Lola Moreira tras ganar "Bake Off Famosos": la promesa de Hugo Soca y el sueño que ahora persigue

La de Bake Off Famosos no fue la primera vez que a Lola Moreira le ofrecieron sumarse a un reality. Hasta ahora, siempre había dicho que no: temía equivocarse feo y pasar vergüenza en televisión. Esta vez, lo charló con su entorno y la alentaron a asumir el reto: era una buena oportunidad de mostrar una faceta distinta, y que el público conociera a la persona y no solo a la deportista.

La jugada salió magnífica. Este miércoles, la regatista demostró que no solo arrasa en la náutica: venció la timidez, el miedo a cámara y sus propias inseguridades, y se consagró ganadora de la primera edición del reality de Canal 4. Cerró la competencia con una torta de su presente: hizo un barco, porque su vida —no importa cuándo leas esto— es el agua.

Ahora la pastelería se ganó un lugar especial en su corazón y a su lista de deseos se sumó el de abrir una cafetería donde pueda unir sus dos pasiones: el café y los dulces. Antes quiere cumplir un sueño íntimo: viajar a Paysandú para celebrar la victoria con su familia, en especial con su abuela, la misma que le pasó los piques que terminaron convirtiéndola en campeona.

Este jueves, horas después de coronarse como la gran pastelera amateur, tras una final reñida con Federico Paz y recibir 15 mil dólares en premios, Lola Moreira habló con El País sobre una experiencia que definió como lo mejor que le pasó en 2025.

Foto: Gentileza Canal 4

—En la final contaste que en otro momento hubieras dicho que no al reality. ¿Cuáles eran tus miedos?
—Me habían ofrecido estar en otros realities del estilo y siempre dije que no, principalmente por el miedo a pasar vergüenza. No sabía absolutamente nada de pastelería, más allá de haber hecho un budín cuando era chica un verano. Cuando acepté, mi objetivo era pasar el primer programa.

—¿Qué o quién te convenció?
—Lo hablé con mi equipo, mis amigas, mi familia, y a todos les pareció que estaba bueno para poder mostrar a la Lola persona, no solo a la deportista. Eso me motivó a decir que sí.

—En el posteo donde anunciaste tu presencia en Bake Off dijiste que ni siquiera sabías prender el horno. ¿A quién le pediste ayuda?
—Lo primero que hice fue hablar con mi abuela. Ella siempre prepara dulces, fue al Crandon, y sabe del tema. El día que acepté me puse a practicar con ella supervisándome, viendo cómo quemaba el caramelo. Practiqué dos o tres veces porque no tuve tanto tiempo. Después era aprender sobre la marcha.

—¿Te dio piques tu abuela?
—Sí, me los dio anotados y los llevaba en un cuadernito donde tengo todas las recetas y los tips que nos tiraban los jurados (Hugo Soca y Leticia Copiz).

—¿Qué dijo cuando ganaste?
—Me dijo que está orgullosa y muy contenta de que haya aceptado. Iba a dar una entrevista, pero no se animó. Me muero de ganas de ir a Paysandú a festejar el triunfo con mi familia.

—¿Lo primero que te vino a la mente al ganar fue tu abuela?
—En principio fue alivio de que toda esta aventura hubiera terminado, por el agote que fue. Nunca había vivido una grabación: un mes y medio, todos los días, por más de 12 horas. Fue saber que todo ese esfuerzo y ese cansancio valieron la pena. Al principio quería pasar un programa, pero a medida que avanzás te va picando el bichito de querer ganar y superarte. Y lo logré.

 —Te fuiste por haber cocinado un cheesecake crudo y volviste en el repechaje con más fuerza. ¿Ahí dijiste: “me como el mundo”?
—Ahí le hice mucho caso a Leti y a Hugo, que siempre se acercaban a mi mesada a decirme: “Tenete más confianza”. Me recalcaban que mis gustos estaban buenos, pero que no me jugaba tanto con las preparaciones. Cuando volví tuve más confianza. Fue entrar con otra cabeza y saber que, si me iba, había dado lo mejor de mí.

—Copiz dijo en la final que trató de rescatarte del “no puedo” o “esto no es para mí”. ¿Tuviste ganas de tirar la toalla?
—Me acuerdo perfecto del episodio de la torta invertida de frutas. Hice el bizcochuelo muy grande, faltaba muy poco tiempo y sentía que iba a quedar eliminada. Fue después del repechaje y dije: “Hice exactamente lo mismo”. Entré en crisis. Llegué bien con el tiempo porque los jurados me dieron recomendaciones y me rescataron. Terminó, me fui lejos de la carpa y me largué a llorar. Fue mucho estrés.

—Hugo Soca decía que al principio pasabas desapercibida y eras muy callada. ¿Te costó superar la timidez?
—Soy re tímida y muchos piensan que soy antipática porque me cuesta soltarme. Había mucha gente, no los conocía y estaba bastante callada. Rodri Suárez me potenció un montón y me ayudó a soltarme y disfrutar, porque sentía que había vuelto a mis 13 años y estaba en la casa de un amigo jugando.

—¿Te hubiera gustado llegar a la final con él?
—Obvio, además estuvo a pasitos.

—¿El programa te sirvió para mostrar otra faceta?
—Sí, siento que la gente conoció a la Lola persona y yo descubrí a la Lola pastelera.

Foto: Gentileza Canal 4.

—¿Te gustó la televisión?
—Sí. Me gusta sentir el cariño del público porque la tele me está dando mucha exposición y la gente se re copa, me preguntaban a cada rato quién ganó.

—¿Te llegó alguna propuesta?
—Todavía no, pero estoy abierta a lo que sea.

—¿Te tomó por sorpresa el desafío final? ¿De entrada supiste qué hacer?
—Me tomó por sorpresa que fuera todo de fondant, que en el programa lo usé dos o tres veces. Pero la consigna del presente no me costó, porque toda mi vida ha sido dedicada a la vela, así que si hacía otra cosa no iba a ser honesta.

—Ganaste varias medallas como deportista. ¿Esta es una de las más importantes?
—Sí, porque antes de arrancar el certamen estaba muerta de miedo de hacer un papelón y acepté igual porque, si lo vencía, iba a divertirme. Y así fue. Resultó una de las mejores experiencias de mi vida. Vengo de un año sin muchas competencias porque estoy haciendo un cambio de categoría, y este desafío fue lo mejor del 2025.

—¿Es verdad que Hugo Soca dijo que iba a incluir uno de tus postres en la carta de su restaurante?
—Sí, el affogato. En el desafío del helado hice uno de pistacho con un espresso. Le gustó y dijo que lo pondría en su carta. No sé si lo hizo porque no he ido al restaurante, pero sería increíble.

—¿Cuál es tu futuro en la pastelería? ¿Hay pastelera para rato?
—Soy fanática del café y siempre dije que me encantaría poner una cafetería, no sé si en Montevideo o en Paysandú. Con esto cada vez lo veo más cercano. Sería muy lindo fusionar dos cosas que me encantan: el café y ahora la pastelería.