En agosto se cumplen 23 años del estreno de Amélie —Le Fabuleux destin d'Amélie Poulain, en su título original en francés—, la película de Jean-Pierre Jeunet que se convirtió en un clásico.
La cinta cuenta la historia de una joven introvertida bajo la protección de sus padres y que ahora, finalmente, empieza a descubrir el mundo, el amor y los placeres. En medio de las fantasías que crea desde pequeña en su cabeza, Amélie (Audrey Tautou) tiene una fascinación por lo simple y se empeña en una misión de hacer cosas buenas por la gente.
El papel elevó a Tautou a la fama y los muchos elementos sensibles de la cinta de Jeunet dejaron huella. La banda sonora, por ejemplo, de la mano de Yann Tiersen, fue uno de estos factores que hicieron de Amélie una joya del cine francés.
Fue desde el encantamiento por la obra de Tiersen —quien tiene más de 20 discos y también hizo la banda sonora de ¡Adiós, Lenin! (2003)— que el multiinstrumentista argentino Franco Lombardi decidió, a finales de 2016, gestar un tributo a la creaciones del músico francés.
“Me parecía muy variada su obra, a la vez es original y particular. Siempre me llamó la atención y me gustó la cuestión de tener muchas capas de sonido en las composiciones. Es como si cada vez que uno lo escucha, descubre algo nuevo, como una obra que no llegás a conocer del todo”, dice el músico bonaerense a El País.
“Lo escuchás y parece sencillo de alguna forma, pero también es complejo en lo tímbrico y en la orquestación”, complementa.
Con el tiempo se fueron sumando otros músicos a la propuesta y juntos crearon Merienda Amélie, banda con la cual ya vinieron tres veces a Montevideo y llenaron a la Sala Camacuá en más de una oportunidad. Regresan a esta misma sala este sábado a las 20.30hs y quedan entradas a la venta en Redtickets.
Su particular nombre surgió tras una presentación en una cafetería de Buenos Aires, allá por el 2017. “La merienda como comida tiene cierto arte, con platos que están en ese momento y en otros no, una mezcla de dulce y salado y un imaginario que pegaba bien con la música de Tiersen”, cuenta Lombardi.
“A la vez venía personalmente con cierto hartazgo de muchos eventos en horario nocturno, entonces eso impulsó a hacer algo más temprano en ese momento, para contrarrestar esa tendencia social”, explica.
El grupo está conformado también por Cecilia Tedeschi (violín, canto), Gogui Tabárez (guitarra eléctrica, saxofón, charango), Astrid Motura (violonchelo), Martín Potente (batería) y Sebastián Castun (guitarra).
Además de transitar por los primeros discos de Tiersen —que estuvo por última vez en Montevideo en 2010, para un concierto en el Teatro Solís—, la propuesta es presentar la banda sonora de Amélie y promover un encuentro donde lo sonoro y lo visual lleven el público a tomar nuevamente contacto con las sensaciones generadas por la película.
Para eso, hacen la proyección de la cinta durante el concierto y proponen pequeñas instancias que remiten a la historia contada por Jeunet.
“Inspirados en una escena de la película, cuando Amélie lleva una caja de objetos a uno de los personajes, invitamos a que la gente traiga objetos para regalar en el show. Dejamos una caja en el escenario y luego la pasamos por el público. El que quiere puede dejar o agarrar algo, para generar cierto vínculo desde los objetos. También repartimos cosas dulces haciendo ancla en esta cuestión de la merienda y la conexión de los sentidos, el saborear y endulzar la experiencia”, cuenta Lombardi.
Durante estos siete años en que han creado esta especie de ritual de celebración pudieron ver, desde arriba y abajo del escenario, la huella dejada por la película.
“Nos hemos encontrado con familias que van al concierto y que la hija se llama Amélie. Se nota como dejó una inspiración y una referencia para cierta generación. Esa carga simbólica también es interesante”, cuenta el cantante y acordeonista de Merienda Amélie, grupo que propone volver a pasar por los sentidos una obra que se volvió un clásico, y promover conexiones a través de la música.
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