Por Nicolás Lauber
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Tiene 54 años, pero no lo parece. “Hacemos lo posible para mantenernos vigentes, aunque tampoco hago mucho esfuerzo porque no soy de cuidarme demasiado”, dice entre risas el actor argentino Diego Soldano desde su casa en México, donde vive desde hace más de una década.
Hoy el actor se encuentra dividido entre dos pantallas. Es parte del elenco de la telenovela La madrastra que emite Canal 12, de lunes a viernes a las 17.00, y de Los miserables, que se emite por la señal Telemundo, disponible en los servicios de televisión para abonados.
Para Soldano, la actuación siempre fue un hobby. Su primer acercamiento fue con el Grupo Humano de Teatro de Argentina, cuando tenía 19 años. Luego fue gerente en un banco, tuvo un comercio y también una peluquería.
Estudió bajo las órdenes de Julio Chávez, Javo Rocha y Patricia Palmer, y no fue hasta que tuvo 39 años que decidió dedicarse de lleno a la actuación. Sin haber pisado un estudio de grabación en Argentina, se fue a vivir a México porque es donde más ficciones se producen, continuó estudiando, adquirió el acento neutro y se convirtió en uno de los actores más reconocidos de la pantalla chica en ese país y, por ende, de Latinoamérica.
“Este año van a ser 14 años desde que me vine”, dice Soldano, que visita regularmente Buenos Aires para reencontrarse con su madre, sus hermanas y sus amigos. “También voy mucho a Uruguay. De Punta del Este tengo los mejores recuerdos de mis veranos de juventud”, agrega el actor.
Los miserables, que es de 2014 y cuya retransmisión se emite por Telemundo de lunes a viernes a las 15.00, fue uno de sus primeros trabajos en ese país. Comenzó como modelo y luego pasó a Televisa, con participaciones en algunas telenovelas como Amor bravío. En poco tiempo llegaron roles destacados en títulos como La patrona, Las trampas del deseo y Madre solo hay dos que está disponible en Netflix.
En Los miserables, que se basa en la novela de Víctor Hugo, interpreta a Pablo Riobueno a quien Soldano define como “un tipo muy bueno, noble, con un sentido de la justicia y de la rectitud muy arraigado”. Su personaje ayudará al protagonista Daniel (interpretado por Erik Haiser) que es su compañero de trabajo. “Es un personaje muy físico, hay muchas peleas, manejo de armas y mucha acción, además de toda la historia de romances y amor que es muy bonita”, comenta.
Claro que al tratarse de Los miserables, no le faltarán tragedias a los protagonistas. “Es una teleserie muy trágica y movilizadora porque pasan muchas cosas, y la protagonista se ve envuelta en una trama de amor, desamor e injusticias. La culpan de algo que no hizo. Y mi personaje intentará poner las cosas en su lugar para que el bien se imponga sobre el mal, y sobre todo, para que la verdad salga a la luz”.
Con respecto a La Madrastra, donde interpreta a Gaspar Iglesias, Soldano entiende que la clave del éxito de esa ficción se deba a la historia de injusticias. “La gente se identifica mucho con las redenciones, los personajes que sufren, a quienes se los acusa injustamente para luego poder tener una redención y salir adelante a pesar de todo lo vivido”.
Tanto en Los miserables como en La madrastra, Soldano comparte elenco con su amiga Aracely Arámbula.
“Ella es muy profesional, noble como compañera y amiga. Disfruto mucho trabajar con ella, y si bien ya es el quinto proyecto en que trabajamos juntos, cuando estás en tu personaje, te olvidas de todo. Es como bajar un switch y lo único que importa es el personaje de ficción. Te olvidas que estás con Aracely hasta que dicen ‘corte’ y luego te estás riendo o hablando de tus hijos o lo que sea. Así, cuando estás actuando te olvidas de toda la historia que tenemos, de tantas novelas y proyectos juntos. Estás en tu personaje, estás en la situación y no importa nada más”, señala.
Por eso, lo primero que busca Soldano a la hora de aceptar un rol, es que haya un buen ambiente de trabajo. “Yo lo vivo así, y por sobre todas las cosas, la paso bien. Cada proyecto, para mí no es trabajo porque lo disfruto. El rodaje puede que dure unos meses pero lo vas a recordar toda la vida. Sí hay profesionalismo, hay que componer y preparar el personaje, pero yo no lo llamaría ‘trabajo’. Y encima me pagan. Pues estoy del otro lado”, dice Soldano.
Inquieto, el actor ya está en conversaciones para nuevos desafíos, pero prefiere no revelarlos por cábala. “No quisiera adelantar nada hasta que no se firme”, avisa. “Estamos en conversaciones y viendo para qué lado voy a ir. Estoy con proyectos fuera de lo que es la actuación, lo que hace a mi vida personal y comercial, y vamos a ver qué nos depara la actuación y esta profesión que siempre me sorprende”.