La idea era tan sencilla como graciosa y eficiente. El actor Jorge "Carna" Crivelli, hasta entonces un absoluto desconocido, se hacía pasar por un periodista que daba sus primeros pasos en televisión y en cada nota pedía enfáticamente al entrevistado que incluyera en su respuesta la palabra "Carna" para instalar su nombre. Cuando la cámara se prendía, él le insistía por lo bajo que no se olvide de nombrarlo varias veces. Cada vez que el entrevistado lo hacía, Carna giraba la cabeza hacia la cámara y lanzaba una sonrisa incomodando a su interlocutor. El sketch salió al aire hace 30 años durante apenas tres meses, pero para gran parte del público quedó grabado a fuego.
"Era una nota tonta. Yo quedaba como un tonto y al entrevistado nunca lo ridiculizamos", analiza el actor tres décadas más tarde. Aquel segmento gustó tanto que lo consagró como figura de relevancia dentro del elenco de Videomatch. Después del suceso, pasó a formar parte de los musicales y parodias del programa, y le fue leal a Marcelo Tinelli hasta su última temporada de Bailando por un Sueño en 2023. "Yo lo amo", resume sobre su vínculo con el empresario y conductor.
Paralelamente a su rol en la pantalla, Carna construyó también una carrera sobre las tablas y en los últimos años fue una pieza clave de éxitos como Sinvergüenzas, Mamma Mía y Bossi Big Bang Show. Este viernes llega a Uruguay para presentar un nuevo show de humor junto a Gladys Florimonte titulado Zulma De Tinelli cuenta todo en el Teatro Stella D'Italia bajo la producción de Shirley Souza. "Vengo a Uruguay dese que soy chico, tengo muchos amigos", apunta el actor, que antes de su espectáculo en Montevideo habla con El País sobre su la falta de humor en televisión, la época dorada de Videomatch y los reclamos que recibió Tinelli por el incumplimiento del pago de sueldo hacia varios empleados.
—¿Cómo era venir a Montevideo en la época de oro de Videomatch?
—Siempre me llevé muy bien con Uruguay. Vengo desde que soy chico. Tengo muchos amigos uruguayos, como Seba Almada o Pichu (Straneo). En aquella época de Videomatch veníamos para eventos, shows y jornadas solidarias. Alguna vez nos trajo Omar Gutiérrez con el que también nos hicimos amigos. Nos queríamos mucho y se lo extraña un montón. Cuando venía a Buenos Aires le organizábamos una comida y cuando nosotros veníamos a Uruguay siempre nos llevaba por todos lados.
—¿Cómo administraban la fama en aquel entonces, cuando los que integraban Videomatch eran una especie de estrellas de rock?
—Nosotros no éramos conscientes. Formábamos parte de un programa muy popular y estábamos muy agradecidos, pero no teníamos noción de la trascendencia que teníamos. Me acuerdo que íbamos a un boliche y nos ofrecían ponernos seguridad. "¿Para quién?", preguntábamos nosotros. La gente se agolpaba, pero nosotros nos sacábamos fotos y firmábamos autógrafos sin problema.
—¿A nivel personal cuándo caíste en cuenta de que el recuerdo de aquel icónico sketch de "Decí Carna" te iba a acompañar para siempre?
—Yo pensaba que eso se iba a morir porque en realidad solo lo hice durante tres meses del año 95. No duró mucho tiempo. Teníamos necesidad de hacer cosas nuevas permanentemente. Había algunas notas que podían variar de acuerdo a la actualidad, pero justo esta era como un chiste tonto que se empezaba a repetir. Así que después me sumé al equipo de Pablo (Granados) y Pachu (Peña), que hacían parodias y canciones. Yo me empecé a dar cuenta de la repercusión que tenía lo que hacíamos cuando la gente me empezó a agradecer en la calle por darle un rato de relax mientras atravesaba un mal momento en la vida. Al principio pensábamos en hacer notas que le gustaran a Marcelo (Tinelli), pero al poco tiempo nos dimos cuenta de que era una responsabilidad muy grande para con la gente.
—¿Te enojaste con Tinelli alguna vez por una nota tuya que no salió en el programa?
—Me enojaba conmigo. El programa terminaba a la una de la mañana, después nos juntábamos con Marcelo y él nos explicaba por qué tal nota no había salido y pedía hacerle cambios a otras. Al otro día se volvían a grabar o Marcelo directamente nos decía "no la hagas". Teníamos mucho trabajo: pensábamos las notas, las hacíamos, acompañábamos en la edición. Y grabábamos varias por día. Terminábamos muertos, pero disfrutábamos mucho.
—¿Nunca tuviste una discusión con tu jefe durante todos los años de trabajo?
—No. Él es muy respetuoso, muy buen jefe y buen compañero. Siempre nos agasajaba. Cuando íbamos al exterior nos invitaba a comer a lugares muy buenos. Me acuerdo que vez fuimos a hacer un retiro espiritual a Brasil. Estuvimos tres días a un hotel espectacular. Nos reuníamos en el salón de conferencias del hotel a ver qué se nos ocurría para el programa. "Figuretti" y otras notas más salieron de ahí. La pasamos muy bien y nos cagamos de risa.
—¿Pudo sostener esa cercanía con los años?
—Todos nos queremos mucho, pero la vida pasa por otro lado y después él fue haciendo otros formatos y tomando otros caminos. Cada tanto le mando un mensaje. Le digo que lo quiero mucho y le pregunto por los chicos. Él llama y pregunta también pregunta por el mío.
—¿Cómo es el vínculo con aquella camada del viejo Videomatch?, ¿tienen un grupo de Whatsapp?, ¿hacen asados?
—Tenemos dos grupos de Whatsapp en el que estamos todo el día escribiéndonos. En uno todos somos ex Videomatch y en el otro también están Juan Acosta, Gaby Almirón y otros. En el de Videomatch mandan mensajes hasta las seis de la mañana. Nos pasamos muchos chistes y nos gastamos entre nosotros. Yo este año hice Mamma Mía, al final le daba un pico a Alejandro Paker y en el grupo me jodían y me decían "ves que caíste, ¡Claudia es una pantalla!" (risas).
—¿Cómo has visto la polémica de los exempleados de Tinelli que le han reclamado públicamente que no le pagaron?
—Yo siempre cobré. Cuando pasó eso, él esperó que la producción cobrara lo que tenía que cobrar y pagara lo que tenía que pagar. Se le fueron encima a Tinelli porque él siempre es carne de cañón. Cuando alguien llega a lo más alto siempre hay alguien que lo está apuntando con un láser y cuando lo pueden matar lo matan. Creo que en este tema reaccionó tarde, pero reaccionó. Averiguó cuánto debía la empresa y empezó a pagar.
—¿Creés que hay gente que antes no se animaba a criticarlo y está aprovechando ahora?
—Cuando estás más vulnerable aparecen todos a pegarte. Algunos tenían razón. Florencia Peña, por ejemplo, esperó hasta último momento y después hizo el reclamo. Luisa Albinoni también es una laburante y necesitaba el sueldo para vivir. Tinelli apareció y dijo “páguenle a esta gente ya”. Pero también subidos a eso hubo otros que salieron a pegarle. Hasta algunos salieron a decir que él le reclabama plata a San Lorenzo. Eso no es así. Él salió de garante para que San Lorenzo compre algo. San Lorenzo no cumplió con quien tenía que cumplir, y como el garante es Marcelo, él reclamó para que paguen lo que corresponde. Pero nunca mandó una carta documento. Ahora está más vulnerable y los que pueden tratan de hacerlo mierda.
—¿Qué te pasa a vos con ese tipo de comentarios?
—Yo lo amo y sé quién es. Estoy recontra agradecido con él. Yo tuve cáncer y el primero que estuvo ahí fue él. Me llamaba él directamente para saber qué precisaba y me puso uno de los mejores oncólogos de la Argentina a disposición. Gracias a Dios salió todo bien. Yo lo vi preocuparse y ayudar a un montón de gente, calladito. Respeto mucho a la gente a la que le fallaron en el pago y que no merece haber estado tanto tiempo sin que le paguen, pero con Marcelo me toca el amor.
—¿Creés que va a volver a la televisión?
—Ojalá. Veo a Marcelo con otra cabeza y al público con otra cabeza. El público está en pausa. En Uruguay hay un abanico más amplio de cosas divertidas en la televisión, pero en Argentina todo es política y Wanda Nara. A Marcelo siempre le gusta encontrarle una vuelta distinta, pero creo que debería juntarse con un grupo de creativos para pensar cosas nuevas. La televisión argentina necesita eso.
—¿Vos relegaste algo de tu carrera por serle fiel a Tinelli hasta su último año en televisión?
—Yo me puse la camiseta de Marcelo Tinelli y lo defendí a capa y espada laburando donde él dijera. Paralelamente pude hacer teatro y me fue muy bien, incluso muchas veces no podía ir al programa porque tenía función y no me descontaban el día.
—¿Notás el impacto en la gente por la falta de los programas de humor que hacían ustedes?
—Sí, no hay programas de humor y la gente se pone mal y empieza con depresión. Precisamos un bálsamo. No podemos cargarnos tanto con el que roba, el que putea. Todos tenemos problemas con el laburo o con la familia prendemos el televisor de noche nos dicen que va a aumentar tal cosa y que hay inseguridad. ¿Todos los días nos van a contar lo mismo?
-
El día que "Locomotora" Oliveras probó suerte en el "Bailando": "boxeo" con Tinelli y una coreografía fallida
Fer Dente: su rol como director, por qué "odiaba ser adolescente" y qué lo enamoró de Pablo Turturiello
José María Listorti, entre "La sirenita", una película y lo más difícil que le tocó hacer en su carrera
El dolor de Marcelo Tinelli por la muerte de Toti Ciliberto: "Se fue uno de los nuestros, te recordaré siempre"