Un trío ante los narcos de México

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Dos chicos que conviven con una novia en común. Marihuana. Un cartel poderoso. Agentes federales corruptos. Esos son los ingredientes de "Salvajes", la última película de Oliver Stone, que llega mañana al cine.

"No hay final para la guerra contra las drogas", comentó recientemente el director Oliver Stone a la hora de hablar de su película, que tiene mucho que ver con el tema. "Desafortunadamente", agregó al sitio web Collider, "mucha gente queda impune y eso es injusto… Al crear un ambiente falso de guerra contra las drogas y con castigos crueles contra estos crímenes la mitad de la población estadounidense que está en la cárcel por drogas no ha lastimado a nadie. Esta es una desigualdad tremenda en nuestro sistema. Así que si hacés una película en la que le das un aire romántico a la verdad, no conseguirás tu venganza ante estas cosas".

Adaptada de una novela de Dan Winslow, escritor especializado en historias policiales y de misterios, trata sobre una pareja de tres (Taylor Kitsh de John Carter, Aaron-Taylor Johnson de Kick Ass y Blake Lively de la serie Gossip Girl) que vive tranquilamente plantando la mejor marihuana de California. Su vida se ve sacudida cuando irrumpe ante ellos Elena (Salma Hayek), una poderosa narcotraficante que quiere explotar su producción. Con ella llegan Lado (Benicio del Toro), su temible asistente y Dennis (John Travolta) un corrupto agente de la DEA. Elena secuestra al personaje de Lively intentando forzar un negocio entre todos y valiéndose de la violencia que despliega Lado.

"He interpretado a narcotraficantes toda mi vida", dijo Del Toro durante una presentación de la película ante la prensa estadounidense. "Hice toda una carrera matando gente e interpretando toda clase de asesinos. Como latino pensás en el retrato de los latinos, pero esto no siempre es tendencioso necesariamente. Hay muchos temas a ser explorados, por otra parte. Y creo que hay cierto balance. No se trata de acusar a una persona. Pero acá, según cómo veo yo el asunto, se trata de algo mayor. La violencia y las drogas son representadas de forma exagerada. Esto es ficción. Así lo vi. Es más complejo y a veces la verdad es más extraña que la ficción. Solo leé los diarios".

Oliver Stone ya ganó tres Oscar por sus películas (Nacido el 4 de julio en 1989, Pelotón en 1986 y el guión de Expreso de medianoche en 1978). Con algunas diferencias, todas hablaban o intentaban hablar sobre la realidad e incluso denunciar algunas cosas. En su carrera posterior este vínculo entre denuncia, cine, violencia y militancia ideológica se reflejó en películas como Asesinos por naturaleza, Wall Street, JFK, El cielo yla tierra, World Trade Center y hasta los documentales Al sur de la frontera, sobre la inmigración desde Méjico y Castro en invierno.

Salvajes, para el director, toma un tema real y actúa pero lo lleva hacia otro lado.

La película fue preparada con algunos viajes de investigación a México y entrevistas con personas que están metidas en el mundo de los narcos. También la producción contó con un agente de la DEA como asesor y otros consejeros.

Sin embargo, para Stone hay algunos matices. "Esto es ficción hipotética", dijo. "Esto no es Traffic. Traffic es una película maravillosa pero es más bien como un documental. Esta es una situación hipotética sobre algo que no ha ocurrido todavía y nos permite imaginar. Podés imaginar lo peor pero no hemos visto gran violencia de este lado de la frontera todavía, salvo en Texas".

Según Stone los cárteles mejicanos no se han instalado del todo al norte de la frontera de su país con Estados Unidos porque eso desataría mucha atención sobre ellos. A pesar de que hay avanzadas y negocios de los cárteles instalados, Stone dice que no han encontrado rastros de que ocurra nada como lo de la película, como un narco que quiere adquirir negocios de drogas dentro de California. Eso es lo que lleva a que, desde su experiencia, pueda afirmar que la marihuana de México es muy inferior a la de Estados Unidos.

"Lo que estaba claro para mí, mientras pasé por México para la preparación de la película, era la conexión entre el dinero y los partidos políticos. Hay mucho dinero en México. Grandes cantidades siendo lavadas. Necesitan poner el dinero en una economía legítima. Cuando escuchas que un partido pondrá plata a favor de este o de otro cártel, te puedes imaginar que Elena sería pan comido, porque en la historia vemos cómo está perdiendo poder".

ACTORES. La película tiene una peculiar combinación de actores. Por un lado los tres "héroes" son actores que están omenzando a salir en producciones mayores (tal vez Blake Lively sea más popular gracias a la serieGossip Girl). Y los antagonistas y secundarios son figuras más populares y mucho mayores. El británico de veintitrés años Aaron-Taylor Johnson, por ejemplo, protagonizó el año pasado Kick Ass, con éxito moderado, y aparte de ello no ha tenido grandes papeles ni ha estado en producciones populares.

Taylor Kitsch viene de la televisión y en el último año tuvo la oportunidad de estar al frente de dos superproducciones que fracasaron, como John Carter y Batalla naval. Lo que decidió a Stone a la hora de contratarlo fue, justamente, su trabajo en esta última película (en la que interpretaba a un marino rebelde que terminaba liderando un contraataque contra una fuerza alienígena). La oposición entre sus perfiles "tiernos" y lo que podían representar Travolta o Del Toro en sus papeles, queda bastante clara.

Las reseñas han sido mesuradas con esta película aunque algunos críticos han sido altamente elogiosos, apuntando al factor del entretenimiento. Pero tal como quería el director, nadie ha dicho que el film represente fielmente la realidad o algo parecido a lo que se decía sobre Traffic.

El segundo país donde se presentó la película fue, justamente, en México. "Creo que la gente es bastante razonable y comprende la realidad de la situación...", explicaba Stone. "Hice varias películas sobre las drogas, incluyendo Scarface, de la que podrías pensar que es una caricatura hasta que veas que muchos actúan así. Lo que vi en Miami, con mis propios ojos era más grande que todo. Y lo que veo en México es más grande todavía... Vemos como el entretenimiento se convierte en la política y vemos gente actuar de maneras violentas y desestabilizantes. No se aplican las reglas. Vivimos un tiempo en el que parece que no hay reglas".

El avance de la tecnología ha afectado a todos los realizadores, tanto por los ahorros en los rodajes como por las posibles ganancias. Stone no ha quedado por fuera de esto y afirma que cada vez que hace una película siente que la tecnología dio un salto y asegura que ahora todo apunta a que las proyecciones se vuelvan completamente digitales. La proyección digital en salas, afirma, es mucho mejor que la de películas. "Por otra parte", dijo, "la ironía de todo esto es que la película de celuloide es para mí un 15 o 20 por ciento mejor que la digital. Lo digo por su rango de negros y la profundidad de los negros. Cuando ves esta película (Salvajes) los colores saltan y eso me encanta. Mi ojo juguetea con todo eso y definitivamente hay algo en las cintas de película que no podés conseguir de otro modo".