MATÍAS CASTRO
Internet arde desde el jueves. La clausura del portal Megaupload, las reivindicaciones de músicos y artistas y los ataques de hackers a corporaciones, ponen en debate la viabilidad del radical cambio en el consumo de cultura y entretenimiento de esta última década.
Megaupload, uno de los almacenes online de archivos más populares del mundo (el más práctico y más rápido), fue cerrado este jueves y cuatro de sus responsables fueron detenidos en Nueva Zelanda a pedido de Estados Unidos. Además de allanar la casa de Kim "Dotcom", como se conoce al fundador del sitio, la policía neozelandesa y el FBI bloquearon sus cuentas bancarias por valor de casi 7 millones de euros.
El hecho se produjo veinticuatro horas más tarde de las protestas mundiales contra la inminente votación en Estados Unidos de la ley SOPA (sigla en inglés de cese de la piratería en línea), en las que participaron Google, Wikipedia y también sitios como Cuevana, Derecho a leer y otros.
Si bien el cierre de Megaupload no se apoyó en la ley, despertó ayer fuertes reacciones que podrían leerse como una guerra virtual contra instituciones y corporaciones que defienden la ley. El grupo Anonymous, una vastísima red de usuarios de Internet en todo el mundo, convocó un movimiento en protesta por esta situación. De este modo, aproximadamente cinco mil usuarios se unieron al operativo, que consistió en un ataque digital que terminó por bloquear durante varias horas catorce sitios webs, entre los que estaban el Departamento de Justicia, el del FBI, el de Warner, Universal Music, Hadopi (organismo francés que trabaja contra las descargas ilegales en la web). "La incursión contra Megaupload demuestra que las fuerzas del orden no necesitan leyes para atacar a Internet", afirmaba el colectivo en una declaración pública citada por la prensa.
Este choque, que en principio podría parecer como una batalla entre ley y delito, responde de fondo a un cambio radical en las pautas de consumo cultural, gestado a lo largo de las últimas tres décadas mediante Internet (desde las primitivas BBS hasta los actuales sistemas de intercambio y descarga de archivos). Lo que se debate es qué tan duradero será este cambio y qué tan satisfechas quedarán las tres patas del conflicto: usuarios, creadores y empresas intermediarias.
"La jornada de ayer fue épica", decía el comunicado de Anonymous.
A raíz de esta revuelta silenciosa, el senado de Estados Unidos postergó la votación de la ley SOPA, prevista para el próximo martes. "A la luz de los acontecimientos recientes, he decidido postergar la votación del martes… No hay razón para que las cuestiones legítimamente planteadas por muchos en este proyecto de ley no puedan ser resueltas", afirmó el jefe de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid. "Hemos hecho buenos avances mediante debates que hemos sostenido en los últimos días y soy optimista respecto a que podamos asumir un compromiso en las semanas venideras", agregó.
Si bien la ley es estadounidense, la posibilidad de que se concrete ha movilizado actores de todo el mundo, afectados por los contenidos de Internet que vienen o pasan por ese país. Por otra parte legislaciones similares son debatidas arduamente en varios países. Un año atrás, la llamada "ley Sinde", en España, generó una acalorada discusión que polarizó a cineastas, empresarios y público. En esa oportunidad la discusión de la ley llevó a que varios sitios españoles de descargas de archivos publicasen declaraciones como forma de protesta, reivindicando el derecho a compartir y a la libre circulación de contenidos.
Según datos de Wikipedia, Megaupload, con sede en Hong Kong, empleaba 155 personas, tenía más de 180 millones de usuarios registrados y recibía 81 millones de visitas al día. Megaupload también era base para otros portales, como Megavideo (almacenamiento de video), Megalive (permitía ver canales de video en vivo), Megabox (para almacenar música) y Cum (portal porno). Todos cesaron sus actividades desde el jueves por la noche, con la clausura.
El cierre de Megaupload afecta a internautas de todo el mundo. Si bien este sitio sirve para almacenar archivos de cualquier tipo, es muy popular como lugar de colocación de películas, música, videojuegos, programas y libros digitales. Cuevana, el sitio argentino que permite ver películas y series sin necesidad de descarga, utilizaba hasta hace tres meses casi exclusivamente los servicios de Megavideo, sitio hermano de Megaupload. De este modo, los casi dos millones de visitantes diarios que tiene Cuevana (según cifras oficiales) perdieron acceso a la mayoría del contenido que estaba almacenado allí. Y lo mismo ocurrió para los usuarios de Seriecanal, una página en español con un extensísimo directorio de series de televisión subtituladas y actualizadas día a día.
Y esos dos sitios son apenas dos ejemplos de portales que utilizan Megaupload como almacén online. Los usuarios de Taringa, Vagos, Argentinawarez, Descargaswarez también se ven afectados por esto. Además hay otras páginas para ver películas y series online que son muy populares, como Series Pepito y Series Yonki que usaban Megavideo y Megaupload.
Hace algo más de un mes Megaupload fue blanco de críticas por un videoclip que publicó en su portada, en el que artistas de mucho peso en la industria de la música como Kanye West, Snoop Dogg, Alicia Keys y will.i.am cantaban a favor de la empresa. Pero esa no fue la primera vez que se cuestionó a la empresa, que ya había sido bloqueada para usuarios de Hong Kong (donde curiosamente tiene sus oficinas centrales), China continental, India y Malasia.
Pero el golpe de gracia fue la clausura, que además impulsó la actividad y discusiones en Twitter y Facebook sobre la ley SOPA. El miércoles, solamente en cuentas de Twitter de Latinoamérica, la ley SOPA fue mencionada 111.521 veces, según un relevamiento de la empresa Socialmetrix. Ayer Megaupload y su cierre fue uno de los principales temas en Twitter y ocasionó largos intercambios y manifestaciones en cuentas de Facebook de todo el mundo. Si bien no se trata de un tema que vaya a revertir una crisis económica, la repercusión que ha tenido y el tono de los debates generados dan la pauta de qué tan profundo habían calado estos medios de intercambios de archivos en la vida cotidiana de internautas y aficionados de las más diversas realidades.
El movimiento virtual y también las manifestaciones callejeras en Estados Unidos en contra de la ley SOPA, lograron ralentizar el proceso de aprobación de esa norma y de la ley PIPA (Protection of Intellectual Property Act). Según notas de prensa, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, admitió que había una "falta de consenso en este punto", por lo que todavía era necesario más trabajo. "Debemos tomar medidas para poner fin a estas prácticas ilegales", dijo en otro momento Boehner. "Vivimos en un país donde la gente espera legítimamente ser remunerada de manera justa por un día de trabajo".
El senador Marco Rubio, quien apoyaba la ley de Protección del IP, retiró su apoyo afirmando que el Congreso no tiene que apurarse con respecto a "un proyecto de ley que podría tener muchas consecuencias no deseadas".
El demócrata Harry Reid se refirió a los miles de millones de dólares que la piratería cuesta a la economía de su país, cosa que, según las cifras que manejaba, comprometió más de 2.2 millones de puestos de trabajo en la industria del cine. Pero esto fue antes de anunciar ayer que debido a las manifestaciones había resuelto posponer la discusión.
El precio político a pagar puede ser muy alto, en particular en un contexto de elecciones. Sin ir más lejos, Google anunció ayer que logró reunir más de siete millones de firmas en apoyo a una solicitud que pide al Congreso votar en contra de los proyectos de ley antipiratería.
Hace más de un mes, figuras de mucho peso en el mundo de Internet, como los fundadores de eBay, Facebook, Google, Twitter, Yahoo! y Wikipedia publicaron una carta abierta manifestando que las propuestas legales "darían al gobierno estadounidense el poder de censurar Internet y utilizar procedimientos similares a aquellos empleados por China, Malasia o Irán".
Tal como afirmaba una nota del periodista Ryan Nakashima, este choque pone a prueba si las industrias de informática pueden más que las del cine y de la música a la hora de presionar en Washington. Y las consecuencias sobre usuarios del resto del mundo son la siguiente etapa de la discusión.
Puntos de vista desde uruguay
Gervasio Reyes, presidente del Centro Cinematográfico "Lo vemos con entusiasmo porque hace tiempo que pregonamos que se establezcan controles en el tráfico de Internet. Es algo contemporáneo, ineludible y no es posible frenarlo. Una cosa es compartir la cultura y la información y otra es el manejo de los contenidos. Estamos a favor del libre acceso pero no del libre uso no autorizado de los contenidos".
Martín Cáceres, vocalista de Vieja Historia "La gente va a querer seguir consumiendo y si eso pasa es que las grandes empresas no te lo facilitaron de la manera correcta. Me parece que si los dueños de los copyright no facilitan el acceso a las cosas, esto seguirá sucediendo aunque sea por izquierda".
Popo Romano, músico "Formamos parte de un sistema en que el comercio es una de las prioridades económicas. Cuando uno genera un contenido lo hace con finalidad comercial... Si eso se utiliza con otro fin, debe generar derecho. Ahí hay que legislar para controlar esas nuevas tecnologías. Cualquier usuario de la red paga la conexión y es injusto que el contenido no reciba su retribución, porque la red sin contenido no existiría. A veces se malinterpreta la libertad de acceso de contenidos culturales".
Charly Servetto, guitarrista de Closet "Reacciones como lo de Megaupload son contrarias a mi ideal sobre lo que tiene que ser el tráfico por Internet. A partir de las nuevas tecnologías se ha generado un vínculo más directo entre artistas y público y los grandes perjudicados han sido los grandes sellos, los grandes intermediarios. Para mí, como artista del tercer mundo, es algo positivo. El restringir el tráfico es un paso en la dirección opuesta a esas cosas positivas, es seguir necesitando de esos intermediarios para llegar a la gente".
Las cifras
81 Son los millones de visitas que Megaupload recibía cada día. Se estima que tenía 180 millones de usuarios registrados.
500 Son los millones de dólares que se dice que las actividdes de Megaupload hicieron perder por concepto de derechos de autor.
Antel tiene su iniciativa
En Uruguay se anunció una inesperada reacción ante los movimientos generados por el debate de la ley SOPA: Antel dará ADSL gratuito solo por el lunes 23, a los hogares que tienen contratado ADSL por tráfico, ADSL Móvil, Universal Hogares e Internet Móvil. La explicación de esta medida, promovida desde la portada del sitio del ente, es que ante la amenaza de un apagón de Internet por las protestas de la ley SOPA, Antel quiere igualmente ofrecer a sus clientes un servicio sin costo. También se anunció que los servicios Universal Hogares Prepago, a partir del lunes dispondrán de 1 Gb de tráfico para utilizar hasta fin de mes.
Cuatro figuras populares reaccionan a través de Internet
Trent Reznor
El ganador del Oscar por la música de "La red social" y ex líder de Nine Inch Nails es un firme defensor del intercambio de archivos. Encabezó una carta abierta al gobierno de EE.UU. contra la ley SOPA.
Paulo Coelho
En una publicación del jueves pasado en su blog, el escritor y guía espiritual dijo "esta ley afectará a todos y no solo a los ciudadanos americanos". Publicó una foto suya con un parche en un ojo y dejó sus libros en descarga gratis.
Peter Gabriel
"Este año será crucial en el destino de los derechos digitales y las libertades en Internet", escribió Gabriel en su web. A continuación anunció que en protesta contra la ley cerraría su sitio el jueves por 24 horas.
Radiohead
La banda británica colocó en la portada de su sitio oficial una declaración en contra de la ley. Se unieron así a muchas otras bandas populares como los Flaming Lips, que desde sus sitios webs manifestaron su oposición.
Una de las claves del negocio de los almacenes
Según un reciente informe Megaupload era considerado uno de los tres principales sitios de piratería digital, junto con Rapidshare y Megavideo. El sistema de estos portales permite cobrar a quienes suben material allí. Si un usuario sube una película, cobrará cada cierta cantidad de descargas que se realicen. Las cantidades son bajas y varían en función del lugar del planeta desde el que se descarguen los archivos. Si las descargas se hacen desde Estados Unidos se pagan mejor que si se hacen desde Europa, América Latina y otro lugar. El punto es que quienes descargan desde países del primer mundo tienen más probabilidades de poder comprar cuentas (membresías) Premium, que es buena parte del negocio.