ESTRENO
Se estrenó en Disney+ la nueva serie sobre uno de los Vengadores secundarios, que igual comparte el rol central con una Hawkeye mujer
De todos los buenos actores que han aceptado un empleo en el Universo Cinematográfico de Marvel (MCU, por sus siglas en inglés), Jeremy Renner ha sido el más maltratado. Ha llamado a su personaje, el arquero superdotado Hawkeye (u Ojo de Halcón), el “tipo utilitario”. Pero lo que realmente ha sido es un saco de boxeo.
En las películas del MCU en las que Hawkeye (de nombre civil Clint Barton) ha aparecido como parte del conjunto de superhéroes, trabajando duro a la sombra de Thor, Iron Man y el Capitán América, su suerte no ha sido buena. Fue mágicamente obligado a cumplir las órdenes de un chico malo y tuvo que ser golpeado para que se rompiera el hechizo. Cuando los Vengadores necesitaron un lugar de emergencia para trabajar, tomaron su granja. Y cuando quedó atrapado en la línea de fuego, un prometedor joven héroe murió protegiéndolo.
Y eso fue antes de que su familia desapareciera, junto con la mitad de la vida en el universo, en Avengers: Infinity War. Eso lo envió en picada y lo convirtió en un justiciero, y realmente, ¿quién podría culparlo? De esa caída salió solo para que otra heroína, la Black Widow de Scarlett Johansson, se sacrificara por él.
Después de toda esa culpa, dolor y humillación, fue agradable escuchar que Barton, y por extensión Renner, finalmente iban a obtener un papel principal, aunque sea en el segundo nivel del MCU: el de las series en la plataforma de streaming Disney+.
Pero Hawkeye, que se estrenó el miércoles con dos episodios (serán seis en total), tiene dos Hawkeyes. Y Clint Barton, incluso después de ayudar a salvar el mundo varias veces, no es el Hawkeye líder. Está tocando el segundo violín en el programa que lleva su nombre.
Esto no importaría mucho, excepto porque Renner ha demostrado, en cosas como El legado de Bourne y varias de Misión: Imposible, que puede ser una estrella de acción superior y con autonomía. Se merece algo mejor que Marvel y Disney, con el enfoque industrial que le han dado a sus elencos.
Sin embargo, hay un pizca de buenas noticias, basada en la escasa cantidad de episodios estrenados hasta ahora. Hawkeye le da a Renner un poco más de alcance, y aunque el padre cariñoso y el mentor cascarrabias no son necesariamente lo que estamos buscando, tendrá que serlo, al menos hasta que la acción se reanude, como probablemente ocurrirá más adelante.
Mientras tanto, el actor asume gentil y hábilmente el papel de hombre heterosexual ante la verdadera protagonista del programa, Hailee Steinfeld. Ella interpreta a una Hawkeye millennial autodidacta de la arquería y las artes marciales, pero que necesita orientación cuando se trata de la lucha contra el crimen y el comportamiento general superheroico.
En el tipo de mezcla narrativa que mantiene unido al Universo Cinematográfico de Marvel, aprendemos que el personaje de Steinfeld, Kate Bishop, era una niña cuando la batalla de Nueva York (la de la película Los Vengadores) ocurrió justo afuera del lujoso apartamento de su familia en Manhattan. Ahí es donde comienza su fijación con Hawkeye.
Ahora es una estudiante universitaria que hace bromas con flechas y sigue al sospechoso nuevo novio (Tony Dalton de Better Call Saul) de su madre viuda (Vera Farmiga).
También hay algo de relleno en la historia de Barton: durante su fase de justiciero, asumió la personalidad de Ronin e hizo una batalla brutal con las bandas criminales de Nueva York. Ahora que su familia está de regreso (restaurada junto con todos los demás en Avengers: Endgame), está tratando de hacer la vida normal y disfrutar de la Navidad en la ciudad. Pero por cosa del destino y la escritura de guiones, se encuentra enredado con su mayor fan y algunos gánsteres que están bastante enojados.
Según lo desarrollado por Jonathan Igla, guionista y productor cuyos créditos incluyen series como Mad Men y Bridgerton, en sus primeros episodios Hawkeye es ligera y agradable de ver, y parece menos preocupada por la gradilocuencia tecnológica de Marvel que por ser una buddy comedy hecha y derecha.

Steinfeld y Renner son buenos contrastes: Bishop empuja a Barton para que se relaje y él tiende a tratarla como a una tía quisquillosa. El entusiasmo inicial de cachorra que ella muestra se ve rápidamente atenuado por la realidad de los superhéroes, como cuando conseguir suministros significa ir a la farmacia en busca de antibióticos y alcohol isopropílico.
Igla y Renner también se burlan de la inflada seriedad y el comercialismo recalentado que pueden caracterizar a la marca Marvel. Por ejemplo la familia Barton, que está de vacaciones, observa con horror cómo un reparto frenético de Broadway actúa en Rogers: The Musical, sobre el mismísimo Capitán América.
Y al ir tras una pista, Barton se encuentra en medio de un grupo de jugadores de rol que luchan con espadas anchas. Para obtener lo que busca, no solo tiene que unirse al juego, sino que también acepta caer para que uno de los participantes pueda decir que derrotó a un Avenger.
Es un comienzo modesto pero prometedor, y parece bastante probable que el programa pueda llevar su discreta energía cómica a través de cuatro episodios más. Pero no está tan claro si será tiempo suficiente para terminar una historia satisfactoria.
Dos presuntamente prominentes miembros del reparto —Florence Pugh como Yelena Belova (la Viuda Negra sobreviviente), y Alaqua Cox como el héroe sordo Echo— apenas están presentes hasta ahora, y y tendrán que ser acomodados en la acción. Esperamos que todavía haya espacio para que Renner se divierta.