"Esta es una canción definitivamente especial”, asegura Pedro Capó, al inicio de su diálogo por videollamada con El País. El cantante puertorriqueño, autor de los éxitos continentales “Calma” y “Tutu”, sonríe mientras habla de “Existo”, su flamante colaboración con el mexicano Carín León, y no duda al decir que, aunque recién salió, ya se ganó un lugar en las favoritas de su repertorio.
Y la verdad es que no exagera: “Existo” ranquea alto en la lista de sus mejores canciones. Está al nivel de “La fiesta”, “Day By Day” y “Gracias”, tres composiciones luminosas, pegadizas y universales que invitan a celebrar las pequeñas grandes cosas de la vida y a enfrentar los miedos más profundos. Pero “Existo” va aún más allá: es una celebración de la vida misma. “¿Cómo no voy a ser exitoso si existo?”, insisten Capó y León en el estribillo, y uno no puede darles más que la razón. Es un mensaje de apariencia simple y directa —como para que el oyente no se lo olvide—, pero que en realidad se inspira en un complejo proceso interno en la vida de Capó.
La canción, además de unir los caminos del puertorriqueño y León —un referente de la movida del regional mexicano—, entrecruza varios elementos de la música country y de la cumbia, dos géneros musicales que no son tan antagónicos como parece. “Existo”, relata Capó, nació durante la conferencia Making the Hit Live, organizada por Billboard y celebrada en octubre en Miami. “Nos invitaron a Carín y a mí a hablar sobre cómo se construye un hit, y empezamos a hablar sobre lo que es el éxito, que es algo tan relativo y personal, y llegamos a la conclusión de que existir es, de por sí, un éxito”.
El video está en la cuenta de YouTube de Billboard y muestra cómo en 40 minutos la dupla —que se conoció ese día ante las cámaras— esbozó la idea principal de “Existo”. Es más, las imágenes muestran el entusiasmo y la sorpresa general en el instante justo en que le dan forma al estribillo. No tiene desperdicio.
La primera parte de la canción es, además, un buen repaso a la primera época de la carrera de Capó. Es que el puertorriqueño debió enfrentarse a unos cuantos desafíos antes de poder dedicarse de lleno a la música. En 2007 sacó su primer disco, Fuego y amor, pero no pasó nada. Llegó a deber cinco meses de alquiler de su apartamento y pensó varias veces en dejar la música para conseguirse un trabajo estable, pero la llamada de un ejecutivo de Sony para invitarlo a cantar “Estoy enamorado” junto a Thalía le cambió la vida. Esa balada acústica, que salió en el disco Thalía en primera fila (2009), se convirtió en la primera confirmación de que no debía renunciar a su sueño. La segunda y definitiva llegó más adelante, en 2018, con “Calma”.
“Para el primer verso de ‘Existo’ me remonté a esos tiempos en que me decían que no me podía dedicar a la música, que me consiguiera un trabajo y que me volviera responsable”, cuenta. “Como venía de un viaje creativo en el que estuve en Nashville durante dos meses nutriéndome del sonido country, usé la guitarra slide para darle cierta nostalgia al momento de contar ese desahogo melancólico. Luego, con la aseveración de que somos exitosos al existir, entra la alegría rampante de la cumbia”, suma sobre el tema que se completa con el sutil acompañamiento de arreglos de cuerda y un sentido solo de guitarra.
La canción, que se publicó a mediados de marzo y ya se acerca a las tres millones de reproducciones en Spotify, será parte del repertorio que el puertorriqueño presentará en Montevideo el viernes 24 de mayo, cuando actúe en Magnolio Sala para el que será su primer show en Uruguay. Las entradas se agotaron hace semanas. “Tengo mucha ilusión de conocerlos. Me han hablado hermosuras de ustedes, y cada vez que llego a un lugar nuevo siento un nervio bonito y especial”, asegura.
—Desde la salida de Munay, tu disco de 2020, tu estilo de composición empezó a centrarse en la búsqueda de la empatía con el oyente. Es algo así como demostrarle que no está solo con lo que siente. “La fiesta”, de La neta, lo demuestra con tu forma de encarar la muerte. ¿Qué tan importante en tu obra se volvió esta forma de escribir?
—Es mi bandera artística y la intención que cada día se me hace más clara. Yo escribo desde lo que conozco y el mensaje me lo digo primero a mí mismo con la ilusión de que luego resuene en el oyente. Trabajo con la dinámica de espejo y reflejo en mis letras porque verdaderamente creo que lo que yo siento también lo siente, a su manera, el resto del mundo. Y si una canción como “Existo” alcanza el éxito de números es muy chulo porque este también es mi trabajo, pero para mí lo más importante es poder contribuir de alguna manera positiva en el viaje de vivir, que es hermoso pero que también tiene muchas adversidades.
—¿Sentís que tu idea del éxito se modificó con el paso del tiempo?
—Definitivamente. He tenido experiencias surreales como la de “Calma”, que de un día para el otro se volvió un hit mundial sin que yo lo esperara. En ese momento yo tenía 38 años, y en el clímax de su éxito llegó la pandemia y todo se detuvo. Eso me dio espacio para la introspección y la autoexploración, y me di cuenta de que tenía dos opciones: la tentación de perseguir a ese dragón enorme que se llama “Calma” o regresar a mi esencia. Y eso es lo que hice en el disco La Neta, que es una forma de decir: “No, espérate. El éxito es otra cosa”. Es llegar al estudio sin nada y salir de ahí con una canción. Si lo piensas, ese es un acto milagroso (Sonríe). Y poder hacerlo es lo que más disfruto en el mundo. Entonces, en la cuestión musical, el éxito es seguir teniendo la capacidad de crear y de poder buscar el pan de mis hijos con eso. Y en lo personal es el simple hecho de existir. Es, además, levantarme a la mañana, hacerme un cafecito y disfrutar del clima.
—¿Qué lugar creés que va a tener “Existo” en tu obra cuando vuelvas a escucharla dentro de cinco o diez años?
—La siento con una vibración como la de “La fiesta”, que no es una canción efímera. Ambas tienen un mensaje pensado para acompañarnos por el resto de nuestras vidas. Hablan de verdades absolutas. Así que espero que cuando vuelva a escuchar “Existo” dentro de diez años pueda volver a refugiarme en ella y conectar desde el mismo lugar y con la misma gratitud y energía con la que la compuse junto a Carín León.