Uma Thurman sobre "La guardia vieja 2": “Es mi primer regreso a la acción como una villana inmortal y colérica”

Después del éxito de La vieja guardia en 2020, una película con un elenco diverso que le dio una mirada fresca al mito de la inmortalidad, llega su secuela: La vieja guardia 2. Es la cuarta película más vista de Netflix en Uruguay.

Basada en la novela gráfica de Greg Rucka y dirigida esta vez por Victoria Mahoney, la nueva entrega retoma a los personajes —liderados por Charlize Theron como Andy—, sino que además profundiza en las tensiones, alianzas y dilemas éticos que surgen cuando el tiempo no es un limitante. Una de las grandes novedades de La vieja guardia 2 es la incorporación de Uma Thurman, volviendo al cine de acción después de la saga de Kill Bill. Junto a ella, la mirada de Mahoney quien imprime una nueva sensibilidad visual y narrativa, sin perder la crudeza y el ritmo.

En esta charla, Thurman hablan de su regreso al cine de acción, del papel de la mujer en la industria del cine (y en todas las industrias), de cómo encara su trabajo como actriz después de tantos años en el estrellato y que aprendió de una película como La vieja guardia 2.

—Ha hecho casi todo lo que una mujer puede hacer en esta industria, pero estoy bastante segura de que debe ser un primer algo. ¿Este es su primer qué?

— Supongo que este es mi primer regreso a la acción (risas). Es mi primer regreso a la acción como una especie de villana colérica. Pero además tengo que decir que esta es una película de acción muy moderna. Es una película de acción muy elegante. Y los personajes, el equipo de Charlize, el elenco maravilloso, están bellamente retratados y son personajes profundos. Así que yo estoy trayendo a esta complicada primera villana inmortal. No se están enfrentando a ningún humano codicioso. Se están enfrentando a una especie de igual, pero desencantada inmortal. Y esa es la fuente del conflicto.

—Esta es una película liderada por mujeres, con una directora mujer, y no creo que esto hubiera sido posible antes del movimiento Me Too. Pero ¿qué cree usted que todavía les falta a las mujeres en la industria del cine?

—No creo que haya algo diferente que les falte a las mujeres en la industria del cine que no les falte también en otras industrias. Creo que el camino de las mujeres para demostrarse y probarse a sí mismas en el mundo profesional, una y otra vez, es algo que nunca termina. Y muchas mujeres lo hacen, en todos los campos. Y, de hecho, si miras las cifras, las mujeres estamos prosperando. La gente debería ser positiva. Hoy en día hay más mujeres que hombres yendo a la universidad. Y en realidad, no celebro a uno sobre el otro, necesariamente. Pero, basándonos en algunas de estas cifras, las mujeres estamos persiguiendo una educación superior a un ritmo igual al de los hombres y eso antes no era así. Entonces creo que definitivamente se puede ver que hay progreso en general para las mujeres y su capacidad para lograr cosas.

—¿Qué ha aprendido al ser parte de La vieja guardia 2?

—La verdad, lo he disfrutado. Lo he disfrutado mucho. Se siente bien trabajar con personas realmente apasionadas y profesionales. Personas con un estándar muy alto que quieren lograr algo único y especial. Ese es mi entorno favorito para trabajar. Así que he aprendido que me gusta trabajar con gente profesional. En realidad, ya lo sabía, pero es lindo recordarlo a través de la experiencia de hacerlo (risas).

—Mencionó al principio que este es su primer regreso a la acción. ¿Cómo se sintió volver a ser esta mujer poderosa y ruda?

—Sinceramente, estaba emocionada. Lo único que puedo preguntarme es por qué estuve lejos tanto tiempo. Fue muy divertido. Había olvidado lo divertido que era.

—¿Qué tres palabras usaría para describir La vieja guardia 2?

—Emocionante, elegante y profunda.

—¿Cuál es su parte favorita de ser actriz hoy?

—Supongo que mi enfoque finalmente es más relajado. Creo que estoy disfrutando mi trabajo. Tengo menos estrés, menos estrés externo alrededor de mi trabajo que antes. Así que realmente puedo disfrutarlo. Me divierte salir de casa e ir a ser creativa.
Úrsula Levy, El Tiempo/GDA