Lo nuevo de Guns N' Roses, uno de los discos del año y el sonido de Jackson Browne

NOVEDADES DISCOGRÁFICAS

Bleachers tienen todo para ser la banda del momento y hace tiempo que el mundo se dio cuenta. Tienen con qué porque su líder, Jack Antonoff, es un productor estrella cuya presencia en discos de Taylor Swift, por solo nombrar uno de sus créditos de perfil alto, se lleva buena parte del éxito. En Take the Sadness Out of Saturday Night utiliza algunos de sus recursos conocidos al servicio de un álbum de energía contagiosa que remite a Bruce Springsteen (el propio Jefe se da una vuelta en “Chinatown”) y tiene una tendencia hacia la experiencia colectiva de la música. Hay momentos en que uno termina bailando. Gran disco.

En su nuevo disco, Jackson Browne se comporta como si la música no hubiera cambiado y Laurel Canyon aún es esa paradisíaca y cool usina de melodías folk. A pesar de esa persistencia a un sonido, lo cierto es que Downhill From Everywhere sirve para recordar cómo era la música de Browne: una plácida sucesión de canciones de arreglos clásicos y en los que la poesía tiene que decir cosas personales o universales (el medio ambiente, las migraciones). Esos ingredientes están acá en las dosis ajustadas para un rato de buenas canciones, en una versión adulta de lo que alguna vez fue juvenil. Siempre amable, pero juvenil.

Guns N’ Roses sorprendió esta semana con el estreno de “ABSU?D”, una canción inédita, una nueva lectura de “Silkworms” compuesta en tiempos del entreverado Chinese Democracy de 2008. La presentaron en vivo en la gira que retomaron a fines de julio, y la lanzaron formalmente el viernes pasado. Montado sobre un riff de guitarra bien frontal y con una batería que no da respiro, Axl Rose canta una letra llena de insultos y repeticiones. El cantante mastica un discurso furioso y suelta cada tanto sus agudos característicos, para completar un tema explosivo, con un pequeño giro para sorprender y todo para capturar el espíritu GNR.