GUSTAVO TRINIDAD
El viernes, en el Teatro de Verano, actuó solo la murga La Trasnochada ya que se quemó la consola de luces y con ella una parte de la memoria de la iluminación de los espectáculos.
Así unas 6.000 personas debieron volver a sus casas con un sentimiento de bronca y frustración. En tanto la jornada del sábado tuvo sus puntos altos en el espectáculo inspirado en la vida de Romeo Gavioli que realizó la comparsa Yambo Kenia y una arrolladora murga El Gran Tuleque.
También actuaron los humoristas Los Carlitos que en varias secuencias hicieron reír a la platea y cantaron en buena forma y la murga debutante La del Estribo, que tuvo momentos buenos y de los otros y su coro mantuvo un canto parejo.
Yambo Kenia arrancó con algunos problemas de micrófonos al que se sumó el canto desafinado de la primera solista. Luego de esos tropezones, la comparsa se fue afianzando y alcanzó un buen espectáculo narrando la vida del cantante Romeo Gavioli que terminó trágicamente cuando decidió suicidarse arrojándose con el auto en el puerto. Lo primero a destacar son los arreglos musicales y como fueron interpretados por la orquesta, incluyendo la cuerda de tambores y el desempeño de solistas. Fueron puntos altos la escena del Tupí Nambá, y la fusión de tango y candombe que va en un mismo tema de uno a otro estilo y que demostró la ductilidad de los músicos y hasta hizo acordar al foxtrot con base de tambor que realizó el grupo en 2007.
El cuerpo de baile respondió siempre en forma notable, en tanto la escenografía, que figura el muelle y el auto arrojado a las aguas, fue sugestiva y funcional al espectáculo. En cuanto a la puesta en escena solo pude decirse que en alguna secuencia, ya que no se representa a Gavioli como personaje lo que es muy valido, faltó actancialidad dramática. Pero de todas formas el grupo redondeó un gran espectáculo.
la memoria. La murga el Gran Tuleque fue arrolladora en casi todos los sentidos: la puesta en escena que desarrolla el tema de la memoria, el canto impresionante de coro y solistas, que en los 15 minutos finales fue alucinante y la actuación de sus cupleteros, entre ellos Charly Alvarez. Como otras veces buena parte de esta excelencia se le debe a su arreglador y director escénico Andrés Atay. Tal vez, ante tanto talento, el cuplé del candidato sin memoria y borracho y representante de la clase poderosa, cae en muchos lugares comunes. La Trasnochada, conformada por jóvenes provenientes de parodistas, tuvo un canto potente y claro. En cuanto a los textos fue más irregular y no siempre alcanzó la risa.