A cuenta de juicios críticos más afinados y reflexionados, hay razones para afirmar que Ryan Coogler es uno de los directores importantes de la industria del cine afincada en Hollywood. La expectativa ante el estreno de su nueva —su cuarta— película, Pecadores, parece confirmar esa categoría.
Mucho de su prestigio, por un lado, se debe al impulso que le dio Fruitvale Station, su premiada ópera prima en Cannes de 2013. Era la reconstrucción de la muerte, en el año nuevo de 2009, de Oscar Grant, un joven negro asesinado por un policía en la estación Fruitvale, en Oakland. La película, una crónica de un día y una noche trágicos en el frente de batalla de las diferencias sociales de su país, contada con una combinación de denuncia y entretenimiento, inició además su asociación con el actor Michael B. Jordan.

Director y estrella consolidaron su relevancia con Creed, el rejuvenecimiento de la franquicia de Rocky, con Jordan como protagonista y la bendición (y la presencia) del inventor de la idea, Sylvester Stallone.
La película fue un éxito: le dio nuevos aires a una marca agotada, tuvo cierta unanimidad crítica e incluso justificó una secuela en la que Coogler figuró solo como productor ejecutivo.
Pero más allá de esos inicios, a su prestigio ayudó principalmente Pantera Negra (2018), su entrada al Universo Cinematográfico de Marvel, que recaudó 1.346 millones de dólares en todo el mundo y ocupa el lugar 19 en el ranking histórico de taquilla.
Fue, además, la primera película de Marvel con un elenco predominantemente negro y la primera de superhéroes con un protagonista negro, lo que le dio una trascendencia cultural más allá de lo habitual en ese tipo de películas.
Estuvo nominada al premio mayor de los Oscar (otro hecho inédito para una película de su clase) y ganó tres en rubros técnicos. Es considerada un hito sociocultural.
“Era una representación positiva y vibrante de la gente negra en la pantalla, algo que algunas personas no habían visto antes”, explicó a la BBC la periodista especializada Shanelle Genai, quien definió la película como un “enorme cambio cultural”.
Coogler se convirtió en el muchacho del momento y en el director más codiciado de la industria. La secuela, Wakanda por siempre, confirmó su capacidad para contar, espectacularmente, una historia de fantasía que siempre parecía estar hablando de cosas actuales. Estaba lejos del realismo de Fruitvale Station, pero detrás de todos los oropeles y los infantilismos propios del género, se escondía aún un espíritu independiente y una reflexión sobre el papel de la cultura negra contemporánea. No era para tanto, pero sin duda Coogler se volvió un director imprescindible.
Tres años después de dejar atrás Wakanda, Coogler amplía aún más su rango de interés con Pecadores, que lo vuelve a reunir con Jordan en una historia con implicancias para la sociedad contemporánea.
“Es un drama de época y una película de gánsteres que se convierte en una sexy película musical de acción de vampiros, toda ella profundamente personal, anclada en las raíces de Coogler, inspirada en el nacimiento de la música blues y protagonizada por Michael B. Jordan en el papel de dos gemelos, ¡nada menos!”, resumió la publicación IndieWire, que calificó a Pecadores como la mejor película del director.
Jordan interpreta a los hermanos Smoke y Stack, quienes, “dejando atrás una vida problemática” —según el pitch de Warner Bros, el estudio detrás del proyecto—, “vuelven a su pueblo natal para comenzar de nuevo y descubren que existe un mal aún mayor dándoles la bienvenida”.
Pecadores transcurre en la década de 1930 en el sur profundo de Estados Unidos y se convierte, de acuerdo a Variety, en “una de vampiros exuberante, envolvente, histórica y fantasmagórica, con un panorama social que transcurre desde el anochecer hasta el amanecer”. La escribió el propio director, en lo que parece un regreso a territorios más personales.
En el elenco destaca Miles Canton, como el sobrino de los mellizos protagonistas que sueña con ser cantante. Hay quienes hablan de un nuevo descubrimiento de Coogler. También participa el veterano Delroy Lindo.
“En cierto modo, le dediqué toda mi vida a esta película”, le dijo Coogler al sitio The Movie Blog. “Siento que me he estado preparando toda la vida”.
Se espera que Pecadores —que tiene un presupuesto de 90 millones de dólares, sin contar los gastos de promoción— recaude unos 45 millones en su primer fin de semana, lo cual está bien para una película de vampiros con pretensiones serias.
Y que consolide a un director que se ganó la condecoración de “relevante” y que va por más.