Es la máxima estrella de acción y busca un nuevo rumbo y un Oscar con una gran transformación mental y física

Hoy en MONFIC, el festival en el Movie Montevideo, se exhibe "La máquina: The Smashing Machine", la nueva película con Dwayne Johnson como un luchador profesional

Dwayne Johnson
Dwayne Johnson en "La máquina"

En lo que pretende convertirse en uno de los grandes giros en la carrera de un actor, Dwayne Johnson, el luchador y héroe de acción antes conocido como “La Roca” tiene aspiraciones a un Oscar y a empezar a ser visto como un actor dramático.

Es por La máquina: The Smashing Machine, la película de Benny Safdie que se exhibe hoy en el MONFIC, el festival de cine en el Movie Montevideo. Es a las 21.20 y por lo visto no tiene fecha de estreno local.

Con Johnson en el papel de Mark Kerr y Emily Blunt como su pareja Dawn Staples, la película propone un retrato inquietante del vacío que deja el éxito cuando se confunde con la salvación.

Johnson, actor acostumbrado a encarnar héroes invulnerables en franquicias multimillonarias, asumió en este proyecto el reto más complejo de su carrera. En una conversación reciente, confesó que la propuesta inicial de Safdie lo marcó profundamente: “¿Y si ganar se convierte en el enemigo?”. Esa fue la premisa que lo obligó a repensar su relación con el triunfo, tanto en la ficción como en su vida personal.

Cada victoria del luchador Mark Kerr, campeón de artes marciales mixtas en la vida real, viene acompañada de un sentimiento de vacío. Con el triunfo llega también la presión, el temor a fallar, la incapacidad de manejar expectativas, y finalmente la medicación y la adicción. El guión de Safdie plantea, con crudeza, que el éxito puede ser tan destructivo como la derrota, o incluso más.

Para Johnson, este personaje significó quebrar la coraza que ha cultivado Hollywood. Ya no se trata de músculos o carisma, sino de mostrar vulnerabilidad.

“Hay una vida antes y después de La máquina”, dijo. Y lo cierto es que su interpretación revela un rango dramático que pocas veces se le había visto, un trabajo que se aparta del espectáculo pirotécnico y se adentra en la intimidad del dolor humano.

Blunt, que interpreta a Dawn Staples, apuntó a un elemento esencial en la construcción de la película: el silencio. Para ella, la tensión más brutal ocurre en esos momentos en que no hay palabras, en que los personajes se enfrentan a sí mismos sin filtros.

Safdie eligió filmar con una mirada observacional, casi documental, que coloca al espectador en la incómoda posición de testigo de una intimidad quebrada.

El resultado es un retrato poco estilizado, alejado de clichés románticos. Se trata de una relación marcada por la explosión y la reconciliación, por la ternura y la violencia emocional. “El camino hacia la paz puede ser muy brutal, pero se puede llegar allí”, resumió Blunt, consciente de que su personaje es clave para entender el desmoronamiento de Kerr.

Uno de los aspectos más comentados es la transformación de Johnson. No solo física, sino sobre todo emocional. El actor reconoció que debió “desaprender” mucho de su estilo actoral, bajar la voz y confiar en la incomodidad. “Yo no quería sonar como Dwayne Johnson ni verme como Dwayne Johnson. Quería perderme en Mark Kerr”, expresó.

Esa apuesta se nota en escenas intensas que, según confesó, resultaron dolorosas de filmar. Discusiones domésticas donde las palabras hieren más que los golpes, situaciones límite con armas, momentos de humillación íntima. Hacerlo junto a Blunt, con quien ya tenía una relación de confianza, permitió que ambos se lanzaran sin reservas a lo que describió como “peleas viscerales, crudas e intensas” que nunca olvidará.

Más allá del deporte, La máquina es una historia de pareja. Y lo es en el sentido menos edulcorado del término. Johnson y Blunt coincidieron en que una de las mayores responsabilidades fue honrar la vulnerabilidad con la que Kerr y Staples compartieron su intimidad con ellos.”Todas las familias y parejas tienen dificultades, algunas más oscuras que otras”, reconoció Johnson.

En esta historia, esa oscuridad incluye adicciones, frustraciones y explosiones emocionales que amenazan con consumirlo todo. Para Blunt, la clave estaba en mostrar lo real: una relación con altibajos, sin pulidos, con el vaivén cotidiano del amor y el resentimiento. Esa autenticidad es lo que convierte al filme en un retrato incómodo pero necesario.

La máquina es la primera película en solitario de Safdie, quien antes había trabajado a dúo con su hermano Josh en las intensas Good Night (con Robert Pattinson) y Diamantes en bruto con Adam Sandler. Juntos, eran considerados de los grandes directores del cine estadounidense contemporáneo. Benny Safdie fue Edward Teller, el semivillano de Oppenheimer.

La máquina competirá en varios rubros en el Oscar con Marty: el juego supremo, la primera película “solista” de su hermano, Josh Safdie que tiene a Timothee Chalamet como un jugador de ping pong.

La recepción crítica temprana ha sido entusiasta, con elogios centrados en la actuación de Johnson. Algunos analistas la han calificado como la mejor interpretación de su carrera, capaz incluso de situarla en la conversación de premios. Es un giro notable para un actor que durante años fue encasillado en el cine de acción familiar y las franquicias de taquilla.
Con información de Listín Diario/GDA

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