Gustavo Hernández, el director de "La casa muda" volverá a filmar una película de terror en marzo. Se llamará "Dios local" y promete ser hecha con criterios similares de producción a los empleados en su exitosa primera película.
Dios local trata sobre tres jóvenes (Maite, Diana y Emanuel) que tienen una banda. Acaban de grabar "el disco más personal de sus carreras". Entre los tres hay algún enredo ya que Maite y Emanuel son hermanos y a su vez él y Diana son novios. Con su nueva música ya pronta, viajan hasta una gruta para grabar los videos y tomar las fotos para la portada del disco. En las sierras de Minas descubren un ídolo de piedra, "una vieja representación diabólica que los conquistadores españoles usaban para atemorizar a los nativos y a su dios local", según describe la presentación lanzada a la prensa.
El descubrimiento, al igual que en el clásico Diabólico de Sam Raimi, desata unos cuantos problemas al provocar la liberación del espíritu que domina las cuevas. "Los tres jóvenes deben luchar por sobrevivir a los terrores del pasado que intentaron sanar y olvidar a través de su música, pero que ahora se hacen presentes de forma salvaje y radical" dice la presentación.
El productor Ignacio García adelantó a El País que el rodaje tomará unos doce días en las sierras de Minas y que implicará un pequeño grupo de personas, aproximadamente veinte incluyendo a los actores. En este momento están definiendo quiénes ocuparán los roles pero adelantó que no han buscado caras conocidas para ello.
La película será producida bajo un sistema de cooperativa en la que los técnicos que participen serán dueños de un porcentaje del film y sus eventuales ganancias. Esta es una forma de trabajo que el mismo equipo ya había empleado para hacer La casa muda, dos años atrás.
"Este sistema surge de la necesidad de realizar películas poniendo nuestro trabajo y nuestro talento como capital para que se puedan desarrollar estos proyectos… Por otro lado es un sistema que ya ha funcionado, gracias al talento y el trabajo del equipo técnico, garantizando un resultado excelente en cada una de las áreas del proceso" expresa el dossier de presentación.
Gustavo Hernández había hablado el año pasado de su plan para adaptar la novela de culto Derretimiento, de Daniel Mella. El proyecto, según contó ayer el director a El País, sigue adelante pero corre ahora por otro camino: "Derretimiento tiene un costo alto para hacerla como queremos nosotros y tenemos que financiarla con fondos concursables. Por eso va por otra vía. El tiempo de recaudar esos fondos puede ser de dos o cinco años como casi todos los proyectos uruguayos. Dios local es totalmente lo contrario, lo autofinanciamos nosotros. Tenemos un costo mínimo que lo absorbemos nosotros y a partir de ahí la película se hace de forma casi instantánea, solo dependemos de nosotros, nuestros tiempos y nuestro propio dinero".
La adaptación de la novela de Mella ha sido escrita por Hernández con Ignacio Benedetti y Santiago Mella (hermano del escritor). El realizador señala ahora que el guión (que originalmente iba a ser filmado en octubre del año pasado) ha ido creciendo y ya no es una adaptación literal del libro sino que agrega personajes y escenas que complican la producción.
Hernández había comentado en una entrevista anterior que se acercó al proyecto cuando Benedetti y Mella le mostraron una primera versión del guión. Sobre esa base continuaron trabajando en sucesivas reescrituras y correcciones.
"Me meto mucho en proyectos que se puedan hacer a costo bajo para que también puedan ser rentables porque hay películas que aunque vendas a muchísimos países y ochenta mil entradas acá no recuperás la inversión", afirmó Hernández. "Aparte de la inquietud artística de cada uno de los proyectos se busca que tengan una rentabilidad, como quien dice que se autogestionen" había dicho en esa oportunidad.