Valeria Lynch habla de "La Voz" y su gira nacional: "Estoy agradecida con Uruguay"

ENTREVISTA

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Atiende el teléfono y lo primero que se escucha es su sonrisa. Valeria Lynch está feliz porque, cuenta, hace dos semanas llenó el Teatro Colón y “cada vez que me subo a ese escenario, pasan los días y me siguen temblando las piernas”, dice a El País.

Hay más temas para hablar con ella. Por ejemplo, de su mirada sobre la nueva etapa de La Voz Uruguay, el programa de Canal 10 del que es jurado. Y también de la gira nacional que comienza el jueves en Minas y la llevará por todo el país.

—Antes de hablar de la gira, me enteré que estás grabando un disco.

—Sí, uno de baladas. Mariano Martínez (el líder de Attaque 77 que es su pareja) está haciendo la producción musical y los arreglos. Estamos a full con este disco y va a dar que hablar. Todavía me estoy guardando para mostrar una canción. Todo indica que antes de fin de año lanzamos la primera.

—¿Qué se puede adelantar?

—Van a estar las baladas que me caracterizan al mejor estilo italiano, con fuerza, carácter y personalidad.

—A eso se le suma esa gira por los 19 departamentos acompañada por artistas uruguayos.

—Estoy recontra feliz. Armamos una banda tremenda. Están Nacho Obes, Matías Banacore, Marcelo “Mape” Bossio, Gerardo Alonso y Mariano, claro. Empezamos en Lavalleja y van a estar todas mis canciones en el show, y a lo mejor hago un adelanto de esas canciones del disco nuevo. Nos tiene que dar tiempo de ensayarlas.

—¿De dónde sale esa vitalidad para hacer tanto?

—Me canso pero me encanta. Me gustan mucho las giras, viajar. Además, ya estoy acostumbrada. Cantar es lo que me define, lo que me hace comunicar con la gente. Es mi vida y el lenguaje musical la forma de darme a entender con el mundo. Así que estar de gira es un privilegio, sobre todo en estas épocas que son tan difíciles. También a fines de junio volvemos en vivo con La Voz para la semifinal y la final, y descubrí unos talentos enormes en el programa. Uruguay me encanta porque me ha abierto las puertas de una manera maravillosa: estoy agradecida por eso.

—El lunes iniciaron las “batallas” en La Voz. ¿Cómo es tener que desprenderte de los talentos que conseguiste en las audiciones?

—Esa es la peor parte. Para mí no debería existir eso en el programa, porque llega un momento donde todos son tan buenos que no sabés a quién salvar. Desprenderte de los participantes es lo más difícil que me tocó hacer como jurado porque te encariñás con la gente y empezás a pensar en los sueños, las ilusiones, pero no hay otra vuelta porque son las reglas del programa.

—Imagino que estarás deseando que llegue la semifinal y sea la gente la que elija.

—Sí, eso te saca un peso de encima, porque el público vota con el corazón. A lo mejor no se fija en la parte técnica, pero nosotros tenemos la instrucción de buscar “La Voz”. Es que si nos ponemos a ver las historias de vida y los sueños de cada uno es muy difícil después ser objetivo y apelar solo al talento. Todos son talentosos y llega un momento donde se depura tanto que quedan los maravillosos. No puedo decir nada. Sí puedo decir que la parte más difícil que nos toca es decirle “no” a uno que es muy bueno. Igualmente lo lindo del programa es que le da la oportunidad a la gente para mostrar lo que sabe hacer y abre puertas cuando uno es desconocido.

—¿Sentís un paralelismo con tu propia carrera?

—Totalmente, no se puede dejar de pensar en los comienzos. De verdad que me acuerdo de las puertas que golpeaba y no había este tipo de programa que te mostrara de manera tan masiva para que puedas cumplir tu sueño. Igualmente tengo que reconocer qué pueblo musical es el uruguayo y cómo queda demostrado con estos ejemplos de La Voz.

—Repasando tu carrera, en 1977 lanzaste tu primer disco, hace 45 años de eso...

—(Interrumpe) No me lo hagas acordar. ¡Dios mío!

—¿Te das cuenta que pasaron tantos años?

—No, para mí es un soplo. Pasó todo así, no me doy cuenta. He hecho tantas cosas en mi carrera que miro para atrás y me parece imposible. Por momentos veo a esa chiquita adolescente que fui con las mismas ganas y ansias que estos chicos de ahora. Me acuerdo que me llevaba el mundo por delante. Cuando era jovencita lo que quería era estudiar, perfeccionarme, hacer todo. Me acuerdo que en ese entonces no había escuelas integrales (te cuento, justo, que estoy por reabrir mi escuela de comedia musical en Montevideo) y mi papá era el que me llevaba a a tomar clases de canto, arte escénico y danza a distintos lugares; era un gastadero de plata. Hoy es más accesible para la gente estudiar. Yo quería a toda costa crecer como artista. Siempre tuve muy claro que tenía que prepararme para ser una artista integral.

—En estos años has tenido éxitos pero también has tenido que vivir bajo el escrutinio mediático. ¿Cómo lograste no estar en medio de las peleas?

—Me gusta mantenerme al margen de lo mediático. No puedo dejar de serlo porque un artista se expone siempre a pesar de uno mismo. Siempre estás en el candelero para lo bueno y para lo malo. Si no sos mediático en el buen sentido de la palabra no podés ser popular. Aunque con las cosas mediáticas que tiene que ver con la vida privada prefiero no aparecer, ni opinar, siempre son otros los que hablan, dicen y juzgan. Prefiero mantenerme al margen porque creo que la vida de un artista tiene que ver con el arte, con lo que uno hace, no con su vida privada. Igual cuesta mucho mantener la privacidad.

—¿Qué se puede hacer?

—Uno mismo tiene que ser el artífice de su destino y decir: por acá no. No me muero por una foto ni una tapa en una revista. Me encanta -no es que no me guste- pero si es por un escándalo prefiero no aparecer, opinar o defenderme. No me importa. Lo mío tiene que ver con la parte artística, con mi trabajo, porque es mi vida y es por lo que la gente me conoce. Lo que quieran hablar los demás tiene que ver con mi vida privada, mi familia. No estoy tan de acuerdo con que eso sea público, pero a veces las reglas dicen que la gente quiere saber de uno y cómo estás.

—Cambiando de tema. ¿No te cansa seguir cantando “Señor amante”, “Como una loba” o “Muñeca rota”?

—No porque son canciones que me marcaron y me las siguen pidiendo. ¿Cómo me voy a cansar? Veo a la gente en el show, sentaditos con esa cara de emoción, de haber vivido algo parecido a la historia que estoy contando y me siento como si fuera un debut cada vez. Cada vez que las canto lo hago desde el alma y tratando dar lo mejor de mí, por eso siempre siento que estreno mis canciones.

—No sé si sos consciente que has sido la banda sonora de la vida de millones.

—(risas) De las mujeres cuando limpian a los gritos.

—Eso es cierto pero no solo de ellas.

—No, tenés razón. Miro para atrás y digo: cuánto hice, cuánto camino he recorrido y todo lo que me falta todavía. Siempre estoy dispuesta a un nuevo proyecto, a una nueva idea. Hay Valeria para rato.