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Viggo Mortensen, el actor que pinta, escribe, gana premios y ahora dirige películas

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Viggo Mortensen en San Sebastián. Foto: EFE

FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN

El actor fue la gran figura del Festival de Cine de San Sebastián: se llevó el Premio Donostia y presentó "Falling", su debut como director

El actor estadounidense Viggo Mortensen, tres veces nominado al Oscar, recibió el jueves el Premio Donostia del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, donde además presentó su debut “tardío” como director, Falling, drama familiar que aborda temas como la memoria, la dificultad de comunicarse y el cuidado de mayores. “Con la pandemia hemos pensado más en estas cosas”, afirma Mortensen en una entrevista con Efe, en la que manifiesta su confianza en que los humanos hayamos aprendido la lección: “no sé si todos los políticos estarán de acuerdo, pero parece obvio que la sanidad pública no se puede manejar como un negocio”.

Mortensen, que reside desde hace años en Madrid, se convirtió en estrella mundial por el personaje de Aragorn de El señor de los anillos. También ha protagonizado películas de David Cronenberg como Promesas del Este o Una historia violenta, y la última vez que estuvo nominado al Oscar fue hace dos años por Green Book.

Su deseo de dirigir viene de lejos y Falling no es el primer guion que ha escrito, pero sí es el primero que logra financiar, en parte gracias a que además de dirigir también la protagoniza —y produce y es autor de la banda sonora—, algo que no tenía previsto inicialmente.

“Puede considerarse un poco tardío el que empiece a dirigir ahora, pero he querido hacerlo desde hace mucho tiempo”, afirma. “Siempre me interesó el trabajo colectivo de hacer cine, todas las partes de la máquina: foto, vestuario, guion, música, actuación... Mi madre me lo inculcó desde pequeño, con tres años iba con ella al cine y siempre me hablaba de las historias y de cómo se construían”.

La película, que se estrenará en cines españoles el 2 de octubre —y aún no tiene fecha confirmada para Uruguay—, gira en torno a la relación difícil entre un padre granjero, solitario, muy conservador, y un hijo homosexual que intenta reconciliarse con él.

Mortensen dedica la película a sus hermanos, Charles y Walter, por “respeto” a ellos, porque parte de hechos reales y recuerdos familiares. “Mi padre era un hombre de su generación”, describe, “criado durante la Depresión y la Segunda Guerra Mundial, en el campo, uno de seis hijos en una familia de campesinos en Dinamarca”. “Los hombres de esa generación eran patriarcas, que podían ser gentiles de muchas maneras, pero inflexibles. Mi padre tiene rasgos en común, como la intolerancia, el ‘aquí mando yo’, el ‘yo no me adapto a ustedes sino ustedes a mí’ y ese tipo de cosas, pero no es tan brutal como el personaje”, que interpreta Lance Henriksen de mayor y Sverrir Gudnason (Borg McEnroe) de joven, cuenta.

Uno de los temas principales que le interesaba tratar en el film era el de la incomunicación. “Cuando tienes enfrente a una persona que no quiere comunicar, que parece no querer saber nada de ti, ¿qué haces?”, se pregunta el más famoso hincha de San Lorenzo de Almagro.

“Si alguien joven ve esto quizá no entienda porqué aguantan las embestidas constantes de ese hombre, el racismo, la homofobia, la misoginia, tiene el paquete completo del odio... pero no es tan fácil cuando es tu padre y es mayor y está solo”.

Preguntado por el cuidado de los mayores durante la pandemia y las lecciones aprendidas, Mortensen subraya que “la sanidad pública no se puede manejar como un negocio” y confía en que la mayoría haya extraído esa lección de lo sucedido. “Soy optimista, creo que en general hay más empatía”.

A título personal, afirma que también extrajo cosas positivas del periodo de confinamiento. “Lo más importante es que reanudé el contacto con muchos amigos y familiares con los que no hablaba hace mucho tiempo, y me sentí afortunado por tener techo, comida y salud después de todo”.

Artista polifacético —escribe, hace fotos, pinta, compone— Mortensen aprovechó el encierro para “leer mucho” y ver películas que tenía pendientes. “También escribí un guion nuevo que me gusta mucho y ahora empecé otro que creo que es el que voy a hacer como segunda película, si hay suerte”, adelanta, sin develar nada aún porque da “mala suerte”. “Será algo que rodaré en Europa”, se limita a anticipar.

“No conozco otra vida; desde hace 38 años mi vida está vinculada al cine y al deseo de formar parte de ese mundo, no he perdido la curiosidad, siempre me ha interesado y me sigue interesando el rompecabezas de llevar un guion a la pantalla”, dijo tras recibir el Premio Donostia. A juzgar por sus palabras, eso seguirá así.

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