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Hay lecciones valiosas que Nicole Kidman aprendió cada vez que interpretó a una figura de la vida real: cómo esa persona fue mal interpretada por la sociedad de su tiempo. Cómo esa época se parece más a la actualidad de lo que ella pensaba. Y, lo que es más importante, cómo mantener el equilibrio caminando descalza por un barril de uvas.

Al relatar sus preparativos para interpretar a Lucille Ball, la estrella de I Love Lucy, Kidman sugirió que sus esfuerzos metódicos por aprender la perenne rutina de 1956 de Ball pisando uvas no alcanzaron cuando llegó el momento de recrearla.

“Solo había practicado en el suelo”, dijo Kidman con gentil seriedad. “Lo único con lo que no contaba era que iban a ser uvas de verdad. Para que sepas, son muy resbaladizas”.

EnBeing the Ricardos, una comedia dramática escrita y dirigida por Aaron Sorkin, Kidman interpreta a Ball en una historia que abarca una semana en I Love Lucy, donde ella y su esposo Desi Arnaz (Javier Bardem) luchan por incorporar el embarazo de Ball a la serie, esquivar las acusaciones de que Ball es comunista y lidiar con su matrimonio.

La película, que está en Amazon Prime Video, incluye algunas recreaciones de escenas famosas de I Love Lucy. Pero, en última instancia, es una historia de descubrimiento, para la estrella de televisión y para la mujer que la interpreta.

Kidman, de 54 años, es una actriz ganadora de un Oscar y un Emmy, y una vez más es candidata por Being the Ricardos. Ya dio el primer paso: se hizo con el Globo de Oro a mejor actriz dramática. Pero tiende a dudar de sí misma y dice tener poca confianza en sus habilidades cómicas.

A través de su enfoque en Being the Ricardos, Kidman halló más conexión de la que esperaba con Ball, otra actriz que fue encasillada y subestimada. Es posible que sus historias de vida y talentos no se superpongan por completo, pero ambas entendieron la necesidad del humor para alcanzar sus metas individuales.

Como dijo Kidman, “tengo que ser graciosa, y lo gracioso es difícil.

No se hace ilusiones de ser la candidata más lógica para el papel de Ball o incluso la primera actriz que buscaba interpretarla. Hace varios años, Being the Ricardos se pensó como una miniserie de televisión, según Lucie Arnaz, la actriz e hija de Ball y Desi Arnaz, y productora ejecutiva de la película.

Iba a ser Cate Blanchett pero cuando Sorkin se involucró y el proyecto llegó a Amazon como película, la actriz no estaba disponible.

“Simplemente tomó demasiado tiempo y la perdimos”, dijo Arnaz en una entrevista. “Estaba devastada.”

Mientras se buscaban otras estrellas, Arnaz dijo: “Ninguna de ellas me hacía feliz. Siempre fue por el lado de ¿quién es el sabor del mes? ¿Quién tiene la película del momento?”

Pero cuando apareció Kidman, dijo Arnaz, quedó intrigada.

No estaba muy versada en la vida de Ball cuando se le acercó por primera vez, pero Kidman dijo que podía imaginar la libertad de interpretar a esa reina de la comedia.

Aún así, después de firmar con Being the Ricardos con algo de entusiasmo, Kidman dijo que comenzó a dudar. Se debió en parte al ritmo del guion lleno de diálogos de Sorkin y en parte a hacer la película durante la pandemia.

Pero en un nivel fundamental, Kidman dijo que las comedias no le resultan fáciles, ni como género ni como oportunidad de actuación.

“No me eligen para la comedia”, dijo. Eso podría ser el resultado de una carrera en dramas, o “quizás sea mi personalida".

Lo que realmente requería la película, dijo Kidman, era que ella interpretara a Lucille Ball (como está en el guion de Sorkin) y no a Lucy Ricardo.

“Lucy es un personaje, esa no es Lucille”, explicó. “Lucille es extraordinaria porque fue derribada y se volvió a levantar”.

Kidman se dedicó a los preparativos físicos para el papel y trabajó en estrecha colaboración con un entrenador de dialecto, Thom Jones, para desarrollar las voces que usaría para Lucille Ball y Lucy Ricardo.

Como explicó Jones, “Lucy es Lucille extrema. Cuando Lucille interpretó a Lucy, hizo una versión amplia y exagerada de sí misma y elevó su voz”.

La voz natural de Ball era más profunda y ronca tras años de fumar, aunque Kidman no necesariamente buscaba una imitación perfecta.

También estudió audios domésticos que Arnaz compartió con ella y trabajó con un entrenador de movimiento mientras aprendía a duplicar rutinas de I Love Lucy, aunque solo unas pocas aparecen en la película.
A pesar de recibir tantos elogios y premios, su actuación sigue siendo una fuente ocasional de inseguridad para Kidman.

Pareció sorprendida de que le contaran sobre un avance de octubre de la película que solo mostró fugazmente su rostro en un lapso de aproximadamente 75 segundos, y eso llevó a algunos espectadores a preguntar por qué Amazon parecía estar escondiendo a Kidman.

Cuando se le preguntó si estaba al tanto del adelanto o de la estrategia detrás de él, Kidman dijo: “No sé cómo responder eso. No me ocupo de la parte promocional. Quizás solo tenían miedo de mostrármelo”.

Independientemente de otros reconocimientos que reciba por Being the Ricardos, Kidman siempre tendrá la experiencia de estar parada en una reproducción del set de I Love Lucy, interpretando el material de Ball del programa y escuchando las risas de decenas de extras contratados para interpretar el audiencia del estudio de televisión.

Kidman ofreció una sola palabra para describir cómo se sintió en ese momento: “Fantástico”.

Luego, como para demostrar algunas de las habilidades que había adquirido en la película, esperó un poco y dijo: “Por cierto, les hice reír”. Y eso estuvo buenísimo.