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"Hubo confianza mutua": el detrás de las negociaciones de "Santo y seña" para la nota con Marset

Ignacio Álvarez y Patricia Martín contaron detalles sobre cómo el narcotraficante uruguayo accedió a una entrevista personal con la periodista en un punto impreciso de Sudamérica.

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Ignacio Álvarez en la conducción de Santo y Seña.
Nacho Álvarez.
Francisco Flores/Archivo El Pais

Redacción El País.
Santo y seña emitió la primera parte de una entrevista exclusiva con Sebastián Marset, el narcotraficante uruguayo que es buscado por las autoridades paraguayas y bolivianas. La nota se realizó entre los días 9 y 10 de noviembre en un punto impreciso de Sudamérica al que fue trasladada la periodista Patricia Martín.

En el programa de este domingo, Ignacio Álvarez y Martín contaron cómo fue le proceso para llegar a una entrevista presencial. "No fue al azar que Marset haya eligido Santo y seña", comentó Álvarez y mencionó un informe del pasado 3 de setiembre, cuando Martín desarrolló un informe sobre la carrera delictiva del uruguayo y también pusiera dudas sobre la vinculación del narcotraficante y el asesinato del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, perpetuado a sangre fría, frente a su esposa, en una playa colombiana.

"Marcelo Pesci no era el fiscal que comandaba el operativo "a ultranza" en el que Marset aparecía como cabecilla. Algunos intentaron achacarle este homicidio a Marset. Eso fue algo que consignamos en su momento. Me consta que eso a Marset le hizo a confiar en el periodismo objetivo, independiente, que se no se deja llevar por rumores y pretente llegar hasta al fondo", dijo Álvarez

"Obviamente que acá hay una relación de mucha confianza: confianza tiene que tener él en arriesgarse a decir: "vengan a donde yo me estoy escondiendo". Y también confianza nuestra, en particular de Paricia Martin en decir: voy a la nada y no sé lo que va a pasar", agregó el conductor.

Luego, Martín explicó que los primeros intentos de entrevista a Marset se dieron justamente en setiembre en ocasión de aquel informe.

"Le hice llegar mensajes por diferentes lados porque sabía que había gente que tenía contacto con él, yo no tenía contacto directo pero le quise mostrar que yo quería tener su palabra", comentó la periodista. Incluso al aire, en aquel informe, reafirmó que las cámaras y micrófonos del programa estaban abiertos para que Marset diera su versión.

"Los periodistas no somos jueces no somos policías ni fiscales. Si él tiene algo para decir nosotros estamos dispuestos", era el mensaje que Martín le hacía llegar.

De acuerdo al relato de Martín, la primera comunicación telefónica se dio el 3 de noviembre. Habló a través del celular de otra persona que le pasó la llamada. "Le dije: yo no soy policía, yo no soy juez, no soy abogado. Yo hago mi tarea como periodista y le expliqué que para mí estaba bueno dar su versión de estos hechos". Marset le habría comentado que vio el informe de setiembre y había quedado "conforme" con la labor profesional de Martín.

Aunque primero se manejó la posibilidad de una entrevista virtual, a través de videos, a los pocos días Marset propuso un encuentro personal si Martín estaba dispuesta a viajar. Ambas partes pusieron condiciones: Martín pidió viajar con el abogado de Marset en Uruguay, Santiago Moratorio y una vez allá, poder avisar a su familia que se encontraba bien. "La tercera condición que le puse es soy periodista: te voy a preguntar todo lo que yo quiera y verás si querés contestar o no, pero yo te voy a hacer las preguntas que yo quiera y no las que ustedes quieran", comentó.

Del lado de Marset, las condiciones tuvieron que ver con lo exótico del recorrido. Martín viajó el 8 de noviembre a Asunción y de ahí hizo cuatro tramos de viaje más: primero en camioneta, después "más de una hora" en helicóptero, luego otro helicóptero para hacer el camino final en camioneta. En cada destino debía mirar al suelo. Le retiraron el celular.

La entrevista se grabó sin camarógrafo ni otros técnicos: solo con dos celulares en trípodes y un micrófono que fueron proporcionados por Marset.

En total, Martín estuvo dos días conviviendo con el narcotraficante y su familia. "No sentía miedo. He sentido más miedo en cárceles uruguayas, con policía cerca, que con Marset", comentó la periodista.

Martín no pudo precisar en ningún momento donde se encontraba: si era Paraguay o Bolivia, si era selvático, completamente aislado o suburbano. "No era un lugar en la ciudad. No se veían vecinos al lado", comentó.

En algunas de las escalas sí vio personal armado, en algún caso con uniformes pero dentro de la casa de Marset no vio "armas ni drogas".

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