Escribió "La chica del tren", se convirtió en fenómeno literario mundial y tiene nueva novela: "La hora azul"

La escritora Paula Hawkins, que saltó a la fama con el thriller "La chica del tren", habla de su nueva novela, y dice por qué se considera una artista y lo que hay de ella en sus libros.

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Paula Hawkins
Paula Hawkins.
Foto: Archivo.

Juan Toro, El Mercurio/GDA
Hay una artista recluida en una isla, una amistad tóxica, un hueso en una escultura y una muerte. Si esa lista suena sospechosa, no es azar, son solo algunos de los elementos que destacan en La hora azul, la nueva novela de misterio de la escritora británica Paula Hawkins, la misma que lleva una década dominando el género del thriller psicológico literario desde el éxito de La chica del tren, que no solo ha vendido más de 23 millones de copias, sino también fue adaptada al cine en 2016 y luego en 2021 en India.

“No sé lo que la gente piensa que se va a encontrar cuando me conoce, pero probablemente se va muy decepcionada porque soy normal y aburrida. No soy oscura ni rara en absoluto... o creo que no lo soy”, dice con una risa Hawkins.

La hora azul se publicó a fines de 2024 por editorial Planeta. Pero la escritura terminó mucho antes. Hacía ya un año: “Hay una brecha bastante grande entre terminarla y comenzar a hablar de ella en los medios. Y tuve que pasar un tiempo pensando en cómo iba a hablar de este libro. Es un proceso bastante extraño”.

—¿Cómo ve su libro en esa retrospectiva?
—Cuando aún estoy trabajando en el libro, hasta que se entrega, no me detengo a mirarlo como una sola obra. Así que sigo realmente metida en la historia y los personajes. En este momento en que me alejo, intento mirar la pieza completa y definitivamente cambia. No planifico todo con antelación, pero estoy satisfecha. Disfruté mucho escribiéndola, fue una buena experiencia. Siempre hay elementos que quizás podría seguir cambiando para siempre.

Paula Hawkins
Paula Hawkins. Foto: Archivo.

—¿Buscando la palabra perfecta?
—Pasó con esta novela, pero no siempre es el caso. Trabajé la trama bastante rápido, y fue buena. Sabía lo que iba a hacer y que iba a funcionar. Significa que tenía mucho más tiempo para revisar el lenguaje, refinándolo. A menudo me quedo más atascada en la trama y cómo resolverla. A veces son complicadas y no sé dónde va la historia. Esta vez pude trabajar más el lenguaje. Era importante para mí que sonara bien. Es algo bueno de esta novela.

Fue hace un par de años. Hawkins estaba paseando por la costa bretona en Francia cuando la vio por primera vez: una pequeña isla con una sola casa en ella. Aunque no era una isla todo el tiempo, cuando bajaba la marea, se convertía en península y se descubría un pequeño camino, la única forma de llegar al continente. Ese exacto escenario, pero en Escocia, es el espacio en que transcurre La hora azul.

“Una casa en una pequeña isla”, dice. “Me encantó y pensé en que ahí estarías atrapado. Quizás querrías escapar y no podrías hacerlo a menos que baje la marea. Tuve esa isla en mi cabeza por años, pensando en que quería hacer algo con ese entorno, pero no podría imaginarme cómo sería.

Entonces la idea llegó de manera casi sencilla.

“Es un buen lugar para que viviera una artista”, dice. “Es el lugar perfecto para una artista que quiere estar alejada del mundo, que quiere trabajar y estar sola. Pero también se sentiría atraída por el hermoso paisaje y todo lo que la rodea. Supongo que ahí es donde realmente comenzó la historia.

La vida de los artistas es algo que le llama la atención a Hawkins. Lo interesante, dice, es el proceso detrás de la creación de sus obras.

“Pensaba en cómo es intentar crear algo nuevo, que no funcione, luego volver a intentarlo”, cuenta. “Fue agradable escribir sobre alguien que hace arte, yo no puedo hacer nada, pero disfruté imaginando cómo sería.

—¿No se considera artista?
—Supongo que sí, en cierto modo. Pero no puedo hacer nada visualmente. Tampoco trabajo con mis manos, no puedo pintar ni dibujar. Los escritores pueden ser artistas, obviamente. Aunque no describo como artista, simplemente suelo decir que soy escritora. Aunque lo que hago es artístico de cierta manera.

—Suele hacerse una diferencia entre los artistas con aspiraciones artísticas y los más comerciales.
—Los escritores “de género”, como yo, tal vez se sienten un poco como si no están a ese nivel, o con vergüenza de describirse en términos artísticos. Es probablemente una cuestión cultural, me pregunto si los europeos lo sienten diferente a los británicos y los estadounidenses.

Y aunque Vanessa, la artista protagonista de la novela, no sigue por completo un ejemplo de alguien de la vida real, Hawkins explica que hubo algunos nombres en su mente. Como cuando pensaba en las pinturas de su personaje y tenía en mente las pinceladas de la escocesa Joan Eardley.

“También tomé prestadas algunas cosas de la vida de Eardley, como que murió joven y vivió en un lugar remoto”, dice. “También incluí algo de lo que leí de otras artistas como Georgia O’Keeffe y la escultora Barbara Hepworth, sobre cómo pensaban su trabajo y lo que les resultaba difícil.

—¿Y hay algo de usted ahí?
—Siempre hay algo de mí en la mayoría de los personajes, incluso los terribles. En Vanessa hay partes de su forma de responder al mundo que creo vienen de mí o de cómo me sentí en un momento determinado. Ella está incómoda con la forma en que a veces es percibida y se escribe de su trabajo.

Vanessa es juzgada de manera negativa por actitudes que en un artista hombre serían perdonadas o consideradas excentricidades.

“Cuando decidí escribir de una artista, pensé que tendría que hablar de cómo el mundo del arte ha sido bastante lento en cambiar en cómo ve a las mujeres. Las artistas femeninas reciben menos exhibiciones, peor atención de la prensa, no tienen el mismo respeto.

Paula Hawkins
Paula Hawkins saltó a la fama con el thriller "La chica del tren". Foto: Archivo.

—¿Hay una intención feminista?
—Yo soy feminista. Siempre hay algún pensamiento feminista en mis libros. Es la forma en que veo el mundo, así que eso inevitablemente se refleja. No pienso en eso al principio, no es que quiera escribir sobre arte de una forma feminista. Más bien pienso en los personajes. Vanessa tiene algunas acciones feministas, otras no, como la forma en que trata a otras mujeres”, hace un pausa. “Pero sí soy feminista y espero que eso se refleje en la novela hasta cierto punto”.

Entre asesinatos y misterios, las novelas de Hawkins se han vuelto un indiscutible referente en la novela negra. Pero el gusto por estos temas hoy excede la ficción. El true crime, como uno de esos ejemplos más claros. Aunque para la escritora, la relación entre estos dos mundos puede no ser tan obvia:-Puede que el true crime traiga algo de público a las novelas policíacas y de misterio, pero no sé si a la misma gente que le gusta leer de crímenes reales, quiera leer de ficticios. Aunque el interés en esos temas es fascinante. ¿Por qué a la gente le gusta leer de estas cosas? No tengo respuestas, pero hay una especie de horrible necesidad de mirar, como si estuvieras viendo un accidente automovilístico.

—¿En ese caso de dónde viene el gusto por estas temáticas?
—No lo sé, siempre he sido así. Me gusta leer cosas oscuras, novelas policiales o que tratan de temas que tienen tragedias, guerra, ese tipo de cosas. Son los temas que siempre encuentro. Me interesa mucho entender cómo gente normal termina en esas situaciones terribles.

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