Despedida

El director cubano Juan Carlos Tabío, coautor de clásicos como Fresa y Chocolate (1993) o Guantanamera (1995), falleció en La Habana a los 78 años.

Esas dos películas que tenían una mirada crítica sobre algunas costumbres y políticas cubanas, fueron vistas en su momento como un señalamiento al regimen de Fidel Castro. Pero eran, en todo caso, unas comedias amables que demostraban el oficio de Tabío y su codirector, Tomás Gutiérrez Alea, y la conjunción de dos generaciones de directores cubanos.

Es la parte más reconocida internacionalmente de su carrera. Fresa y chocolate, por ejemplo, estuvo nominada al Oscar a mejor película extranjera y consiguió una veintena de premios internacionales. En Uruguay fueron muy exitosas.

El legado del respetado cineasta incluye 41 documentales y películas de ficción, entre ellos títulos de culto para el público y la crítica por su capacidad de trasmitir el sentido del humor de los cubanos a la vez que plasmaba la realidad y los problemas del país.

Así lo hizo en piezas como la comedia Se permuta (1983), su primer largometraje de ficción y el título más icónico de su carrera, devenido en clásico del género, en el que se lució como protagonista la vedette Rosita Fornés, fallecida el año pasado.

Otros filmes suyos que arrancaron la risa al público con su carga de humor corrosivo son Plaff (1988), Lista de espera (2000) y El cuerno de la abundancia (2009), estos dos últimos con el actor Jorge Perugorría.

En 2011 trabajó en Siete días en La Habana, junto a Benicio del Toro, el director español Julio Medem, el francés Laurent Cantet, el argentino Pablo Trapero, el palestino Elia Suleiman y el argentino-francés Gaspar Noe. Con base en eFE