Publicidad

Conociendo Rusia: "Ni pretendo estar en los 50 más escuchados del mundo ni mucho menos"

Compartir esta noticia
Conociendo Rusia (Mateo Sujatovich). Foto: Guido Adler

ENTREVISTA

El músico argentino Mateo Sujatovich es el nuevo faro del pop y el rock argentino. Este sábado llega al Teatro de Verano y antes charló con El País

El año pasado, en plena pandemia, Mateo Sujatovich ya confirmó que esa fiebre que había en Argentina por su proyecto musical, Conociendo Rusia, también aplicaba a Uruguay, o al menos a Montevideo. Con aforo reducido y en solitario, dio seis conciertos en La Trastienda con entradas agotadas, vivió más de 10 días en la ciudad y dice que se hizo amigos y que ya tiene calles y rincones guardados en el corazón.

Y esta noche Sujatovich, el nuevo faro del rock argentino, el joven con legado artístico que resume con frescura años de influencias e inspiraciones, buscará repetir la intensidad del encuentro, pero en otras condiciones. Lo hará con Conociendo Rusia en su versión completa —o sea, con todos los músicos— y a una escala mayor, en el importante Teatro de Verano. El show es a las 21.00, abren los locales de Silvia Ana y quedan entradas a la venta en Abitab, y de haber remanente, también en boletería.

Antes, conversó con El País sobre un presente intenso y sobre cómo mirar el futuro y el pasado de su discografía.

Conociendo Rusia (Mateo Sujatovich). Foto: Guido Adler
Conociendo Rusia (Mateo Sujatovich). Foto: Guido Adler

—Pasaron alrededor de cuatro años desde que arrancaste con la locura Conociendo Rusia, un proyecto que ya te llevó grandes festivales y escenarios: el Vive Latino, el Quilmes Rock, ahora el Teatro de Verano, en noviembre al Movistar Arena de Buenos Aires. ¿Hay tiempo para procesar esa explosión?

—Sí, sí. La pandemia, estar en casa, eso seguro hizo una bajada a tierra. Y siempre hay tiempo para pensar, para disfrutar, porque parte de todo esto tan lindo que pasa con Conociendo Rusia es que genera mucho movimiento y planes a futuro, pero intento estar en contacto con el presente para poder disfrutar del día a día y de los frutos que me da el proyecto.

—¿Buscás explicaciones a esos frutos? ¿Te hacés preguntas?

—No, creo que hay algo medio imposible en preguntarse por qué o cómo. Creo que tengo la suerte de venir de una familia de músicos, de estar de muy chico en contacto con la música, pero siempre es un misterio. Lo único que sé es que trabajo un montón, que soy un supertrabajador que hago lo que me gusta… Y eso es todo lo que hago (se ríe).

—Conociendo Rusia une dos caminos que a veces parecen ser opuestos: un espíritu “viejo”, en la tradición de la canción rioplatense o el rock argentino, con una lógica de funcionamiento bien actual, con mucha actividad en poco tiempo, tres discos editados en un período de apenas tres años y un ritmo sin pausa. ¿Cómo es tu forma de pararte hoy frente a la industria musical?

—Es eso que vos decís, es un mix. Yo hago canciones, hago discos y por suerte no preciso subirme al tren de la vorágine de los singles y los hits que quizás otros géneros precisan. Ni pretendo estar en los 50 más escuchados del mundo ni mucho menos: hago mis canciones, eso lleva tiempo y necesito del tiempo, necesito que la música se componga con tiempo y sin apuros, que los discos se trabajen, que se puedan macerar. Entonces por un lado formo parte de esta industria y de nuevas dinámicas, pero como mi proyecto tiene otras características, cuento con el salvataje de no tener que subirme a ciertos ritmos que no me gustaría subirme, la verdad.

—Tu último disco, La dirección, de alguna manera cierra y abre una etapa en tanto funciona, desde el nombre pero también desde el sonido y las letras, como una declaración de principios de este presente de Conociendo Rusia. Si hoy tenés que pensar en la dirección, ¿cuál es?

—Siempre para mí la dirección es un signo de pregunta, que de repente se aclara, de repente la brújula marca un norte, para cuando uno está por llegar volver a desorientarse. Estar desorientado es lo mejor porque te hace ir a buscar, te hace estar en movimiento. Tener certezas creo que es bastante aburrido en general, entonces la dirección siempre es un signo de pregunta. Y en eso estoy, ahora copado con una nueva búsqueda y un
sinfín de posibilidades.

—Y cuando te buscás en tu primer álbum, Conociendo Rusia, ¿a qué Mateo encontrás?

—Al mismo, pero a alguien que no tiene ni idea de lo que le va a pasar. Ni idea. Y que se la recontra jugó, hizo lo que quiso, y se lo respeto (se ríe).

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Teatro de Verano

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad