CARLOS REYES
"Cenicienta" en La Candela, "El mago de Oz" en el Stella, "Martín Tin Ton" en el Solís, "El reino de Rada" en el MovieCenter, son cuatro de los espectáculos para niños más fuertes para estas vacaciones de invierno.
El rubro musical sigue creciendo y cada vez son más las obras que insertan números cantados y bailados para dar más color a una historia. Robin Hood, en el escenario del Solís con dirección de Nacho Cardozo es un buen ejemplo, pero no el único. El mago de Oz, en el Teatro Stella, utiliza melodías que están en los oídos de todas las criaturas, desde el hip hop al jazz.
Bajo dirección de Julio Giordano, el mundo del espantapájaros, la bruja y el camino amarillo fue recreado por medio de siete actores y ocho bailarines que apostaron al despliegue visual y sonoro. Las situaciones al aire libre, la tormenta o el jardín, son escenificadas y también presentadas por pantalla gigante que busca multiplicar los efectos.
"La idea -contó a El País Paola Cassetta, de la Academia Baile Urbano- es no hacer sólo una obra de teatro sino algo con más movimiento, que a la actuación sume el baile y buenas escenografías y vestuarios. Porque una hora con todo hablado puede aburrir al niño. Para que eso no pase, siempre hay que buscar cosas nuevas".
También en la misma sala va Diez y más, el musical, una obra curiosa, protagonizada por 25 chicos que tienen entre 8 y 13 años de edad. Moisés y los diez mandamientos son el punto de arranque de una historia imaginaria que suma seis nuevos preceptos, como decir siempre "por favor" y "gracias", o no colarse en las filas, o respetar las señales de tránsito.
Otra experiencia original es la que hoy a las 11 hs. se estrena en el Solís. Martín Tin Ton, que se puede definir como un cuento bailado, narra la aventura de un niño que intenta transformar los sonidos que escucha en música, mientras su tía Pelusa intenta hacer yoga y le manda comprar una tinta para el pelo.
Con dirección y coreografías de Carolina Besuievksy, se trata de una apuesta a agudizar la percepción de las criaturas, a través de la danza contemporánea, la elegancia en los movimientos. En el mismo escenario se están dando dos montajes de gran despliegue: Ambrosio, el campanero de la Matriz (a cargo de Títeres Girasol) y Robin Hood (musical dirigido por Nacho Cardozo). El Solís, además, implementó un abono que permite comprar (hasta el miércoles 2 de julio) las entradas para las tres obras por $ 240 (el precio de cada entrada es de $ 150).
El reino de Rada, con guión y dirección de Omar Varela, inventó un mundo absurdo que se burla de la princesa rosada y el príncipe azul. En ese paraje, el Rey Rada es amo y señor, pero por haber perdido una partida de `playstation`, el príncipe queda confinado en un baúl, del que sólo saldrá con una condición.
"Un mago verde, o una princesa hippie que sueña con una huerta orgánica son parte de este gran absurdo, que realmente resulta muy gracioso. La puesta -sigue Varela- incluye a los músicos de la banda y los cantantes, con la escenografía de un castillo medieval. Se buscó que sea sencilla, porque en realidad es como un recital de Rada al que sumamos un hilo conductor".
También Cenicienta juega con los anacronismos, alternando el mundo de Disney y Patito Feo con el chateo y el príncipe de smoking y calzado deportivo. Según Guillermo Vilarrubí, quien tuvo a cargo realizar la versión del cuento de Perrault, "el montaje está encarado desde la actualidad, mezclando elementos de los años `50 con otros de ahora. La escenografía son seis paneles que de un lado es la casa y del otro el palacio, y hemos cuidado mucho que sea vistoso, pero también que haya armonía, porque a veces en las obras de niños pasa que las cosas quedan como todas diferentes".
Otra opción es El reino del revés, que sobre canciones de María Elena Walsh, bajo dirección de Liliana Enciso, recrea un universo musical que a esta altura está tan cerca de los padres como de los hijos. También al escenario de la Alianza Uruguay-Estados Unidos suben semana a semana Caperucita Roja, La bella y la bestia y Aprendiendo a jugar.
Una última recomendación: Galileo, el hombre que observaba, que convierte al Planetario Municipal en un dinámico escenario. La obra del científico italiano cobra vida por medio de títeres de diversas técnicas y una docena de canciones de Elbio Ferrario, musicalizadas por Gustavo Goldman. Con dirección de Graciela Escuder, va los domingos y en vacaciones, a las 16 horas. Entradas: $ 80.
Las cinco aventuras imperdibles
Un clásico que no pierde vigencia: "Doña Disparate y Bambuco, comedia musical que reúne la actuación de Graciela Rodríguez y la dirección de Omar Varela. Va en el Teatro del Centro Carlos E. Scheck a las 16 hs., con entradas a $ 120.
Otra apuesta segura: "Canciones para mirar", que va en El Galpón con dirección de Dervy Vilas. Con elenco de la compañía, va desde el sábado 28 al domingo 13 de julio, siempre a las 15.30 hs. con localidades a $ 120.
Un autor que jamás abandona las carteleras de teatro infantil: Roy Berocay. Su obra "Pateando lunas" se podrá ver en Arteatro (Canelones 1136) desde el domingo 29. Con dirección de Ricardo Gracián, va los domingos a las 16 hs. y luego en vacaciones todos los días. Entradas: $ 80.
Una historia de superhéroes: "Spencer P", quien tiene que rescatar a la alegría, que está en peligro por culpa de una reina malvada de nombre Lágrima. Ya está en cartel en Espacio Teatro (Mercedes 869) y va los fines de semana y en vacaciones a las 17 hs. Tiene dirección de Álvaro Loureiro y Daniel Salomone y las entradas valen $ 100.
En el Teatro Astral (Durazno 1480) se está haciendo "Vientos de aquí", una obra basada en títeres, teatro negro y danza, con la particularidad de estar montada sobre canciones infantiles de grandes músicos latinoamericanos y del Caribe. Se trata de una creación de la compañía De pies y manos, con dirección de Ana Camou y Victoria de León. Va los domingos a las 16 hs. con localidades a $ 80.