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ENTREVISTA

De la memoria al corazón: Martín Buscaglia y la historia detrás de cinco objetos que atesora

Buscaglia se presenta junto a su banda, Los Bochamakers, este miércoles en La Trastienda. Antes de la fecha, charló con El País sobre sus tesoros íntimos.

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Martin Buscaglia, músico, compositor y productor uruguayo, en su domicilio en Montevideo.
Martin Buscaglia, músico, compositor y productor uruguayo, en su domicilio en Montevideo.
Foto: Leonardo Mainé

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Por Manuella Sampaio

Afectivo, histórico o práctico. El valor que se le da a los objetos puede ser mucho y los motivos por los que se los guarda pueden ser diversos, pero lo que sí es concreto es que hablar de ellos sirve para disparar recuerdos y charlas entretenidas. “Es lindo porque hablás de viajes, de uno mismo, de la vida”, confirma Martín Buscaglia cuando abre la puerta de su casa a El País, para una conversación sobre la historia de cinco ítems que atesora.

El músico tocará este miércoles a las 21.00 en La Trastienda junto a su banda, Los Bochamakers —Martín Ibarburu, Nacho Mateu, Matías Rada y Coby Acosta—, e invitados especiales como Valeria Lynch y Mariano Martinez; quedan entradas por Abitab. Después se irá de gira por Europa, donde pasará por España, Portugal e Irlanda y, a la vuelta, cerrará un ciclo de su vida presentándose por última vez con Cantacuentos. El grupo de música infantil fundado hace 25 años por su madre Nancy Guguich, quien falleció hace poco más de un año, llegará a su fin con una temporada de 13 funciones en la sala principal del Teatro Solís. “Va a ser una temporada de celebración, de tributo a mi vieja y también de cierre final del grupo, un momento especialmente emotivo, y ya lo estamos preparando”, cuenta.

Antes de todo eso, esta charla,que se dio en su estudio donde además de instrumentos hay discos, CDs y fotos. En una de ellas, de cuando aún era un adolescente, aparece tocando al lado de Eduardo Mateo. El cuadro con el histórico registro está colgado arriba del piano donde ahora reposan dos vinilos, uno de tapa roja y otro de tapa azul. Buscaglia apunta para el de tapa roja: es el primer objeto que eligió compartir en esta crónica.

El disco de Nancy

“Hay una historia musical previa de Nancy que no es para nada conocida”, explica, haciendo referencia a esa obra de su madre que antecede el grupo Canciones Para No Dormir la Siesta. “Ella ya había sacado un disco mucho antes, en 1967, y es este que se llama Cantamos con Nancy y sus amigos”, dice.

“Sé que Jorge Bonaldi tiene uno, porque lo comenté con él, pero no sé de nadie más que tenga, así que si lo ven por Tristán Narvaja, cómprenlo, porque es una superrareza”, añade quien hace pocos días recibió con alegría otro ejemplar del disco, el de la tapa azul. “Me escribió una pareja que conocía a mi vieja y me trajeron otro ejemplar de la misma época. En este disco hay una canción que se llama La cumbia de los monos que es un hit que atraviesa los tiempos, tiene más de 50 años y sigue sonando”.

“Estos discos de mi vieja son la comprobación, una vez más, de la máquina del tiempo que imaginó W. G Wells, y que en realidad ya estaba inventada, que es la música”, afirma el artista.

Buscaglia y los discos de su madre, Nancy.Guguich
Buscaglia y los discos de su madre, Nancy Guguich.
Foto: Leonardo Maine

El objeto que dio origen a un término

“¿Es una divinura, viste?”, dice Buscaglia cuando sostengo en las manos una matriz, de las que se utilizaban en las antiguas imprentas. Con ella se hizo la tapa de Mojos y canciones de protesta, el primer libro de Horacio Buscaglia. “Mi padre hacía unas plaquetas de poesía en una revista under que se llamaba Los Huevos Del Plata, en los años 60. Es interesante para mí pensar que las revistas alternativas eran de poesías y no de rock ni de música, porque eso fue algo que empezó a pasar con los Beatles. Antes, lo que circulaba como contracultura era la poesía”.

Junto al título del libro y el nombre del autor hay un dibujo hecho por el artista y servidor público Thomas Lowy: un arma que es también una guitarra y un hombre —que representa a su padre, cuenta— con un corazón en la mano. “Este objeto es la historia pura de la cultura en este país. De que así como unas maestras se juntaban a hacer música para niños, unos escritores y poetas se buscaban la vuelta para imprimir en pequeñas tiradas sus producciones”, señala.

Y añade: “Un dato interesante es que se le dice ‘cliché’, y el término para decir que algo es un cliché viene de ahí. Significa que es la reproducción de algo que ya existe, que estás repitiendo un comportamiento”.

Martin Buscaglia
La matriz con la que se hizo la tapa del primer libro de Horacio Buscaglia.
Foto: Leonardo Mainé

Una amistad y un collar especial

Colgado en la pared de su estudio también hay un collar, que el artista saca de su lugar original para acercármelo. Fue un regalo del músico paulista André Abujamra quien, junto a Maurício Pereira, conformó la banda Os Mulheres Negras.

Martin Buscaglia
El collar que le regaló André Abujamra y que aparece en el videoclip de la canción Xangô Parô.
Foto: Leonardo Mainé

“Los conocí porque mi viejo un día me trajo su disco y dijo: ‘mira estos brasileños raros’. Los amé al instante. Con los años llegué a ser amigo de ambos y grabamos cosas juntos. La referencia para el formato hombre-orquesta que hago cuando toco solo viene de ellos, que mezclaban la canción de autor con la psicodelia minimalista”, comenta.

Buscaglia aparece en el videoclip de la canción “Xangô Parô”, y comparte la autoría con Abujamra usando el objeto que ahora atesora. “André es un maestro para mí. Este collar tiene un símbolo que él inventó. Significa ‘Omindá’ y quiere decir ‘el encuentro de las almas a través de las aguas’. Lo tengo acá como protector y recordatorio de que la música, la amistad y los vínculos son profundos y están todos unidos como los océanos”.

El regalo de autor desconocido

“Tardé en darme cuenta de qué era. Me lo regalaron en un cumpleaños, y no sé quién me lo regaló. Quizás esta nota ayude a descubrirlo (se ríe), porque quiero agradecerle. Es un marcador de páginas y fue una revelación cuando descubrí lo que era, porque ahora lo uso muchísimo, lo llevo cada vez que me voy de viaje”, cuenta sobre el pequeño objeto de metal.

¿Estás leyendo algo ahora? “Sí. El ‘El pasajero’ de Cormac McCarthy, es nuevo y viene muy bien, pero es denso. McCarthy tiene una escritura de otra era, el loco tiene 90 años, entonces tenés que meterte en la palabra, es fascinante y hasta filosófico. Me emocionan mucho estos artistas veteranos, artistas viejos en edad y jóvenes en calidad”.

Martin Buscaglia
El regalo que lo acompaña en sus lecturas.
Foto: Leonardo Maine

El recuerdo de un viaje

“Elijo este objetito, que quiero mucho, porque justo estoy con un amigo que vive en España, pero ahora está en Uruguay”, cuenta mientras acerca la pequeña foto, sacada de una hoja de contacto de las cámaras analógicas, ya desgastada por el tiempo. “Este amigo se llama Mario Maeso y con él compusimos ‘Mil Cosas’ que es una canción muy emblemática de mis conciertos”.

“(En la foto) Estamos los dos en Ámsterdam, a finales de los años 90, en un auto con el techo abierto. Éramos jóvenes e hicimos todo lo que hace un joven cuando va a Ámsterdam (se ríe). Vivimos en ese auto unos días, porque fuimos de París a Ámsterdam. Recuerdo este viaje en particular porque grabamos en este momento un disco que nunca se editó, se llama Guía del viajero, y es un disco íntimo que fue el nexo entre mi primer y segundo disco, pasó en el medio”.

¿Nunca quisiste editarlo? “Cada tanto me dan ganas. Ahora que Mario está acá estamos hablando de editarlo o regrabar la versión de hace 30 años”, dice.

Buscaglia junto a Mario Maeso en Ámsterdam.
Buscaglia junto a Mario Maeso en Ámsterdam.
Foto: Leonardo Mainé.

“Elegí esa foto para compartir, también, porque en ese momento yo me sentía moderno, un joven de 20 y pocos años que puede viajar por el mundo, imaginate. Era una época pre internet, hablaba por teléfono una vez al mes, un tiempo mucho más salvaje, visto desde ahora", comparte.

"Siempre tuve una fascinación por los viajeros de fines del siglo XIX que viajaban por territorios realmente desconocidos, parecía algo muy poético, entonces, mirando para atrás, estos viajes también eran un poco así. Esta foto me hace recordar que este momento que estamos viviendo también puede ser un momento asalvajado y muy único”, finaliza.

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