REGRESO

La característica voz aterciopelada y a la vez algo cascada voz de Nancy Guguich ha acompañado a los uruguayos desde hace más de cinco décadas. Primero con Canciones para no dormir la siesta, y desde el final de ese icónico colectivo, con Cantacuentos, ensamble que este domingo, a las 16.00 se presenta en la Sala del Museo para festejar El regreso, donde repasarán parte de su repertorio. Las entradas están a la venta por la red Abitab a 530 pesos.

Esta función se enmarca en las celebraciones por las dos décadas de Cantacuentos, aunque en realidad el ensamble también integrado por Martín y Paolo Buscaglia, Gonzalo Brown, Rodrigo Souza, Elena Prieto y Hernán Peyrou, ya cumplió 23 años.

Formalmente, las dos décadas las celebraron con un concierto a fines de 2019 donde participó la Orquesta Juvenil y el Coro de Niños del Sodre.

“Éramos 300 personas en escena, fue una cosa muy emocionante”, recuerda Guguich en charla con El País. “Después vino la pandemia y como que tapó eso”.

Su hijo, Martín Buscaglia, también en la entrevista dice que hay algo especial en la permanencia de este conjunto, cuyos espectadores han ido creciendo, y ahora son padres (o incluso abuelos) que llevan a sus hijos, repitiendo la experiencia que ellos vivieron siendo niños. Y no hay quien escuche algo de Canciones, o Cantacuentos, y no se retrotraiga a su infancia. Ese es el poder de la música.

Y Buscaglia entendió que esa magia que hay en las canciones para niños, podía emularla en sus propias composiciones.

“Hubo un momento que me di cuenta que quería componer las canciones para adultos, como me salían las que eran para niños. El niño es tan complejo como un adulto, la diferencia es que los intereses que tienen son otros, pero la inteligencia que tiene una canción para grandes, también la tiene una buena canción para niños”, dice. “Me esforcé y aprendí que haciendo esas canciones infantiles, podía ser un mejor compositor”.

“Queremos mucho lo que hacemos”, dice Guguich. Y titular El regreso a este espectáculo, cobra otra dimensión en estos momentos, señala.

“Hay que regresar a muchas cosas: a mirarse, abrazarse, a la cotidianeidad que se ha perdido. Va a costar repechar esta etapa, pero creo que la música y la cultura, tienen un rol solo con dar música, con compartir y cantar”, agrega.

“Esta es una celebración, y aunque Cantacuentos ha planteado sus espectáculos a partir de un disco nuevo, este es un regreso con todo el material que tenemos, lo que implica que muchas canciones van a quedar afuera. Es celebrar y tocar todas las canciones que podamos”, dice Buscaglia.

Desde hace más de cinco décadas, Guguich escribe canciones infantiles, y recuerda que su primera creación surgió cuando era maestra de segundo año en la escuela de Carlomagno y Camino Maldonado.

Eran un segundo año con dificultades de aprendizaje, pero muy divertidos. Recuerda que “componía pensando en alguna necesidad que tuvieran. Escribí canciones por gusto personal, pero me motivó la realidad de esa clase divertida, y me moría de ganas que llegara la hora de ir a la trabajar con ellos”.

El éxito de aquel primer conjunto infantil hizo que empezara a ir gente grande a los espectáculos, y después vino la censura. Dice Guguich que Canciones “fue el primer espectáculo al que vino la gente de Investigaciones”. Recuerda que un oficial se presentó en el lugar y llamó por teléfono para informar: “no dicen nada, hablan de Hansel y Gretel, piden que Rico McPato salga a trabajar, y que la Cenicienta deje de planchar”, cuenta, entre risas.

“Esa es una demostración de la fuente de la juventud y la máquina del tiempo que es la música”, dice Buscaglia. “Eso es gracias a canciones compuesta hace más de 50 años, que hoy siguen siendo modernas y contemporáneas para un chiqulín que la va a poder escuchar, ahora, en la Sala del Museo”.