Las revistas del corazón lo acusan de ser el hombre más seductor de la Argentina. El siempre se defiende con una gran sonrisa. Los medios lo quieren y la gente también. Lo siguen a diario en la tira Resistiré, en donde interpreta al vendedor de una sastrería, de familia humilde, que las vueltas de la vida lo transforman en asesor de imagen de un empresario que trafica órganos y sangre humanos.
Pero además de galán irresistible, de ex-novio de Natalia Oreiro y actual de Nancy Duplaá, Pablo Echarri sigue probando con el cine, lenguaje que le interesa en forma especial. Para deleite de sus seguidoras, mañana Pablo Echarri llega nuevamente a los cines montevideanos incursionando en un género poco habitual para él, como el terror, con una historia pesadillesca de fuerte contenido sensual que lleva el título de No debes estar aquí y que tuvo medio millón de dólares de presupuesto.
Los uruguayos ya vieron su trabajo actoral en una historia bastante cercana, la del film Plata quemada, inspirado en el ultra famoso caso de los ladrones de una financiera que se atrincheraron hasta la muerte en el edificio Liberaij, en Montevideo. También se lo apreció en dupla romántica con Araceli González, en Alma mía, largometraje que cosechó su buena cantidad de espectadores.
Ahora, la coproducción española-argentina que se estrena, dirigida por Jacobo Rispa y rodada en Madrid y alrededores, explora la vida de esos personajes que viven en una gran ciudad, que a veces se sienten solos y aprovechan la tecnología para sus necesidades básicas. "Me interesa cómo la tecnología afecta la manera en la que nos relacionamos con los demás. También me interesa la falta de identidad, algo que le ocurre a mucha gente y que en cierto modo comparto", explicó el director español en una entrevista concedida en su país.
SUSPENSO. Pablo Echarri esta vez interpreta a Gonzalo, un joven cuya afición es navegar y chatear por Internet, y que por casualidad ingresa a una página en la que gente de todo el mundo explica sus experiencias haciendo "infiltraciones". Con ese término se refieren a la aventura de meterse por placer en lugares potencialmente peligrosos como fábricas abandonadas o centrales eléctricas. El tema la interesa al viajero virtual, y acepta la oferta de un amigo del ciberespacio que le propone meterse en un túnel que se utiliza para traspasar agua entre dos represas. La proximidad de la muerte, según descubrirá Gonzalo en las "infiltraciones", provoca adrenalina, placer y fuertes emociones de las que carecía su vida.
En el túnel, el protagonista interpretado por Echarri y su pareja, Marta (Pilar Punzano), conocen a varios jóvenes más, también adictos a las "infiltraciones". Desde ese momento comenzarán a sucederse extraños episodios hasta la muerte de uno de ellos, Sergio (Tristán Ulloa), en que la totalidad de los transgresores reciben mails con amenazas. Todos sospechan de todos. "Necesitábamos actores que fueran cercanos, creíbles, porque la historia en si es bastante fantástica, aunque esté contada desde un punto de vista realista. Solo creyéndonos los personajes, nos podríamos creer la historia", señaló Jacobo Rispa.
El peligro está siempre presente en No debes estar aquí a través de túneles inundados, surf en rascacielos, trenes a toda velocidad, autos destrozándose contra los muros, entre otras situaciones de acción extrema que fueron muy apoyadas por los efectos especiales y digitales. "Es una película de acción, un thriller, un historia de asesinatos, de un asesino oculto, de suspenso, de ahogo, de efectos especiales. La experiencia fue maravillosa porque pude hacer un film que acá no se hubiese podido, no por falta de inteligencia, sino porque a nadie se le ocurre gastar un peso en un género así", señaló Echarri en una entrevista con Terra.
El vendedor que se hizo actor
En la telenovela Resistiré, Echarri interpreta a Diego Moreno, un vendedor de una sastrería, oficio que el actor conoce bastante bien de cuando vendía ropa femenina. "Uno tiene que estar al servicio de la venta, y transformarse en el mentiroso menos evidente. Mis clientas eran siempre las mismas, yo no podía venderle algo que no funcionara porque a la siguiente se iban con la competencia", contó Pablo Echarri en una entrevista con Clarín.
En los medios de prensa argentinos, el actor se reconoció un galán y que como tal tiene que seducir. "Mi idea no es basar el personaje televisivo en mi físico, pero si tomarlo como un aditivo, como algo más. En una telenovela hay heroínas y galanes. Y el galán, en general, llama la atención por una cuestión física. En el cine encontré otra veta: a veces me piden lo mismo y a veces no; he pasado toda una película sin sacarme la ropa. Y disfruto mucho con eso. Pero ya estoy amigado con el tema del galán", agregó en Clarín.
De todas maneras, el sex-symbol es solo para la pantalla. Detrás, Echarri confiesa que perdió "ese espíritu un tanto adolescente de decir no pasa nada, me siento fuerte". El secuestro de su padre, Antonio, fue un golpe duro que lo transformó en un ser "más básico". "Está lo que me importa y lo que no me importa. Sentí que negocié con la muerte durante siete días. Esa cosa que nunca se termina hizo que ahora sea más rápido para decidir lo que quiero y lo que no. Yo sentí la muerte, es raro, muy raro. No es algo muy fácil de explicar, no hay situaciones parecidas".