Redacción El País
A menos de 24 horas de la eliminación de Lucía Maidana, Gran Hermano Argentina volvió a tener una jornada cargada de emociones, por una nueva entrega de Congelados y una sanción que afectó directamente a la participante uruguaya del reality show.

Este lunes, en el desafío que implica la entrada de un ser querido mientras que los participantes tienen que mantenerse estáticos en una posición y sin generar interacción alguna, dos personas ingresaron brevemente al programa que emite Canal 10: primero llegó Fabiana, la madre de la uruguaya Rosina Beltrán, y luego la novia de Federico "Manzana" Farías.

Apenas vio ingresar a su madre, Rosina, que había quedado colocada de frente a la puerta de entrada, rompió en llanto. No pudo contener las lágrimas durante todo el tiempo que su madre le habló, la abrazó y la besó, aunque resistió en el control de sus movimientos.

Sin embargo, cuando parecía que estaba a salvo, instantes antes de que su madre se retirara, la personal trainer y profesora de Inglés de Montevideo rompió las reglas ya que, como se pudo ver en la transmisión en vivo y en directo, le habló. Apenas dijo una palabra: Mágica, el nombre de su gata, un gesto que tuvo como intención saber cómo estaba el animal.

Y aunque la madre no le contestó, lo que hubiera significado romper el aislamiento, su actitud sí fue considerada como una infracción al reglamento. Por eso, ya avanzada la gala, a Rosina se le anunció una dura sanción. En una semana en la que no habrá eliminación, ya que se concretará el repechaje, se le impedirá participar de la prueba de líder, lo que además implicará dejarla sin chances de ganar una casa, que será el gran premio al que aspirarán estos días.

El anuncio hizo romper una vez más en llanto a Rosina, que terminó muy angustiada por lo sucedido. "Me quedé remal", decía al tiemp que sus compañeros la alentaban a priorizar con lo positivo de la visita. Terminó la noche disfrutando del beneficio que había recibido Agostina Spinelli por ser la líder de esta semana.