Actor Ezra Miller, acusado de robo agravado tras entrar a una casa y llevarse alcohol

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Ezra Miller. Foto: Samir Hussein (Wireimage).

DELITO

Los problemas legales del actor de "The Flash" no dejan de crecer: la policía del Estado de Vermont le imputa un delito grave tras robar una vivienda desocupada

Ezra Miller suma otro delito más a su lista. El actor de The Flash en las películas del universo DC, fue  denunciado por entrar a robar en una casa. Según el informe policial, que recoge la revista Variety, la policía del Estado de Vermont  fue notificada de una denuncia de robo en una residencia. La policía descubrió que se habían llevado varias botellas de alcohol del lugar mientras los propietarios no estaban presentes. 

Tras recoger declaraciones y ver los vídeos de vigilancia, encontraron pruebas suficientes para acusar a Miller de haber robado una vivienda desocupada. Los agentes notificaron la acusación este domingo, aunque el hecho ocurrió el 1° de mayo. 

Este es el último escándalo de una de las estrellas más prometedoras de Hollywood, un actor de 29 años en horas bajas que en los últimos meses acumula más entradas en su ficha policial que en la de IMDb. Cada nueva denuncia en su contra va dando forma a un relato inquietante: la caída en desgracia de Miller, que pasó de ídolo generacional a alucinado gurú new age en apenas dos años. 

Los nuevos cargos de robo son los menos alarmantes, ya que estos se suman a acusaciones de secuestro, acoso e intimidación de menores y de haber creado una extraña secta en torno a su figura.

Ezra Miller era uno de los actores más interesantes y excéntricos del nuevo Hollywood. En las entrevistas se mostraba original y único, se declaraba como una persona de género no binario, preocupado por la injusticia social, la opresión de las minorías y el ecologismo. Hablaba de su grupo de poliamor o de criar cabras en su granja con la misma naturalidad con la que promocionaba la película de turno.

Ezra Miller como Flash en "Liga de la justicia". Foto: Difusión
Ezra Miller como Flash en "Liga de la justicia". Foto: Difusión

Hace un par de años la excentricidad del actor tomó el protagonismo. En abril de 2020, una admiradora se puso a bailar con él en un bar de Islandia y Miller la agarró del cuello y la forcejeó hasta tirarla al piso. Alguien grabó un vídeo del incidente y se hizo viral.

Ahora se sabe, gracias a una investigación de Insider, que durante su estancia en Islandia, Miller llamó la atención por su “hedor pútrido” y por caminar “descalzo por las gélidas calles de Reikiavik, revelando uñas largas y puntiagudas y lo que parecía una herida infectada en un pie”. 

Según varios testigos, reunió a un grupo de personas en un Airbnb que alquilaron en el suburbio de Kópavogur, y un visitante comparó el ambiente con el de una secta. “Sentí que todos estaban hipnotizados”, declaró a Insider. “Entre la comuna improvisada de Miller, sus monólogos sobre la espiritualidad y sus arrebatos emocionales, comenzaron a circular rumores en Reikiavik de que la estrella dirigía un culto”, señala la revista.

Para seguir el rastro policial de Miller hay que hacer un salto geográfico hasta Hawái. Allí tuvo un segundo altercado igualmente extraño. Se peleó con una pareja en un karaoke a la que arrebató el micrófono por estar cantando una canción de Lady Gaga. Acabó en la cárcel, pero una amiga pagó la fianza. Unos días más tarde, su amiga denunció al actor por amenazas. En total, Ezra Miller sufrió 10 altercados con la policía durante el par de meses que pasó en Hawái.

Es fácil seguir los pasos del intérprete atendiendo a su ficha policial y sus últimas denuncias lo sitúan en Stamford, Vermont. Allí tiene una granja donde planta marihuana, práctica el amor libre y retiene, según denuncian los familiares de los afectados, a varias jóvenes que lo idolatran en una lugar que los denunciantes definen como “situación terrorífica propia de una secta”.

Según una investigación realizada por Rolling Stone en junio, Miller aloja a una madre de 25 años y a sus tres hijos, de entre uno y cinco años, en su rancho. El padre de los menores habría denunciado los hechos por entender que no se trata de un entorno seguro. La revista asegura que hay videos donde se ven hasta ocho armas desperdigadas por la casa, algunas apiladas entre montones de peluches.

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