Como se ha dicho, estos, los que se entregan el domingo, son unos Oscar tirando a desconcertantes y de resolución incierta. La categoría de intérpretes principales no son la excepción y aunque los recientes premios del Sindicato de Actoresparecen marcar una tendencia también ayudan a la confusión: los premios fueron para Timothee Chalamet por su Bob Dylan en Un completo desconocido y el elenco de Cónclave, en el que está Ralph Fiennes, quien está nominado.
En otras instancias de la temporada de premios —el camino de reconocimientos que van preparando el terreno hasta la ceremonia que es este domingo 2— se ha reconocido repetidamente a Adrien Brody por su Laszlo Toth, el arquitecto húngaro que interpreta en El brutalista. La lista la completan, ya en la categoría de sorpresas, Colman Domingo (por Las vidas de Sing Sing, que en Uruguay se estrena el 20 de marzo) y Sebastian Stan por su composición del joven Donald Trump en El aprendiz.
El único de la lista que ya tiene un Oscar es Brody, quien lo ganó por El pianista de Roman Polanski en 2003, donde también interpretaba a un sobreviviente de la persecución nazi en la Segunda Guerra Mundial. Es la tercera nominación para Fiennes, la segunda para Chalamet y Domingo y la primera para Stan, quien acaba de ganar el Globo de Oro por otra película, A Different Man.
Lo que consigue Chalamet como el joven Dylan en Un perfecto desconocido es un brillante trabajo de composición mimética: trabajó cinco años para construir el papel e incluye la propia interpretación de las canciones. Es el punto alto de una biopic bien contada (la dirige James Mangold, que sabe) pero bastante convencional. Chalamet ha estado haciendo el circuito de entrevistas que acompañan la inevitable campaña de marketing para el Oscar y el reconocimiento de sus colegas en los premios del sindicato es un buen impulso. Tiene 29 años y ya estuvo nominado una vez: por su papel consagratorio en Llamame por mi nombre. Sería un premio merecido.
El favorito más oficial es Brody, quien lleva el peso en sus hombros de las tres horas y media de El brutalista, la épica estadounidense dirigida por Brady Corbett y que llega a la fiesta con otras nueve nominaciones, inluyendo mejor película. Toth, al igual que su Wladyslaw Szpilman de El pianista, es un personaje complejo. Una ficticia celebridad de la arquitectura europea de entreguerras que llega a Estados Unidos después de sobrevivir a un campo de concentración, en su nuevo hogar se cruza con Harrison Lee Van Buren Sr. (Guy Pearce, nominado como actor secundario), un millonario que se vuelve su mecenas. Toth es adicto a la heroína y algo egomaníaco y la historia pasa alrededor del enfrentamiento de estos dos personajes.
La noticia de que el acento húngaro de Brody en la película fue conseguido gracias a la Inteligencia Artificial, por ahora no ha hecho mella en su favortisimo. Fiennes, quien antes estuvo nominado por La lista de Schindler y El paciente inglés allá por la década de 1990, está muy bien como el Cardenal Lawrence, el prelado que dirige el cónclave que da título a la película dirigida por el alemán Edward Berger. Aunque es una película coral (también está nominada Isabella Rossellini), la presencia de Fiennes es excluyente, representando, además, el baremo moral de la historia.
Además del premio colectivo al elenco en la entrega del sindicato de actores, Fiennes no consiguió ningún galardón importante en esta temporada, pero su presencia es cautivante y uno de los secretos del éxito de Cónclave.
Lejos en las apuestas aparecen Stan y Domingo. En el caso de Stan no es que esté mal - de hecho su Donald Trump es un gran trabajo- pero aparece vapuleado por contrincantes tan fuertes como los que le tocó. Que haya tenido otro papel tan fuerte como el A Different Man, puede haber dispersado a los votantes. Sería una sorpresa demasiado grande. Lo mismo pasaría de ganarlo Domingo, que tiene en Las vidas de Sing Sing, su segunda nominación consecutiva en la categoría. La película que aún no se vio acá, es sobre un hombre injustamente encarcelado que encuentra en el teatro una forma de escapar del encierro. Su actuación llega cargada de elogios.