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Casa Neptuna: el lugar donde artistas latinoamericanos se desarrollarán en José Ignacio

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Vista aérea de Casa Neptuna en José Ignacio. Foto: Ricardo Figueredo
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Arte

La Fundación Ama Amoedo lanza su primer proyecto de residencias artísticas y eligió el balneario de Maldonado como enclave.

En José Ignacio, sobre la Playa Mansa, una construcción muy particular capta la atención. Casa Neptuna está pintada de verde, con columnas en cyan y rosado y un gran deck de cemento amarillo.

Esa vivienda, que estaba destinada originalmente para los caseros de la finca de Amalia Amoedo, pasó por un proceso de transformación en el invierno hasta convertirse en el edificio-obra de arte que albergará el primer proyecto de la Fundación Ama Amoedo, una serie de residencias artísticas que comienzan en noviembre.

La santafesina Violeta Mansilla es abogada de profesión pero su pasión fue siempre el arte. Luego de recibirse decidió estudiar un máster en Gestión Cultural y trabajó como performer y tuvo un proyecto artístico en Buenos Aires. Ahora, instalada en Uruguay, es la curadora y directora del programa Fundación Ama Amoedo Residencias Artísticas (FAARA). Se trasladó de Buenos Aires a Punta del Este en noviembre de 2020 y se embarcó en la remodelación del lugar.

Mansilla trabajó a distancia con el arquitecto Edgardo Giménez, artista que ya había trabajado en edificios, para lograr dar forma a Casa Neptuna.
“Edgardo no conocía nada la casa ni el espacio ni donde estaba emplazado, solo un plano. Le hicimos una maqueta y empezó a trabajar desde Buenos Aires”, explicó Mansilla a El País.

Si bien el exterior es estridente, el interior está hecho con porcelanato blanco para dar a los artistas que vivan allí el espacio para hacer su trabajo.
“Los muebles también los diseño Edgardo pero van en la línea de también ser neutros, con algunas excepciones”, detalló la curadora.

Violeta Mansilla. Foto: Cortesía
Violeta Mansilla. Foto: Cortesía
Amalia Amoedo. Foto: cortesía
Amalia Amoedo. Foto: cortesía

¿Por qué Casa Neptuna?

“Elegimos el nombre Casa Neptuna, porque es el femenino de Neptuno. La casa está junto al mar y lleva el nombre del dios del mar y tiene toda esa magia”, explicó Amoedo.
“Tiene un poco que ver con lo femenino y con el mar, también con la astrología, porque también soy astróloga y me fijo en esas cosas en mis proyectos”, acotó.

Sobre la decisión de convertir la segunda casa de su residencia en el lugar donde vivirán los artistas, Amoedo señaló: “Quería que estuvieran cerca mío también para poder acompañar desde otro lugar más íntimo el proceso, aunque no estaré directamente, sino cuando Violeta y los artistas me inviten. Me pareció muy lindo tenerlos cerca y en esta Playa Mansa que tiene José Ignacio, ojalá que siga así tan cuidado como está”.

La casa no abrirá al público, sino que servirá de hogar para los artistas.

Cómo surgió FAARA

Amalia Amoedo es mecenas, artista y coleccionista de arte desde hace mucho tiempo y ya colaboraba con diferentes proyectos de forma espontánea. La creación de la Fundación Ama Amoedo fue una forma de articular ese trabajo que venía haciendo de una manera más formal. Las residencias artísticas son así la primera iniciativa formal de la fundación.
“El proyecto de residencia lo tenía en la cabeza dando vueltas hacía bastante tiempo porque quería buscar una manera más de apoyo al sistema del arte, no al medio y me pareció muy interesante”, explicó Amalia Amoedo.

Por su parte, Mansilla contó que venía trabajando con la coleccionista desde 2019 y que originalmente el lugar elegido era la Patagonia argentina; sin embargo, cuando Amoedo se trasladó a Uruguay decidieron embarcarse con el proyecto en José Ignacio.

Mansilla indicó que el objetivo de esta residencia es darle el espacio al artista para que proyecte y no necesariamente que produzca. “Capaz que alguien viene y en las seis semanas pinta un montón, otro escribe un libro y otro desarrolla ideas para una bienal. La idea es que vengan e investiguen y que nosotros los ayudemos con lo que precisen”, destacó Mansilla.

Para la curadora esta es una oportunidad única para los artistas de encontrarse en un lugar donde se les ofrecerán recursos para desarrollarse. “Si bien la fundación es de Ama, la construí como si fuera mía, destacó.

Seleccionados.

Elegir a los artistas que pasarán por la residencia durante seis semanas en los meses de noviembre de 2021, febrero de 2022 y septiembre de 2022 no fue una tarea sencilla.

Violeta Mansilla explicó que ni ella ni Amoedo quisieron ser las responsables de elegir a los artistas invitados al programa por lo que se apoyaron en curadores internacionales con experiencia en el arte latinoamericano.

El Comité de selección estuvo integrado por Magalí Arriola, directora del Museo Tamayo en Ciudad de México; el colombiano Inti Guerrero, director artístico de Bellas Artes Projects en Filipinas y tutor del programa de Estudios Curatoriales de KASK en Bélgica; la argentina Aimé Iglesias Lukin, directora de Americas Society en Nueva York.

“Todos conocen la escena y fue muy dinámico porque ellos empezaron a pensar en propuestas y a qué tipo de artistas convocar”, señaló.

La primera residencia de seis semanas está a pocos días de comenzar. “En un mes llegan la argentina Marcela Sinclair y Sofía Gallisá Muriente de Puerto Rico y siento que serán un combo muy bueno desde el punto energético”, aseguró.

En 2022 lo harán la colombiana Liliana Angulo Cortés, el boliviano Andrés Bedoya, la argentina Adriana Bustos y la mexicana Noé Martínez Flores.

El objetivo, indicó Mansilla, es que al final de la residencia los seis artistas participen en una exposición grupal en el mes de diciembre en Miami, en el marco de Miami Art Basel 2022.

“La idea de nuestra residencia también es darle más visibilidad para que más personas conozcan a los artistas latinoamericanos”, remarcó.

El vínculo de Amalia Amoedo y José Ignacio

Amalia Amoedo se instaló en Punta del Este durante la pandemia, aunque era habitué de la zona.

“Quiero mucho Uruguay de toda mi vida. Tuve el privilegio y la suerte de pasar todos los veraneos de mi vida acá. En José Ignacio, mi abuela (Amalia Lacroze de Fortabat) tuvo la segunda casa que se construyó”, relató. Amoedo observó todo el desarrollo del balneario y aseguró: “Creció muchísimo, es increíble, ojalá que todos lo sigamos cuidando para que no pierda su esencia y su magia y podamos tener las playas lo más limpias posible y sin romper el ecosistema”.

La mecenas confesó que lo que más disfruta de la casa en José Ignacio es la paz que le brinda el balneario.

Sobre la posibilidad de quedarse de una forma más estable en la zona, señaló: “Por ahora estamos acá, pero yo voy y vengo a Buenos Aires y siempre estoy viajando, así que no puedo asegurar nada”.

El arte uruguayo

Sobre el arte uruguayo, Amoedo señaló que ve “un poco más clásica la obra de los artistas uruguayos contemporáneos” y que le “encanta”. Añadió que le parece que será muy “nutritivo” aportar a la residencia artistas que vienen de otras partes de América Latina.

Por su parte, Violeta Mansilla indicó que es una posibilidad que a futuro se sume algún artista uruguayo y que durante las residencias uno de los objetivos es que se logre un intercambio entre visitantes y locales.

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