A 30 años de la muerte de Kurt Cobain, cómo fueron sus últimos días y la controversia que aún rodea su final

En abril de 1994 la noticia de la muerte de Kurt Cobain, a sus 27 años, sacudía al mundo del rock. Treinta años después, su trágico desenlace sigue siendo motivo de teorías, especulaciones y debates, mientras la música de Nirvana aún resuena.

Kurt Cobain se suicidó a los 27 años. Foto: EFE
Kurt Cobain.
Foto: Libros Cúpula / EFE

Redacción El País
El 8 de abril de 1994, un empleado de una empresa de iluminación llegó a la casa de Kurt Cobain para cumplir con un arreglo que se había pactado. Nadie atendió la puerta, y entonces el hombre miró hacia un invernadero que había en la propiedad, y lo vio: el cantante de Nirvana estaba en el piso, con una escopeta sobre el pecho y poca sangre a un lado de su cabeza.

La policía, cuando llegó a la escena, encontró un texto que se entendió como una nota de suicidio. Luego se confirmó que Cobain había muerto el 5 de abril, hace hoy 30 años.

Desde entonces, el temprano final de Kurt Cobain ha estado envuelto en controversias e hipótesis que siguen sin extinguirse a pesar del paso del tiempo. Hay quienes han discutido con énfasis la posibilidad de un suicidio y han leído su fallecimiento como un homicidio. Hay quienes han apuntado directamente contra su histórica pareja, Courtney Love. Hay quienes no se cansan de especular.

Kurt Cobain y Courtney Love en momentos de felicidad. Foto: Pixlr
Courtney Love y Kurt Cobain. Foto: Archivo

La nota que se le encontró a Cobain estaba dirigida a un amigo imaginario de la infancia, Boddah. Decía: "Ya hace demasiado tiempo que no me emociono ni escuchando ni creando música, ni tampoco escribiéndola, ni siquiera tocando rock. Me siento increíblemente culpable. Cuando se apagan las luces antes del concierto y se oyen los gritos del público, a mí no me afectan como afectaban a Freddie Mercury, a quien parecía encantarle que el público le amase y adorase. Eso lo admiro y envidio muchísimo. No los puedo engañar, a ninguno de ustedes. No sería justo ni para mí. Simular que lo estoy pasando el 100 % bien, sería el peor crimen que me pudiese imaginar. A veces tengo la sensación de que tendría que marcar tarjeta antes de subir al escenario. Lo he intentado todo para que eso no ocurriese. (Y sigo intentándolo, créeme, Señor, pero no es suficiente)".

En otro pasaje reconocía la relevancia de Nirvana, el amor que la banda había generado en un público, y se lamentaba por no poder apreciarlo lo suficiente: "¿Por qué no puedo disfrutar? ¡No lo sé! Tengo una mujer divina, llena de ambición y comprensión, y una hija que me recuerda mucho cómo había sido yo".

Se definía a sí mismo como un rockero siniestro, miserable y autodestructivo, como una "criatura voluble y lunática" y, finalmente, decía: "Se me ha acabado la pasión, y recuerden que es mejor quemarse que desvanecerse de a poco. Paz, amor y comprensión. Kurt Cobain. Frances y Courtney, estaré en su altar. Por favor, Courtney, sigue adelante por Frances, por su vida que será mucho más feliz sin mí. Las amo. ¡Las amo!".

Los últimos días de Kurt Cobain

Un mes antes de su fallecimiento, Cobain tuvo una sobredosis tras mezclar champagne y flunitrazepam en un hotel de Roma en el que estaba para tratarse de una enfermedad; se lo entendió como un intento de suicidio y hubo una nota escrita por él, en ese momento, que nunca se dio a conocer.

Tras ese hecho estuvo internado, volvió a su casa de Seattle y, el 18 de marzo, Courtney Love llamó a la policía para advertir de otro intento de suicidio de su pareja, a quien describió como encerrado en un cuarto y con un arma. El incidente fue confuso; el músico aseguró que solo estaba intentando apartarse de su pareja y ella, luego, desmintió haberlo visto armado. En el lugar se confiscaron drogas y revólveres.

Una semana más tarde, el entorno cercano a Cobain se reunió con él para evaluar la posibilidad de ingresarlo en un centro de rehabilitación para tratar su adicción a las drogas. Él aceptó y lo internaron el 30. Se escapó al día siguiente y eso llevó a Courtney Love a contratarle un detective privado. El hombre, llamado Tom Grant, diría más adelante que Love era la responsable de su muerte y que habría orquestado un plan motivada por asuntos económicos ante un inminente divorcio.

Kurt Cobain. Foto: Archivo
Kurt Cobain. Foto: Archivo

Su argumento se ha repetido, desde entonces, muchas veces: la cantidad de heroína en sangre que se le encontró a Cobain en la autopsia habría hecho imposible que él mismo cargara y disparara un arma. La teoría se reforzaría luego, cuando la aparición de un hombre de nombre Eldon Hoke diera cuenta de que Love le habría pagado 50 mil dólares para cometer el crimen. Nunca hubo pruebas al respecto.

Esa controversia se alimentó de otras versiones que aseguraban que, en sus últimos días, nada alrededor de Kurt Cobain hacía pensar en este desenlace (nada, salvo los presuntos intentos de suicidio previos informados por Love). Incluso el cantante había declarado que sus dolores estomacales, esos que habían condicionado su calidad de vida durante años, estaban reduciéndose.

Treinta años después de ocurrida, la muerte de Kurt Cobain continúa alimentando foros de internet y conversaciones de redes sociales. En paralelo a eso, el legado de Nirvana, su voz ronca, su poesía amarga, siguen vivas como uno de los últimos grandes parteaguas que tuvo la historia del rock mundial.

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