Publicidad

Lleva cuatro semanas en cartel y es una comedia uruguaya sobre el amor, el teatro y el cine

"Amores pendientes" de Oscar Estevez es una historia de amor contada por varios personajes y filmada con los alumnos y egresados de una escuela de actuación

Compartir esta noticia
amorespendientes11.jpg
Amores pendientes.

Amores pendientes entra en su cuarta semana en cartel, en cuatro salas que le dedican todas sus funciones. Nada mal para una comedia romántica uruguaya que no pretende ser más que eso. Y darle en la cara a los prejuicios que aún abundan sobre el cine uruguayo.

Está escrita y dirigida por Oscar Estévez, quien tiene experiencia y méritos para justificar este éxito. Es uno de los guionistas de La casa muda y dirigió El sereno, una de suspenso con Gaston Pauls. En televisión escribió las series Charly en el Aire, Uruguayos Campeones de Adrián Caetano, y algunos capítulos de Adicciones.

Con su pareja, Cecilia Caballero, fundó y dirige la escuela de actuación y oficios audiovisuales La Escena, donde da clases de actuación y de guion. Allí también funciona una sala teatral muy coqueta a la que se accede atravesando un impensado patio para Rivera y Ponce.

Y allí se rodó Amores pendientes, en la que además el 90 por ciento del elenco son estudiantes o egresados de la casa.

“Tenemos un miniestudio montado”, le dice un afable Estevez a El País. Es cierto, un altillo es el apartamento de una de las protagonistas y aquel es el escenario donde se monta la obra de teatro por la que gira el guion.

Amores pendientes, que también se pergeñó en algún rincón de aquí cerca, es una comedia coral. Sigue a unas cuantas parejas que coinciden arriba, al costado y abajo de un escenario teatral. Lo que allí representan Daniela (Constanza del Sol) y Fabricio (Santiago Mussetti) lo escribió Román (Fernando Dianesi) y se basó en su historia con Carla (Cecilia Caballero Jeske) quien, justo, fue a ver la obra.

La historia no va más allá de unas horas después de la función pero pasa un montón de cosas: los asuntos del corazón son así de impredecibles.

“Había escrito mi primera obra de teatro y la quería dirigir”, cuenta Estévez, quien menciona las comedias románticas británicas de Richard Curtis como una referencia personal. “La película no es la obra pero a partir de ahí se me ocurrió ver qué pasa con una obrael autor se ve involucrado en lo que está contando e involucra a otra persona y no le dice y esa persona va a verlo. Y de ahí a qué pasa con el público y con los actores”.

El día que bajó la obra (que era parte de un tríptico, Cuestión de amor), Estévez le propuso al elenco y a todos los involucrados la idea de extender el proyecto a una película. La gestionaron ellos, “sin atravesar el universo de los fondos que a veces enlentece: veníamos de cuatro meses de tener la obra en cartel, estábamos contentos y no queríamos que se enfriara todo”. Se sumaron todos y el rodaje fue unos ocho fines de semana de 2018.

“Las limitantes a nivel de presupuesto en realidad son estímulos”, dice Estevez. “Había cosas que no me podía permitir pero también sabía qué es lo que podía contar. Y armé el guion en función de eso”.

“Cuando trabajas el humor el guion es fundamental”, dice. “Lo que pasa es que si uno tiene un buen guion y no lo defienden los actores, se perdió. Si está mal escrito o está mal actuado no genera nada en la gente: me siento muy, muy orgulloso del laburo de las actrices y los actores”.

Aportó, seguro, para que Amores pendientes fue la mejor película en el español Festival Internacional de Cine de Comedia de Cuenca.

Amores pendientes es una historia sobre el amor al teatro, sobre los amores que dejamos y los que aún se pueden recuperar. Una comedia de enredos amorosos, filmada con un cariño y un entusiasmo que la convierten en una celebración de cómo hacer películas y de cómo lidiar con esos asuntos del amor. Ahí hay una doble lección.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

cine uruguayo

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad