"Tracks II": los álbumes perdidos y encontrados de Bruce Springsteen, ícono del rock estadounidense

En esta entrevista el músico abre su bóveda de canciones para un lanzamiento que abarca más de 70 temas inéditos.

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Foto: EFE.

"El pasado siempre pesa mucho sobre mí,” dijo Bruce Springsteen una tarde de abril, sentado en la antesala adjunta a Thrill Hill, su estudio casero en Nueva Jersey, donde puede hacer música en cualquier momento. “Nuestros pasados tienen mucho que ver con quiénes somos ahora y lo que perseguimos. Así que ese es un tema que constantemente vuelve a mí, y siempre lo estoy reescribiendo, tratando de hacerlo bien.”

Springsteen revelará un enorme y casi completamente desconocido tesoro de canciones de su pasado en "Tracks II: The Lost Albums". Estas revelan caminos musicales —en su mayoría reflexivos, ocasionalmente ruidosos— que exploró brevemente pero decidió dejar de lado. A diferencia de "Tracks" de 1998, (demos, versiones alternativas y canciones inéditas que se remontan a los años 70), Tracks II, con 83 canciones, 74 de ellas previamente inéditas está organizado como siete álbumes distintos.

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La portada del más reciente álbum de Bruce Springsteen.
Foto: Difusión.

Springsteen creció en la era de los LP de vinilo, no en listas de reproducción que se pueden mezclar. Para él, un álbum es “un grupo cohesivo de canciones, básicamente, que terminan siendo más que la suma de sus partes,. “Resuenan unas con otras, creando significados alterados y significados en reflexión con las otras canciones.”

Un disco, añadió, “es exactamente lo que dice que es. Es un registro de quién eres y dónde estabas en ese momento de tu vida”.

Mientras se preparaba para este extenso vistazo al pasado, el músico de 75 años, muy consciente de su papel de larga data como símbolo de Estados Unidos, también ha estado enfrentando el presente político.

Durante su gira actual por Gran Bretaña y Europa, Springsteen dio discursos recurrentes y francos en el escenario, y los lanzó inmediatamente en un EP de seis pistas: "Land of Hope and Dreams" (2025), donde denuncia a la administración Trump como “corrupta, incompetente y traicionera”, con “un presidente inepto y un gobierno fuera de control.”

Antes de la gira, visité Thrill Hill. “Bienvenido a la Casa de los Mil Guitarras,” dijo Springsteen con una risa. Las paredes de la entrada del estudio están llenas de fotos descartadas enmarcadas de las sesiones fotográficas de "Born in the U.S.A" (1984).

Con una camiseta de manga larga y pantalones de camuflaje, Springsteen habló sobre su carrera como la suma de impulsos, elecciones intuitivas y una determinación de mantenerse productivo, lejos de un "plan maestro". “Trabajo desde adentro hacia afuera. No tengo un concepto antes de hacer un disco o algo así. Solo estoy trabajando en lo que siento en un momento dado. Y eso puede ir a cualquier parte.”

Ha pasado largos períodos sin escribir canciones en absoluto. “Soy un minero del alma. Así que bajo a la mina y me pongo a picar. Y muy a menudo no consigo nada, nada, nada. Y luego golpeás una vena. Y ¡bang! Las cosas salen a raudales. Y encontrás algo de oro, oro musical. Después, de vuelta a picar. Nada, nada, nada, hasta encontrar otra vena.”

Es un trabajo que todavía no controla. “Nadie puede explicar ese momento en el que das vida a los personajes en tu música, en tus canciones,” dijo. “Surge profundamente de tu subconsciente y tu experiencia de vida. Y la alquimia de ese momento sigue siendo un misterio de la mente, el alma y el corazón.”

Para "Tracks II", Springsteen y Ron Aniello, su productor desde 2010, optimizaron la calidad del sonido y ocasionalmente agregaron partes instrumentales pero Springsteen no volvió a cantar nada,” dijo Aniello en una entrevista telefónica posterior. “Todos esos discos tienen esas voces de esa época, fuera cuando fuera.”

Seis de los llamados álbumes “perdidos” se extrajeron de proyectos de estudio que profundizaron en estilos particulares: lo-fi, country, ranchera mexicana o pop retro.

La mayor parte de "Tracks II" surge del trabajo de Springsteen en solitario, como una banda de estudio de un solo hombre, como lo ha hecho desde los años 80. Graba con una pista de ritmo, “básicamente una máquina de ritmos, una guitarra acústica y mi voz,” dijo. “Luego corro por ahí y toco todos los instrumentos, teclados, bajo, guitarras y sintetizadores, solo para ver, para darme una idea.”

“Si está haciendo un demo, lo hace en una hora,” contó Aniello, “y todo es solo una toma. Todo es muy desordenado”.

Las grabaciones más antiguas en "Tracks II" son de la época de “The L.A. Garage Sessions ’83”, canciones escasas y lo-fi que Springsteen grabó por su cuenta, sin banda, usando una máquina de ritmos. Como muchos fanáticos las han escuchado en grabaciones pirata a lo largo de los años, no cambió nada. Las canciones conservan el enfoque esquelético del álbum "Nebraska" (1982), y las letras evocan una nueva colección de personajes atormentados y abandonados. Pero en lugar de lanzar esas canciones, Springsteen eligió el rock a escala de estadio de "Born in the U.S.A"., que lo convirtió en una superestrella.

La creación de "Tracks II" comenzó en 2018, cuando Springsteen decidió revisitar las pistas que se convirtieron en, entre otras, “Somewhere North of Nashville”. En "Tracks II" hay canciones optimistas, a menudo cómicas. Una, “Delivery Man”, trata sobre un camión lleno de pollos. Sorprendentemente, esas canciones se grabaron mientras Springsteen hacía "The Ghost of Tom Joad", su sombrío álbum de 1995 sobre personas marginadas que luchan por sobrevivir en California.

Durante el día, Springsteen y una pequeña banda tocaban versiones en vivo en el estudio. Luego, después de un descanso para cenar, trabajaban en las canciones de "The Ghost of Tom Joad" a la luz de las velas. Marty Rifkin, el guitarrista de pedal steel, recordó: “Era algo hermoso, tanto sonreír todo el día como sentir por los personajes sobre los que escribía por la noche. Durante el día, tenía que esforzarme mucho y pisar el acelerador. Y luego, por la noche, era todo lo contrario.”

Las canciones del quinto álbum (por ejemplo “Inyo”), de mediados de los 90, podrían haber sido una secuela folclórica de "The Ghost of Tom Joad". Algunas están abiertamente modeladas en estilos mexicanos y llevaron a Springsteen a investigar en la historia; en algunas, de repente llega una banda de mariachi completa. “Cuando fui a California, obviamente había una gran cultura migrante. Me interesaba la historia de eso, porque sentía que ese es el futuro de Estados Unidos.”

A lo largo de toda la colección, un tema sigue reapareciendo: la sombra ineludible del pasado. Está en “Richfield Whistle” (de la época de “The L.A. Garage Sessions ’83”); está en la elaboradamente orquestada “High Sierra”. Haciendo una pausa por un momento, Springsteen dijo que la idea reflejaba su cercanía de toda la vida con su ciudad natal, Freehold.

“Todavía vivo a 10 minutos de mi ciudad natal,” dijo. “En Freehold conozco al alcalde, conozco al sacerdote de St. Rose of Lima, conozco al tipo que dirige el restaurante local. Todavía siento, en esta etapa tardía, muy conectado con la comunidad y las personas con las que crecí.”

Y añadió: “Algo que he llevado conmigo toda mi vida es cierta ‘culpa de superviviente’. Tal vez es solo el éxito que has tenido - tu capacidad de dejar esos lugares, como lo he hecho a lo largo de mi vida, y viajar por el mundo. Pero eso siempre está ahí, colgando a tu lado.”

E incluso mientras mira hacia atrás en su catálogo, al mismo tiempo está mirando hacia adelante a nuevas canciones. “Soy un hombre mejor cuando estoy trabajando,” dijo. “Siento que me queda mucho trabajo por hacer, y nuestra banda también. Nuestra banda está en gran forma, y seguimos adelante.”

Jon Pareles/The New York Times

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