Los conciertos que Julieta Venegas dará en el Auditorio Nacional del Sodre las noches del 17 y 18 de junio no serán dos más en su historia musical: hace "muchísimo" que no pasa por Uruguay (la última vez fue el 10 de mayo de 2011, hace hoy cuatro exactos años), un país que le encanta y al que ahora eligió para estrenar en vivo su séptimo disco de estudio, Algo Sucede, que llegará a las disquerías en agosto.
"Estoy como muy emocionada", confiesa en conversación telefónica con El País la autora de hits como "Limón y sal", "Lento", "Andar conmigo" y "Eres para mí", intentando explicar cómo se siente; habla muy rápido, y a veces las palabras específicas que necesita se le escapan. Le pasa a menudo, como cuando quiere señalar la diferencia entre este álbum y el anterior, Los momentos (Sony Music, 2013), marcado por una oscuridad inusual en su fresca carrera: "es un disco mucho más… No diría alegre, porque no sé si hago discos alegres, pero brilla un poco más. Tampoco es que es totalmente feliz, pero hay una ligereza. No sé cómo describirlo". Quizás por es por esa dificultad que cuando escribe canciones no piensa en lo que quiere decir, sino que prefiere decir, sin trabas.
Todos sus trabajos son, para Venegas, "una reacción" que busca contrastar con lo anterior, una manera de no estacionarse ni sentarse en un solo lugar: "es una búsqueda", explica sobre la consecución y la consecuencia de sus obras. "Mi personalidad es muy así, ¿sabes? Soy muy reflexiva, escéptica, pienso mucho y me gusta encontrarle la salida a las historias que hago", comenta.
"Quizás emocionalmente estoy siempre en distintos lugares y eso se transmite", apunta la cantante, que ahora está en un momento que puede calificar de bueno, como cada vez que se pone creativa y "muy primaveral". Es que Algo sucede no fue un trabajo aislado; lo compuso después de musicalizar una obra de teatro, de escribir para la película infantil La increíble historia del niño de piedra, de elaborar un tema para el documental mexicano Alivio y de grabar un cover de música popular de la cantante mexicana Laura León. Fue cuestión de aprovechar el impulso y seguir el vuelo, lo que explica que desde que empezó a armar las letras hasta que terminó la grabación hayan pasado seis meses, un tiempo prácticamente record para un artista.
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En este ágil proceso compositivo de Algo sucede, Venegas bocetó por lo menos 30 canciones, y finalmente eligió 12 que serán las que verán la luz. Algunas fueron descartadas, de otras sacó ideas o estribillos. Dice que siempre le salen "montones" de cosas, porque tiene un método bastante descontracturado: "A la hora de escribir no me pongo trabas y trato de no pensar demasiado en lo que quiero decir, sino que simplemente digo sin pensar y empiezo a escribir".
Componer, hacer obras de arte, es una manera de jugar, de volver a la infancia, un tópico abordado por el primer sencillo de este nuevo disco, que se llama "Ese camino" y fue lanzado la semana pasada, desde la mirada de un adulto. "Tiene una cosa de nostalgia", explica su autora, quien se sincera respecto a cuáles fueron sus fuentes de inspiración para hacerla: el escritor noruego Karl Ove Knausgard (contemporáneo) y el francés Marcel Proust. "Me obsesioné completamente con él", admite con una risa tímida respecto a Ove Knausgard, quien mucho ha trabajado sobre la niñez y la adolescencia y a quien está leyendo bastante, igual que a Proust y sus escritos sobre la memoria y la transformación del pasado.
Su mirada a aquellos años de su vida puede vincularse con su rol de madre de Simona, con las composiciones que ha hecho para productos infantiles, con que con sus propias canciones tienen una fuerte aceptación en los pequeños y con la situación violenta que vive su país, México, a la que no es ajena. "Pienso en todo el país que hemos construido. La democracia que practicamos no es la mejor; la juventud se ha vuelto muy apática y eso es algo que viene de otras generaciones, de que los políticos son cada vez más corruptos e impunes, y se separan cada vez más los políticos del pueblo".
"Es es algo muy frustrante que te hace preguntarte cómo se puede empezar a arreglar eso", admite con tristeza Venegas, quien habla en nombre de ella, de sus amigos y de su entorno. "México no es un país educado, pues es más pobre que educado, y no se quiere a sí mismo", manifiesta, y busca las palabras pero no puede más que repetir "tristeza", "dolor" y "frustración", que es lo que verdaderamente siente.
De hecho, cuando desaparecieron los 43 estudiantes de un instituto normal de Ayotzinapa, Venegas y su banda estaban de gira. El show correspondiente al 26 de setiembre de 2014 no fue cancelado, y ella tuvo que afrontar a un público que estaba igual de conmocionado sin tener ninguna canción con la que manifestarse al respecto.
"Te juro que yo no tenía una canción que describiera lo que yo sentía, una tristeza tan profunda, este miedo, este dolor. Y se los dije (a los presentes), que no tenía la canción. Porque cuando escribo me cuesta mucho trabajo unir mis convicciones políticas o sociales; yo trabajo desde las emociones, y lo que sentía no tenía nada que ver con lo que estaba cantando. Fue muy fuerte", reconoce. Con esa emoción latiendo escribió "Una respuesta", uno de los tracks de Algo sucede, en referencia a todos los desaparecidos en México, porque mal que le pese es moneda corriente hace un tiempo demasiado largo. "Ocurre todo el tiempo", añade la mexicana.
Esa canción dedicada a su país —"sin ponerme muy patriota", aclara— puede ser vista, asegura la cantante, como una canción de amor, un tema del que ella no se cansa y que no termina de cerrar, a pesar del paso de los años. En este nuevo álbum el amor estará muy presente en todos sus aspectos y todas sus maneras, "en su totalidad". Por ejemplo, el tema "Se explicará" estará dedicado a su hija, y es una manera que encontró para decirle lo que siente por ella pero dejarla libre, enseñarle que hay "muchas cosas en la vida que se van a ir explicando solas". Y esa claramente también será una canción de amor.
"El amor es una parte tan necesaria de la vida, de mi vida. No creo que nadie pueda decir: no necesito amor", afirma Venegas, haciendo la diferencia con el romanticismo y abrazando a los sentimientos, que desde siempre son sus musas. "Un robot no necesita amor, una computadora no necesita amor, pero los seres humanos lo necesitamos y lo buscamos. Y a eso me refiero".
Ella, que cuando compone siente que mete las manos en una masa de arcilla amorfa y enfrenta el desafío de moldearla, solamente sabe trabajar desde lo emocional, y no toma distancia de esas emociones que se le presentan constantemente cuando piensa en que volverá a tocar en Montevideo después de cuatro años y en que por primera vez hará sus nuevas canciones (algunas) sobre el escenario. Hay nervios por esta vuelta, pero más que nada ansiedad, que se percibe en su voz.
El regreso.
"Uruguay me encanta", admite Venegas, quien aprovecha sus visitas al país para reencontrarse con amigos y músicos. Tiene la mirada puesta sobre lo que va surgiendo por aquí, donde hay "muchísima actividad" y artistas que le despiertan "mucha admiración". A modo de ejemplo menciona a Franny Glass, el proyecto solista de Gonzalo Deniz, que ya cuenta con cuatro trabajos publicados, y Florencia Núñez, una jovencita rochense radicada en la capital y dueña de Mesopotamia, un disco que vio la luz en 2014 y fue muy bien recibido.
Como hace un tiempo largo que no toca en Montevideo, la mexicana no sólo adelantará canciones de Algo sucede —que para mediados de junio todavía no estará en el mercado— y recorrerá todo lo que ha hecho antes, aprovechándose de que nunca pudo presentar Los momentos aquí. Eli-U abrirá los shows, para los que las entradas están a la venta con precios que van de 850 a 1.850 pesos.
El comienzo de una larga historia.
Julieta Venegas nació en Tijuana, en el seno de una familia de fotógrafos. Estudió música desde pequeña —piano, canto, violoncello y teorías—, a diferencia de sus cuatro hermanos, y dio sus primeros pasos como artista en la banda Tijuana No. Pasó por distintas formaciones hasta que la compañía BMG la contrató para impulsar su carrera solista. En 1997 publicó Aquí, que le valió el premio Nuestro rock en la categoría Mejor Disco Revelación. A partir de ahí no paró de componer, tocar y grabar: en su discografía ya tiene Bueninvento, Sí, Limón y sal, MTV Unplugged, Otra cosa y Los momentos.
Su estrecha relación con el cine.
La primera vez que escribió música para una película fue en 1999: compuso "Lo que pedí" y "Ay" para En el país de no pasa nada, de María del Carmen De Lara, y además grabó "Mala leche", de autoría de Liliana Felipe. Más adelante hizo "Me van a matar" para Amores perros, de Alejandro González Iñárritu, y fue convocada entre otros por los directores Antonio Urrutia, Joshua Marston y Marcelo Ferrari para varios trabajos. Recientemente hizo "Alivio" para un documental del mismo nombre, que cuenta la historia de tres enfermeras mexicanas. "Es una película fuerte pero buena", definió la cantante.
EL PASADO Y EL PRESENTE.
Primer disco: aquí - Publicado en marzo de 1997.
Su primer trabajo discográfico fue publicado en 1997 y en su arte mostraba el rostro joven de una cantante que se plantaría como exponente del pop mexicano. "Aprendo de mis pasos/Entiendo en mi caminar", cantaba en "De mis pasos", el corte de difusión que la puso a sonar en las radios.
Último disco: los momentos - Publicado en marzo de 2013.
El último trabajo publicado a la fecha es oscuro, y lo refleja desde la tapa. "Todas las sonrisas que perdí sin haber llorado/Todos los días sin tí dónde han quedado", se pregunta en la letra del tema "Los momentos".

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