El rock indie de Carl Barât esta noche en La Trastienda

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El músico británico presenta hoy a partir de las 21 horas, un espectáculo "muy íntimo" en formato acústico. Confesó a El País que todavía se pone "muy nervioso" cuando toca completamente solo porque casi nunca lo hace.

La entrevista con Carl Bart se realizó por correo electrónico y de catorce preguntas respondió la mitad. Ignoró aquellas referidas al convulsivo vínculo artístico que mantuvo con Pete Doherty cuando ambos lideraban el grupo The Libertines, una parte de su historia a la que parece no querer darle más vueltas. The Libertines logró un éxito notorio con el primero de los dos discos que llegó a publicar, titulado Up the Bracket.

Las continuas peleas entre ambos derivaron en la disolución de la banda después de un breve pero intenso período de conciertos (entre 2002 y 2004). Desde entonces Bart transitó con rumbo incierto hasta decantar en una carrera solista mientras Doherty se puso al frente de Babyshambles, aunque en marzo de 2010 se hayan reunido fugazmente para el festival Reading and Leeds. La dupla definitivamente no consiguió soportarse, en parte por el temperamento posesivo y competitivo de ambos. La gota que desbordó el vaso fue un episodio que lo resume todo: en 2003 Doherty descubrió que The Libertines había partido de gira hacia Japón sin él, entonces ingresó al departamento de Bart para robarle varias pertenencias como venganza, entre ellas un premio NME y una guitarra antigua. De esa relación no habló ni una palabra en esta entrevista. En 2010 sin embargo, publicó un libro hablando sobre el tema, titulado Threepenny Memoir: The lives of a libertine (que puede traducirse como Memoria barata: las vidas de un libertino). Hoy dice que ese libro "marcó un cambio de dirección" en su vida. "Aunque fue escrito casi como comedia representó una catarsis necesaria para entender qué fue lo que pasó y cómo vivir con eso. Escribir ciertas cosas me libera".

La hermana de Bart es Lucie, la actriz que interpretó a la criada de Helena en la película Troya. Ella canaliza su veta de cantante en el grupo The Fay Wrays. "No estoy seguro por qué somos artistas, puede ser que lo tenemos en la sangre. Muchos de nuestros ancestros fueron artistas y cuando uno encuentra una manera de expresarse es difícil parar. Es como si pretendiéramos dejar de hablar", expresó a El País.

La única banda que mencionó es Rage Against The Machine, descubierta por el británico en su temprana adolescencia, una de las épocas que más atesora. "Fui a verla en vivo con mis amigos y fue algo importante para mí. Es la primera banda grande que vi en un concierto y que realmente me entusiasmó. Todos esos años descubriendo música y drogas, etc. fueron realmente especiales, ¡obvio! También mi padre me llevó a ver El retorno del Jedi cuando se estrenó, fue muy bueno". Como solista publicó un álbum homónimo lanzado en octubre de 2010, en el que plasma un estilo más introspectiva y diverso a lo que venía haciendo. Esta etapa le provoca felicidad, al menos "hasta ahora", dice. "Es algo que la mayoría de los músicos quieren hacer, de una manera u otra. No tienes compromisos cuando estás solo". Y menos ahora que prepara un segundo material, aunque todavía no puede adelantar mucho porque no sabe "cómo va a sonar".