiros sobre las dos calles en las que está, tiene una altura de 50 metros, que sobrepasa la permitida en ese momento, que eran 17. Y tiene una serie de retranqueos sucesivos en su volumetría que va escalonando hacia arriba y que también era un recurso muy utilizado en ese tipo de rascacielos Art decó de los años 20 y 30. Ese fue el momento de auge de esta corriente, por eso este edificio se considera un Art decó tardío”.

Esas características - que sea de otro tiempo, que venga de otra ciudad- son las que hacen al Edificio Artigas un lugar que no se parece a ningún otro: se trata de un rascacielos de Manhattan en la esquina de Treinta y Tres y Rincón.

Los detalles

El interior del Edificio Artigas
El interior del Edificio Artigas. Foto: F. Flores

Las veredas sobre las que se levanta el Edificio Artigas son amplias, espaciosas. Hay, sobre las dos calles, bancos, plantas, luces, una escultura de Enrique Broglia, una de Octavio Podestá y un mural que representa una obra de Manuel Pailós.

El lugar lleva el nombre de Artigas porque se inauguró cuando se cumplieron 100 años de su muerte. Por eso, sobre la puerta principal del edificio hay un fresco con la imagen de José Gervasio Artigas que hizo el norteamericano Wayman Elbridge Adams. Después, alcanza con recorrerlo para encontrar las señales que dicen que ese lugar responde a unas lógicas estadounidenses.

Por ejemplo: las escaleras y las paredes están revestidas de mármol, hay, en el hall de entrada, cuatro cabinas telefónicas, fue uno de los primeros edificios en tener aire acondicionado en Montevideo, tiene un ducto de correo que atraviesa todos los pisos con un buzón para depositar las cartas que llega hasta planta baja, en cada circulación hay un bebedero para garantizar el agua potable a todas las personas que viven allí, costumbre que viene de una normativa norteamericana.

Además el edificio tiene la bóveda original que se construyó para el City Bank - que funcionaba en el primer piso y en el subsuelo. Se trata de la segunda bóveda más grande del país, solo después de la del Banco República: mide tres metros de largo por ocho de ancho y es un lugar indestructible.

La bóveda que se conserva en el Edificio Artigas
La bóveda que se conserva en el Edificio Artigas. Foto: F. Flores

Hoy ese espacio se utiliza para guardar las obras de arte que van a ser expuestas en el Espacio Cultural que funciona, en el subsuelo, desde 2019.

Para el arte nacional

Al frente de la gestión ese espacio está Roxana Pallotta y dice, de él, esto: que sobre todo está destinado a difundir obra de artistas nacionales y que además eligen nombres que no sean tan conocidos, que es un lugar muy particular porque, donde ahora se exponen cuadros y esculturas de Félix Bernasconi, antes funcionaba una oficina, como en todo el resto del edificio. “Hay obras de arte en todo el lugar. La idea es mejorar eso, que los corredores vayan teniendo más representación de arte nacional”, dice Roxana. “Este espacio es un aporte más a la gran oferta cultural que hay en Ciudad Vieja”.

Allí, en medio de cuadros repletos de colores, hay unas columnas enormes y robustas. Son los pilares de la estructura original que sostienen a todo el Edificio Artigas.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Montevideoarquitectura

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad