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Algunos detalles de unos Globos de Oro virtuales, caóticos pero igual de polémicos

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Anya Taylor-Joy en los Globos de Oro 2021. Foto: Reuters
Anya Taylor-Joy reacts via video after being announced winner of the Best Actress - Television Motion Picture award for "The Queen's Gambit," in this handout photo from the 78th Annual Golden Globe Awards in Beverly Hills, California, U.S., February 28, 2021. Christopher Polk/NBC Handout via REUTERS ATTENTION EDITORS - THIS IMAGE HAS BEEN SUPPLIED BY A THIRD PARTY. NO RESALES. NO ARCHIVES.
NBC HANDOUT/via Reuters

Entrega

“Nomadland”, “The Crown”, “Borat” y “Gambito de dama”, las que se llevaron más premios en la ceremonia del domingo

Anya Taylor-Joy en los Globos de Oro 2021. Foto: Reuters
Anya Taylor-Joy en los Globos de Oro 2021. Foto: Reuters

En una noche de castigo para el establishment de Hollywood, y un cambio radical con respecto al año pasado, los servicios de streaming fueron los grandes ganadores en la caótica 78° entrega de los Globos de Oro.

Aunque su Mank se fue con las manos vacías, Netflix recolectó 10 trofeos, incluido uno a la mejor miniserie (por Gambito de dama), una categoría dominada desde siempre por HBO, que se fue con un solo premio. Amazon es el primero de los recién llegados en ganar a mejor comedia o musical por Borat Subsequent Moviefilm. Apple TV +, Hulu y Disney + también recibieron premios.

Pero la vieja guardia se aferró al premio más prestigioso, uno que ningún streaming ha podido ganar: el mejor drama fue para Nomadland de Searchlight. La directora de la película, Chloé Zhao, además, es la primera directora en recibir un Globo en 37 años (Barbra Streisand ganó en 1984 por Yentl) y la primera asiática-estadounidense en ganarlo.

Pero hubo cosas más raras que esa. Por ejemplo, una señora vestida con traje de gala, sola sobre una alfombra roja, sin nadie alrededor para gritar a los famosos, departiendo amigablemente, como si fuera lo más normal del mundo, con una pantalla de marcos dorados y negros plantada ahí en medio, en la que salen estrellas, también vestidas de gala, pero en el salón de su casa o en una habitación de hotel. Con una introducción así, solo se podía mejorar o entregarse al surrealismo. Y, en esta gala de los Globos de Oro de la pandemia, hubo un poco de las dos cosas.

Y eso incluyó, varios desajustes técnicos, principalmente porque la mayoría de los participantes estaban vía Zoom.

Tina Fey y Amy Poehler, las presentadoras, exhibieron una complicidad que pasó por alto los 4.000 kilómetros que las separaban. Hicieron de la necesidad, virtud desde el primer momento, con una caricia de Fey a Poehler que atravesó, de manera, quizás, deliberadamente imperfecta, la pantalla dividida.

Fey estaba en el Rainbow Room de Nueva York y Poehler, en el Beverly Hilton de Los Ángeles, sede habitual de la gala. Los nominados, en su casa. Y el público eran trabajadores de primera línea de la pandemia con barbijos.

Con cada nominado a salvo en su casa, se echaron de menos los tradicionales desfiles de las actrices abriéndose paso con sus vestidos de alta costura entre las mesas para llegar al escenario. También ese elemento, acaso el más característico de la gala, de las estrellas agrupadas en mesas, bien surtidas y regadas, riéndose de los chistes sobre ellos.

Esta vez, el principal objetivo de las bromas, como estaba previsto, fueron los anfitriones: la criticada Asociación de Periodistas Extranjeros en Hollywood. Entre sus 87 miembros no hay nadie de piel negra. Cuando se anunciaron las nominaciones el 3 de febrero, la asociación fue criticada por pasar por alto películas con elencos negros. Por eso, quizás, la fiesta comenzó con honores para los actores negros. El primer ganador de la noche fue Daniel Kaluuya, por su líder de los Black Panther en Judah and the Black Messiah. John Boyega fue mejor actor de reparto en una serie por Small Axe de Amazon.

Soul de Pixar, sobre un aspirante a músico de jazz en busca de su inspiración, ganó como mejor película animada.

Y Taylor Simone Ledward aceptó entre lágrimas el premio en nombre de su fallecido esposo, Chadwick Boseman, por La madre del blues. Boseman, aseguró su viuda, “habría dicho algo bello, algo inspirador, algo que amplificaría esa pequeña voz dentro de todos nosotros que te dice que puedes, que te anima a seguir”.

En los principales premios, no hubo sorpresas, y la cosa se repartió entre Nomadland y Borat Subsequent Moviefilm en cine, y The Crown y Gambito de dama en televisión.

Nomadland está protagonizada por Frances McDormand (perdió con Andra Day por The United States vs Billie Holiday) junto a un grupo de actores no profesionales que realmente viven en la carretera, y en trabajos serviles.

En una de las sorpresas de la noche, Jodie Foster, que recibió el premio en piyamas acompañada de su esposa, ganó a mejor actriz secundaria por The Mauritanian.

Borat Subsequent Moviefilm, secuela de las andanzas por Estados Unidos del ficticio periodista kazajo Borat, se quedó con los premios a la mejor película y al mejor actor de comedia para su creador, Sacha Baron Cohen.

El Globo de Oro a la mejor actriz de comedia fue para la británica Rosamund Pike por hacer de estafadora en Descuida, yo te cuido. "Tuve que nadar desde un auto que se hundía. Creo que todavía preferiría hacer eso que tener que estar en una habitación con Rudy Giuliani", dijo Pike.

Minari, la aclamada historia de una familia coreano-estadounidense que se muda a una granja en la zona rural de Arkansas en la década de 1980 parece encaminarse al Oscar tras ganar como mejor película extranjera.

Entre los programas de televisión, The Crown tuvo una gran noche. Ganó el premio al mejor drama, mientras que Emma Corrin recibió su primer Globo por su asombrosa interpretación de la princesa Diana y Josh O’Connor ganó el primero por su llorón Príncipe Carlos. Gillian Anderson ganó su segundo por interpretar a Margaret Thatcher.

Los homenajes fueron para el productor de televisión, Norman Lear y Jane Fonda que recibió su premio Cecil B. DeMille diciendo que “somos una comunidad de contadores de historias, ¿no es así? Y en tiempos turbulentos y golpeados por las crisis como este, contar historias siempre ha sido esencial”.

Y más allá de virtualidades, fallas técnicas y omisiones imperdonables, los Globos premiaron un montón de historias.

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