ENTREVISTA
El madrileño dialogó con El País sobre "Cuando te muerdes el labio", el disco más vendido de España esta semana, que incluye la colaboración de 14 artistas iberoamericanas
Leiva se toma una pausa. Mira por la ventana de su hogar en Ciudad de México y con su acento madrileño comienza a describir, a través de su videollamada con El País, el germen de Cuando te muerdes el labio, su más reciente álbum, que esta semana fue el más vendido en España. “El momento clave se dio un día en un avión, mientras miraba mi lista de reproducción. El 95% de las mujeres que ahora están en el disco eran parte de mi banda sonora de ese tiempo. Entonces pensé: ‘¿Por qué no grabo con ellas, si es su música la que me conmueve al día de hoy?’”.
La playlist a la que hace referencia el delgadísimo músico de sombrero blanco, barba oscura de la que salen algunas canas y tatuajes en los brazos, estaba repleta de artistas iberoamericanas. Natalia Lafourcade, Ximena Sariñana, Zoe Gotusso, Catalina García, Ely Guerra y Gaby Moreno son apenas seis de las 14 cancionistas que colaboran con el excantante del grupo Pereza.
Sin embargo, el proceso no fue para nada fácil. “Ha sido un disco casi imposible”, lanza con una sonrisa. “Piensa que son 14 compañeras de diferentes lugares, grabando en un momento en el que morían miles y miles de personas al día y todo estaba prohibido”, dice sobre esa grabación realizada durante la etapa más oscura de la pandemia. “Desafiamos al virus como pudimos, porque yo pertenezco a una generación que entiende a las colaboraciones como un acto que se realiza en una misma habitación”.
Por lo tanto, el colaborador de Joaquín Sabina en el disco Lo niego todo (2017) y autor de los éxitos “Terriblemente cruel”, “No te preocupes por mí” y “Como si fueses a morir mañana” insistió en grabar Cuando te muerdes el labio cara a cara con sus invitadas. “Fue algo absolutamente acrobático. Algunas fueron a España y otras a México, porque en la pandemia me vine a vivir a Ciudad de México. Fue casi imposible, pero sucedió de una manera muy fácil”, asegura el músico que en 2019 ofreció un enérgico show con entradas agotadas en La Trastienda.
Y eso se trasladó a las canciones. Al estilo de “I’m Losing You” y “I’m Moving On”, del disco Double Fantasy, donde John Lennon y Yoko Ono dan su visión sobre una relación quebrada, Leiva y sus colegas le cantan a los últimos suspiros de una relación en agonía. Eso sí, a diferencia de esas dos canciones del último álbum que Lennon grabó en vida, en Cuando te muerdes el labio no hay riffs rabiosos, golpes bajos ni gritos. La nostalgia y la reconstrucción de todos los códigos internos de una pareja representan el largo abrazo antes de una despedida. Se trata de un disco cálido, íntimo y delicado, que califica como lo más maduro de la carrera del madrileño.
—Cuando te muerdes el labio tiene una construcción casi teatral de una relación en crisis. ¿El diálogo con las voces femeninas le aportó una mayor riqueza al álbum?
—Sí, desde luego. Cuando escribo un texto, la nostalgia suena de una manera, pero cuando se pone a cantar una artista como Silvana Estrada, que tiene 21 años, la letra agarra otra dimensión y otros matices. Mi parte nostálgica se reduce y la luminosidad se amplifica. La impronta de cada compañera ha ido cambiando mis textos y me han enseñado otros sentidos de mi propia obra. El diálogo es la clave del disco y el concepto de réplica en las canciones era algo que nunca había tenido porque siempre he cantado en primera persona, pero en una relación siempre hay dos miradas.
—La búsqueda letrística continúa el camino de Nuclear, tu último trabajo, donde te propusiste ser lo más directo posible. ¿De dónde nace ese interés?
—Van pasando los años y me voy guiando por una sola cosa: la música que me conmueve. Al final, todo se reduce a eso y me voy dando cuenta de que cada vez tengo más apego por la obra de Leonard Cohen, Tom Waits y toda la gente que habla de mí sin rodeos. Cuando escucho a José Alfredo Jiménez, siempre digo: “Yo quiero escribir como él”. Estoy tratando de encontrar un camino más corto y atajos para contar las cosas que busco como oyente en otras canciones. Y los artistas que suelen hablar de mí en su obra son esos que describen cosas cotidianas y muy sencillas. Por eso, Cuando te muerdes el labio es un disco donde hablo de manera más nítida y sin pirotecnia. Es el trabajo donde he sido más conciso y me he sentido más libre.
—En tiempos de pandemia, donde el concepto de la música como refugio emocional adquirió un rol todavía más significativo, ¿sentís que escribir de manera más "nítida y concisa" sobre aspectos cotidianos, alcanzó un valor extra?
—(Hace silencio) No sé... Es que corren tiempos muy difíciles y la música va por un lado de consumo muy rápido. Siento que las cosas a fuego lento ya no tienen espacio, aunque sí hay un público que está esperando que cuentes cosas y que hagas las cosas un poco a la antigua usanza. Creo que mi sello consiste en la imperfección de contar historias, y ahí estoy: sigo trabajando, generando un público que quiere seguir escuchando historias y que le hables directamente. Ese es mi lugar.

—Ya que hablás de hacer las cosas a "la vieja usanza", el disco Nuclear fue grabado de esa manera: cuatro personas tocando con un montón de micrófonos en la sala. ¿Qué importancia le das a preservar esa forma de grabar en un momento en que todo el proceso está tan digitalizado?
—A mí me encanta todo lo que sucede en Latinoamérica, en especial con el movimiento del trap y el hip-hop de Argentina. Me encantan las sesiones de Bizarrap y me gusta que los chavales conciban toda su obra y su arte dentro de un teléfono. Me genera curiosidad el proceso, pero yo pertenezco a una generación que no puede arrancar una canción desde un sintetizador o desde un beat; es algo antinatural. Claro que lo podría probar y saldría algo distinto, pero yo sigo sacando las canciones de mi guitarra. Me gusta poder poner poner el pie en lugares diferentes, pero trato de conocer mis limitaciones, y por eso sé que en el terreno que me muevo bien es el orgánico. Por más de que me guste mucho el hip-hop, no puedo hacer un disco lleno de sintetizadores y hip-hop porque sonaría impostado.
—Volviendo a Cuando te muerdes el labio, el álbum funciona como una especie de abrazo musical a pesar de haberse registrado en tiempos repletos de restricciones. ¿Qué te produce ver el resultado final?
—Ha sido muchísimo trabajo. Y no es solo por escribir para 14 personas, bucear en sus obras para ver sus expresiones y encontrar un sitio que les sea natural, sino por haber viajado, grabar en miles de lugares y hablar con todas las oficinas para concertarlo. Ha sido tan difícil que cuando salió el disco se me saltaban las lágrimas solo de pensar que a veces las cosas que uno piensa pueden suceder. Este es un álbum que me completa como artista.

—¿Qué te gustaría encontrar cuando vuelvas al disco dentro de unos años?
—Que las artistas emergentes que llamé a grabar cuando todavía no tenían su primer disco, como Silvana Estrada, Zoe Gotusso y Natalia Lacunza tengan una carrera más importante que la mía. Me gustaría ver que se me han adelantado por la derecha (se ríe).
—¿Y en lo personal?
—Me gustaría encontrar un retrato de lo que fui en ese momento. Siento que necesito el vehículo de la canción para poder entenderme, y cuando lo revise en unos años veré que es un disco muy terapéutico.
Un álbum que incluye una edición de porcelana
Para elevar la poética y elegancia de Cuando te mueres de amor, Leiva contó con el diseño de Boa Mistura para la edición física de su nuevo trabajo. Además de las versiones en CD -al estilo de acordeón- y vinilo, Leiva lanzó una versión especial, hecha de porcelana. "No se puede abrir sin romper, la clave está en poner en disyuntiva a las personas que compren en disco, pues deciden si lo rompen o lo escuchan en las plataformas digitales y te quedas con el objeto. Es una manera metafórica de explicar que para construir primero hay que destruir", explica.
A los interesados en sumergirse en el proceso creativo del álbum , se recomienda acercarse a "Leiva presenta 'Cuando te muerdes el labio', la experiencia", disponible en Spotify. Allí, el madrileño radicado en Ciudad de México narra, a través de videos, la historia de canciones como "Stranger Things" (grabada con Zahara), "Flecha" (Elsa y Elmar), "Histéricos" (Ximena Sariñana), "Con el pañuelo en los ojos" (Gaby Moreno), "Peligrosamente Dark" (Silvana Estrada) y "Cuando te muerdes el labio" (Daniela Spalla). Allí explica con claridad de detalles las referencias musicales y la evolución de las canciones. Es una instancia valiosísima para descubrir detalles del álbum.