Era el debut de Cory Henry en Uruguay. Más allá de si vuelve o no, lo cierto es que dejó una buena primera impresión. Vino acompañado por bajo y batería, (en su web, la banda The Funk Apostles también tiene un guitarrista, que esta vez no estuvo), pero todo gira en torno a los teclados y la voz de Henry. No es que sus músicos estén "pintados", claro. Son dos instrumentistas sumamente competentes, pero Henry es el protagonsita absoluto.

La primera parte del concierto requirió de algunos ajustes que se hicieron sobre la marcha. En un momento, Henry se fue hacia atrás del escenario donde, probablemente, dio algunas indicaciones que surtieron efecto. Porque luego de eso, todo empezó a sonar mejor y más relajado.

Henry es un músico curioso. Por un lado es uno de esos virtuosos de jazz que tocan mil notas por minuto sin errarle a una. Ese exhibicionismo puede espantar a cierta gente, pero es un imán para otra.

Sin embargo, Henry también se mueve muy bien en el terreno de la música popular. La primera parte estuvo dedicada su faceta instrumental, donde él se encarga de dejar claro que no hay mucho que no pueda hacer en los teclados, ya sea tocar muy rápido o cambiar de estilo y registro sin ninguna dificultad.

Pero incluso ahí, en esos complejos pasajes musicales, asoma algo de la sensibilidad más o menos pop en su estilo. Hacia el final de esa primera parte, él y los músicos se metieron en una parte que parecía provenir directamente de la tradición de música "country". Hasta parecía posible ver bailar a parejas con atuendos típicos de cowboys y todo.

Pero luego Henry empezó a cantar, y la experiencia fue totalmente distinta. Más allá de que él no hace muchas concesiones y no abandona del todo su estilo, sus versiones de "Living For The City" (Stevie Wonder) y "A Change Is Gonna Come" (Sam Cooke) lo ubicaron en otro lugar, uno mucho más celebrado por el público, que terminó aplaudiendo con mucho entusiasmo el primer show de Henry en Montevideo.

Banda: The Funk Apostles (Sharay Reed y Taron Lockett). Fecha: 29 de abril. Sala: La Trastienda

CRÍTICA - MÚSICA