Maria Isabel Rebelo, hoy Cuca Roseta, tenía 18 años cuando visitó una casa de fado por primera vez. La melancolía y la nostalgia presentes en la canción tradicional portuguesa, la impactaron. Hoy con 41 recuerda el momento con detalles y lo describe como “una pasión a primera vista”, algo que la dejó extasiada y conmovida hasta las lágrimas. Ese día, sintió el despertar de algo que siempre estuvo adentro suyo pero que necesitaba ser lapidado. “Siempre me resonaba una frase que aparece en muchos fados tradicionales que dice ‘no es fadista quien quiere, y sí quien nació fadista’, y realmente me parecía muy difícil no solo por su carácter, sino también técnicamente. Sin embargo, un día me invitaron a cantar y descubrí que era mi pasión y mi destino”, cuenta la fadista portuguesa en charla vía Zoom con El País.
La cantante está en plena gira en el marco del Festival de Fado, que desembarca por segunda vez en Montevideo este jueves a las 20.30 en el Teatro Solís. Se presentará junto a los músicos Sandro Costa, Francisco Sales y José Marino de Freitas. Quedan entradas a la venta en Tickantel desde $800.
Tras aquel encuentro mágico con la canción que cambiaría su vida, pasaron muchas cosas, incluso una investigación académica sobre el fado, que Roseta desarrolló mientras estudiaba psicología. Sentía que había vivido muchos años sin conocer el género tradicional y ahora quería recuperar “el tiempo perdido”. Sin embargo, fue en 2006, cuando recibió la invitación del director Carlos Saura para participar en Fados (2007), la película que completa la trilogía Flamenco (1995) y Tango (1998), que todo ganó otra proporción. Ahí compartió pantalla con artistas como Chico Buarque, Caetano Veloso y Lila Downs y su nombre resonó por el mundo. “Tuve mucha suerte. A partir de eso la gente me empezó a conocer en Portugal, y yo no tenía ni disco aún. Fue un boom de curiosidad y después de esa participación me llegó la invitación de Santaolalla para grabar con él”, cuenta sobre su debut, Cuca Roseta, de la mano del argentino Gustavo Santaolalla, oscarizado por Babel y El secreto de Brokeback Mountain.
Para su siguiente disco trabajó junto a Nelson Motta, reconocido productor y escritor brasileño con el que hizo Riú, en el cual buceó en el universo de los antiguos sambas y grabó junto a Djavan e Ivan Lins. “Con Nelson aprendí que el samba tiene un lado triste también. Es como dice la canción ‘para fazer um samba com beleza/ é preciso um bucado de tristeza/ senão não se faz um samba não”, explica, recitando a Vinicius de Moraes.
“Me reconocí mucho en esa tristeza que se baila, que convierte lágrimas en belleza, eso me parece hermoso de Brasil. Entonces fuimos a buscar algunas canciones un poco más para la Bossa, pero logré mantener mi identidad”, cuenta.
Así, el permitirse beber de otras fuentes para enriquecer sus fados hizo que quedara conocida como la nueva voz del género. En 2020 grabó un disco homenaje a Amália Rodriguez, aclamada fadista portuguesa que la inspiró. “Amalia es mi mayor referencia, fue un homenaje en su centenario y es el disco que más me gusta porque son las músicas que originaron mi camino”.
Roseta no tiene miedo de tirarse al agua para mezclar géneros y probar. Este año grabó Rayana, un álbum en colaboración con el guitarrista español Daniel Casares, donde fusionan el fado con el flamenco. “El fado es un grito de tristeza para dentro, el flamenco, para fuera. Creo que quien entiende el tango y el flamenco, entenderá el fado”.
A pesar de la larga relación con Latinoamérica, esta será su primera vez en Uruguay y, confiesa, está expectante. “Es un país que me trae mucha curiosidad, porque solo escucho cosas buenas, tengo una expectativa gigante y estoy muy feliz de ir”, dice la fadista antes de cerrar la charla con esta definición del fado: “una música muy profunda, intensa, que vive de la palabra y no tanto de la belleza exterior y de la fuerza de la voz, sino de la historia que se cuenta. En el fado, la voz es esclava de la historia que estás contando”.
La segunda edición en Uruguay de este festival, que es considerado el embajador del fado en el mundo, también propone actividades como la exhibición del documental Guitarras à Portuguesa de Ivan Dias. La cita será el jueves 23 a las 17.30 en la Sala Zavala Muniz. Luego de la proyección de la cinta se dará lugar a una conferencia sobre la guitarra portuguesa a cargo del músico Sandro Costa.